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Carolina Bescansa reta a Pablo Iglesias en Galicia en busca de su última salida

Carolina Bescansa, junto a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, durante un acto de la campaña electoral de 2015.

Aitor Riveiro

Carolina Bescansa selló su destino dentro de Podemos cuando publicó por error en su canal de difusión de Telegram un documento con su plan para hacerse con la Secretaría General del partido en cuya fundación participó hace poco menos de cinco años. Aquél error, que ella achacó a su equipo, hacía imposible cualquier opción de reconciliación con la dirección estatal, si es que la había. Bescansa se había distanciado de Pablo Iglesias en Vistalegre 2 y había confrontado con él por Catalunya. Ahora lanza en Galicia su reto definitivo al líder de Podemos. Y su última opción de permanecer en política.

El anuncio de Bescansa ha llegado cuando nadie contaba en Podemos con unas primarias competidas en Galicia. La secretaria general saliente, Carmen Santos, ha ido perdiendo influencia tanto orgánica como política y el proyecto que lideró hace dos años con el apoyo de Iglesias y la propia Bescansa languidecía.

El partido, según fuentes consultadas por eldiario.es, se preparaba para una sucesión tranquila. El diputado de En Marea Antón Gómez-Reino se perfilaba como futuro secretario general autonómico. Gómez-Reino es uno de los puntales de la confluencia gallega en el Congreso, donde forma parte de la dirección del grupo confederal. Fue uno de los firmantes del manifiesto Mover ficha (que lanzó en 2014 al partido) y estuvo en el nacimiento de Marea Atlántica (la confluencia para A Coruña en las municipales de 2015). En 2016 ya formó parte de la dirección autonómica del partido.

Pero la idea de Bescansa y de Santos era otra. Tras aquél patinazo en Telegram de finales de abril, la cofundadora de Podemos sabía que su futuro en el partido a nivel estatal estaba marcado. Difícilmente podrá repetir en las listas de las próximas elecciones generales, al menos en un puesto destacado. La vía madrileña, de la mano de Íñigo Errejón, también se taponó. El futuro candidato quería contar con ella en su lista en las Autonómicas del año que viene, pero no del modo que Bescansa pensó.

Fue entonces cuando se planteó la opción gallega. Durante el pasado verano, Bescansa cambió su inscripción en Podemos. De Madrid, a Galicia. Condición indispensable para poder presentarse a unas primarias para un cargo orgánico del partido.

Este martes, tras dos amagues, Bescansa confirmaba su candidatura a las primarias de Podemos Galicia. Confrontará con Gómez-Reino, el candidato que cuenta con el beneplácito de la dirección estatal. La cofundadora del partido busca así una salida para seguir en política (y en Podemos). Quizá su única salida. Pero la que vuelve a enfrentarla con Pablo Iglesias.

Las diferencias políticas entre ambos comenzaron ya en 2015. Bescansa y Errejón querían una candidatura única de Podemos. Pablo Iglesias insistía en construir un espacio político amplio que incluyera a otros partidos y actores. Por ejemplo, Izquierda Unida. Aquella idea se desechó en primera instancia. Pero cuando el fiasco de la investidura de Pedro Sánchez condujo al país a una inédita repetición electoral, las resistencias de cayeron. Por medio, la caída en desgracia de algunos dirigentes afines a Errejón debilitaron esta posición.

Lo político dejó paso a lo personal poco después. En vísperas de Vistalegre 2, en febrero de 2017, Bescansa dio un paso atrás y renunció a presentarse en la II Asamblea Ciudadana de Podemos. Denunció “el ping-pong” entre Iglesias y Errejón. Rechazó un puesto intermedio en la candidatura del secretario general. Y esperó su momento.

Dicho momento no llegó porque el triunfo de Iglesias fue superior al que todos esperaban. El líder del partido ganó la mayoría absoluta de la dirección en una asamblea dominada por los gritos de “unidad, unidad” del público que asistía al evento.

Iglesias ofreció a Errejón una salida pactada: la Comunidad de Madrid. El antiguo número dos del partido aceptó. Iglesias intentó repetir la operación con Bescansa, pero la socióloga desechó la idea.

Desde entonces, la relación entre ambos se enfrió. Bescansa perdió poder en el Congreso tras las elecciones de 2016. Pero mantuvo ciertas cuotas tanto en Rumbo 2020 como en el Parlamento. Hasta que estalló Catalunya.

Lo ocurrido entre septiembre y diciembre de 2017 acabó de separar políticamente a dos de los cinco fundadores de Podemos. Iglesias, que había calificado a Bescansa como “la mejor analista electoral” de España la convirtió en una diputada rasa cuando la cofundadora del partido se desmarcó del discurso de Podemos y de Catalunya en Comú, que apostaba por una solución dialogada y un referéndum pactado.

Carolina Bescansa busca desde entonces su sitio en Podemos. La crisis del Telegram le ha dejado una única salida: refugiarse en su tierra natal. La casualidad, o no, ha hecho que su última opción pase por enfrentarse a su antiguo amigo, Pablo Iglesias.

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