“Me enteré por los medios que González Tovar y Ballesta habían pactado en secreto los presupuestos que yo negocié”
Haciendo el ruido justo y con la serenidad que le han dado los años, José Ignacio Gras recibe a eldiariomurcia en la consultoría donde ha trabajado desde hace ya unos años, y que por su breve etapa política había dejado en standby. El que haya sido portavoz socialista en el Ayuntamiento de Murcia durante estos dos últimos años no quiere guardar rencor a nadie, aunque considera que se podía haber gestionado mucho mejor el asunto de los presupuestos municipales, que él había negociado y que tras la renuncia del partido a pactar con el PP, forzó la dimisión de Gras. El economista se enteró poco después de designar a Susana Hernández como su sucesora que Tovar y Ballesta habían acordado la aprobación presupuestaria en prácticamente los mismos términos que Gras había trabajado.
¿Cuál fue el motivo principal de su dimisión?
Esto sucede tras una reunión con los secretarios generales en la que yo expongo la conveniencia de favorecer el que los presupuestos del Ayuntamiento de Murcia salieran adelante, con una serie de mejoras que había negociado con el PP durante muchos meses. En esa reunión que se produce un martes intento convencer al partido para desbloquear ese “no” que había decidido el partido, pero sucede que algunos secretarios generales ya tenían decidido el no a los presupuestos como mandato imperativo. El resultado del voto es de 7 votos a favor del no a los presupuestos y 6 votos a favor de que tomara la decisión el grupo municipal, que previamente había aprobado por 4 votos a 2 negociar los presupuestos. Tras el resultado yo me siento bastante incómodo, porque considero que mi postura era de coherencia y pensando en los ciudadanos. Con todo esto yo decido que no voy a ir a un pleno a defender una postura que no comparto, por lo que decido dejar el puesto como portavoz municipal.
¿Por qué defendía esa negociación en los presupuestos con el PP?
El presupuesto municipal es algo que va directamente a los ciudadanos, y nosotros, que tenemos 24 pedáneos, tenemos que ser inteligentes a la hora de hacer política, entendiendo que los ciudadanos no quieren que nos peleemos, sino que resolvamos sus problemas. En ese contexto nosotros habíamos conseguido una serie de mejoras, con un aumento considerable de lo destinado a las juntas municipales o un mayor presupuesto destinado a pedanías, lo que otorgaba a nuestros pedáneos del PSOE un mayor margen de maniobra.
¿Por qué piensa que obtuvo el rechazo del PSOE?
Entiendo que hay dos formas de hacer oposición. La primera es la de gobernar lo máximo posible desde nuestra posición, exigiendo al gobierno una serie de condiciones a través del diálogo y, primero transigir, y luego imponer. El otro punto de vista es que con el Partido Popular no se puede negociar, porque favorecer al PP es perjudicarnos a nosotros y es algo que comparto hasta cierto punto. Pero en mi caso creo que tengo una responsabilidad ante los ciudadanos, y esta serie de mejoras y propuestas recaen sobre ello. Mi posición política considera que en estos momentos lo mejor es negociar, algo que desde el partido rechazaban.
¿Recibió apoyo de alguien del partido?
Cuando tomé la decisión de reflexionar tras el rechazo a mi propuesta, hubo un grupo de pedáneos que se movió a mi favor e intentaron reunirse con el Secretario General, que finalmente habló con algunos de manera individual. Finalmente los pedáneos deciden dar su punto de vista y que el partido tuviera en cuenta su opinión, pero sin buscar ningún tipo de confrontación.
¿Tuvo alguna reunión con Rafael González Tovar?
El martes de la semana de mi dimisión, le mando un mensaje a Rafa creyendo conveniente hablar para dejar claras las posturas. Nos vemos la mañana del miércoles en el Hotel Floridablanca, y le expongo el razonamiento de negociar e incluso le digo que se podría intentar forzar alguna petición económica más para el presupuesto, ya que había hablado con el concejal de Hacienda Eduardo Martínez y podíamos incrementar hasta medio millón de euros más. Rafa me dice que los secretarios generales han tomado ya una decisión y que además el PP siempre ha salido beneficiado por encima de nosotros cuando se han negociado los presupuestos y que la decisión es inamovible. Luego me quedo perplejo cuando después de la reunión para designar a Susana como mi sucesora me entero por los medios que Rafa y Ballesta habían pacto los mismos presupuestos que yo había negociado.
¿No había diferencias entre lo negociado por usted y el acuerdo que pactaron Ballesta y Tovar en secreto?
Prácticamente ninguna. No entiendo porque se ha hecho así pero no quiero entrar ya a valorarlo, solo espero que los pedáneos dispongan lo acordado y que se llegue al acuerdo lo mejor posible.
¿Se trata de algún tipo de estrategia contra su persona?
No voy a decir que me agrada porque no es así, pero es que tampoco quiero entrar a valorar algo que realmente no sé por qué ha pasado. Si había algo contra mí se me podía haber dicho o hablado conmigo, pero no ha sido así. Intento llevarlo con la mayor calma posible.
¿Ha habido algún cambio drástico en las negociaciones de los presupuestos respecto a otros años?
El año pasado ya se aprobaron, y fue precisamente con junto a Enrique Ayuso con quien los negocié, y él se mostró bastante de acuerdo en los términos y conseguimos juntos un incremento importante en nuestras partidas. Quizás el resto de concejales estaban más contrariados en la negociación, pero el cambio nos benefició y tuvimos que defender ese 40% más que conseguimos para las juntas municipales.
¿Se ha encontrado libre durante estos dos años al frente del grupo municipal socialista?
Sin ninguna duda. Yo creo en el sentido aristotélico de la política en cuanto al bien de la ciudadanía se refiere. He preferido gobernar desde la oposición al continuo enfrentamiento, ya que la confrontación entre partidos no es lo que beneficia a los ciudadanos. Con los últimos presupuestos creo que lo habíamos conseguido nuestro propósito, que era tomar decisiones aun sin estar en el gobierno, y no he tenido problemas en hacerlo.
Pero ha habido una cierta deslegitimación de su figura y del grupo municipal socialista con lo acontecido en las últimas semanas
No quiero entrar en ningún tipo de descalificación, simplemente no entiendo ese cambio repentino en la decisión sobre los presupuestos, aunque me alegro que finalmente sea mi postura la que ha tomado el partido.
¿Cómo valora los dos últimos años de gobierno de José Ballesta?
Siempre he comunicado que Ballesta es un alcalde anuncio. Siempre se han anunciado propuestas y medidas que luego están muy lejos de ejecutarse, como es el caso de San Esteban, donde se ha dicho que se va a convocar el proyecto pero de momento nada de nada. La promesa excesiva perjudica a la política, y hay que ser más serios en este sentido. Luego a nivel de eficiencia en el organigrama y en los puestos de trabajo del Ayuntamiento se ha tocado poco y la administración funciona por inercia y sin ser lo eficaz que debería. Por último respecto a las pedanías hay mucho trabajo por hacer, y es lo que nosotros proponíamos, elaborar ese estatuto del pedáneo y sobre todo mejorar el transporte público y aunque ya existe una mesa de transporte, funciona con mucha lentitud.