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Pikara Magazine es una revista digital que practica un periodismo con enfoque feminista, crítico, transgresor y disfrutón. Abrimos este espacio en eldiario.es para invitar a sus lectoras y lectores a debatir sobre los temas que nos interesan, nos conciernen, nos inquietan.

El patriarcado también se sostiene sobre la infancia

Señora Milton.
7 de septiembre de 2022 05:31 h

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El patriarcado no empieza ni acaba en las violencias que se ejercen sobre las mujeres. El adultrocentrismo es, junto con el racismo, el colonialismo, el capitalismo o el capacitismo, uno de sus ejes. Las peques están ahí, resistiendo, desde un lugar de invisibilización y des-subjetivación total. Nos preocupa mucho el impacto que tienen en las infancias todas las estructuras que, como decíamos, sostienen el patriarcado, ya que es en la primera parte de esta etapa cuando interiorizamos en mayor medida las relaciones personales, los roles, y todas esas formas de poder que tanto intentamos desmontar en nuestras vidas y en nuestros cuerpos de veintimuchos años. Necesitamos esas tiritas, esos mimos, y también nos hace falta cuidar esto desde la raíz. Por eso, entre otras muchas cosas, nos preocupa cómo acompañar respetuosamente a las peques.

Hay mucha gente hablando de la importancia que tiene acompañar desde el afecto, desde el respeto, desde el feminismo. Sin embargo, hay muy poquitos espacios en los que esto se lleve a la práctica. Nos falta la materialización, no la voluntad ni tampoco la reflexión. El acompañamiento respetuoso pasa por cuidar los procesos de aprendizaje y de desarrollo de las peques, dando respuesta a sus necesidades reales. Esta posición implica que las adultas vayamos por detrás, sin adelantarnos a sus procesos. Esta definición, si solo atiende a la individualidad de cada peque sin tener en cuenta lo colectivo, la perspectiva de género, la lucha antirracista, la condición de clase… pasa a ser un modelo vacío de significado, que no cuestiona sino que perpetúa el sistema en el que vivimos.

Jara Torres y Elsa Flórez, actualmente acompañantes de Tartaruga —espacio autogestionado de pedagogía libre y aprendizaje vivencial en Carabanchel, que ya cuenta con trece años—, reivindican que los espacios respetuosos con las infancias solo pueden llegar a serlo si se tiene presente el contexto estructural, los sistemas en los que estamos insertas y si existe una propuesta sociopolítica transformadora. Es cierto que el acompañamiento respetuoso, desde nuestra perspectiva, plantea el cómo relacionarse con las peques, evitando el condicionamiento adulto en la formación de sus conocimientos, experiencias e intereses. Sin embargo, somos muy conscientes de que quedarse en este plano es insuficiente, más si pensamos desde el anarquismo.

Defendemos, por una parte, que hay situaciones en las que es indispensable intervenir. Es decir, no podemos mirar hacia otro lado si se están dando agresiones del tipo que sean, escudándonos en la no intervención. Las peques también necesitan de las acompañantes esa seguridad y pensamos que no intervenir es, aquí, reproducir esa violencia. 

El acompañamiento respetuoso no puede obviar las luchas sociales. Tenemos el compromiso de no hacerlo, ofreciendo el cuidado y las herramientas necesarias para que las peques aprendan dentro de sus propios ritmos. En Tartaruga, por ejemplo, no olvidamos que un interés no puede florecer si no existen medios para desarrollarlo. Por eso nuestro espacio es lo que llamamos en pedagogía un ambiente preparado, un espacio con materiales que cubren las necesidades de cada etapa y que están al alcance de las peques para que puedan acercarse libremente. Es responsabilidad de las adultas observar si hay algún bloqueo para pensar en estrategias de intervención que ayuden a superar esas dificultades.

Si no nos planteamos los modos de organización de nuestras escuelitas y espacios en cuanto a toma de decisiones, autogestión, modos de acceso, pago, financiación, etcétera, se cae en el elitismo. Por eso, dentro de nuestro constante proceso de aprendizaje, tratamos de construir un proyecto accesible que no deje fuera a nadie por motivos económicos. No ignoramos, claro está, que el acceso a cualquier esfera de este tipo pasa por haber podido encontrar otras formas de estar, de vivir, que en muchas ocasiones tienen que ver con disponer de un capital cultural al que no todas podemos optar. Si bien tenemos un compromiso de trabajo contra el clasismo y las violencias estructurales neoliberales, somos conscientes de que, una vez más, nuestro ámbito de intervención no puede echarse a la espalda todo el peso del capital. De hecho, quizá implicaría caer en el reformismo. El elitismo está en todas las esferas de la educación, también en los centros públicos, porque cada peque tiene un contexto, cada niñe pertenece a una clase y cuenta con unos recursos. En la escuela convencional esta brecha no desaparece, aunque su acceso sea gratuito.

De lo que no dudamos es de la falta de medios existentes en la educación pública para tratar de convertir las aulas en espacios respetuosos. Hay muchas profes preparadísimas, preocupadas por hacer su trabajo lo mejor posible, pero las ratios, la configuración de los espacios y, en general, la propia organización político-administrativa de los centros hace inviable la puesta en práctica del acompañamiento respetuoso. Apoyamos la educación pública y gratuita y nos encantaría que en los centros educativos autonómicos esto fuera viable, pero sabemos que actualmente es muy complicado ejercer así. Lola del Gallego, que es profe de secundaria en la pública, se encuentra todo el rato en esta encrucijada: ¿cómo ser respetuosa en un entorno material y estructural que reproduce violencias y relaciones de poder neoliberales radicalmente?

Somos conscientes de que el debate actual en torno a la educación y al cómo y desde dónde acompañar tiene muchas aristas y ninguna propuesta está al margen del capitalismo, del patriarcado o de cualquier otro sistema de poder. Defendemos la necesidad de construir u ocupar espacios donde estas lógicas se replanteen, se reorganicen, se desmonten tanto fuera como dentro del sistema estatal. Existir, al menos, es resistir. Sabemos que con esto no es suficiente, pero no podemos perder de vista que las peques se merecen que en la construcción de los mundos que queremos vivir las tengamos en cuenta. 

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Pikara Magazine es una revista digital que practica un periodismo con enfoque feminista, crítico, transgresor y disfrutón. Abrimos este espacio en eldiario.es para invitar a sus lectoras y lectores a debatir sobre los temas que nos interesan, nos conciernen, nos inquietan.

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