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El PNV no descarta ahora apoyar a PP y Ciudadanos para entregar a los jueces el poder de nombrar a su cúpula

Albert Rivera y Pablo Casado durante el desfile del 12 de Octubre. EFE

Gonzalo Cortizo

El Partido Popular sigue intentando convencer al PNV para cambiar las reglas del juego en la elección de la cúpula judicial. La formación vasca no ha decidido aún qué votará en el Congreso ante las enmiendas aprobadas en el Senado con los votos de PP y Ciudadanos. La iniciativa planteada por las formaciones de Casado y Rivera pretende dejar en manos de los jueces el poder para nombrar a 12 de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial. Un portavoz oficial del PNV aseguraba esta mañana a eldiario.es que su voto sería negativo. A esta hora de la tarde, el mismo portavoz afirma que la decisión no está tomada.

La dirección del grupo parlamentario del PNV no aclarará su postura hasta el último minuto. La reflexión se produce después de las negociaciones iniciadas por el exministro de Justicia, Rafael Catalá, con el diputado vasco Mikel Legarda, en la búsqueda de los 176 votos necesarios, para impulsar un cambio de modelo que no aceptan ni PSOE, ni Unidos Podemos.

El Partido Popular decidió la semana pasada apoyarse en las enmiendas de Ciudadanos para cambiar de postura sobre el modo en el que deben ser elegidos los vocales del CGPJ. Con su decisión, los populares pretendían superar el problema de credibilidad generado en torno a su relación con la Justicia. El escándalo de los mensajes del portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó, afirmando que la renovación pactada con el PSOE les permitía controlar a los jueces “desde atrás” ha hecho mella en una formación que pretende ahora un cambio radical de discurso.

Partido Popular y PSOE cerraron en noviembre un acuerdo para renovar en plazo a la cúpula judicial por medio de un acuerdo político. El magistrado Manuel Marchena era el elegido por las dos partes para ostentar la presidencia del CGPJ y del Tribunal Supremo. Los mensajes de Cosidó hicieron saltar el pacto por los aires y el propio Marchena tuvo que salir ante la opinión pública para renunciar al nombramiento que los dos principales partidos habían cocinado en su nombre. Lo hizo el pasado 20 de noviembre.

Tras el fiasco en las negociaciones, el PP se ha reubicado en una nueva posición, alineado con la tradicional reclamación de Ciudadanos de dejar que sean los jueces los que gobiernen sus órganos de poder.

La negativa del PNV convertiría en papel mojado las enmiendas que PP y Ciudadanos sí consiguieron aprobar en el Senado, en donde el reparto de escaños les resulta beneficioso para tomar decisiones sin necesidad del concurso de terceros. Sumados al PNV, PP y Ciudadanos contarían con 174 de los 176 apoyos que necesitan para sacar adelante el nuevo modelo. Ahora están muy lejos de esas cifras.

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