Aznar, de gira para vender su libro: “Lo de Catalunya es igual que el golpe de Estado de la izquierda en el 34”
El expresidente del Gobierno José María Aznar está de gira. Después de que en julio el triunfo de uno de sus delfines, Pablo Casado –fue su jefe de gabinete durante tres años–, ganara las primarias del PP, el hoy presidente de FAES se ha reconciliado con su partido tras casi tres lustros de desavenencias y ha multiplicado su presencia en actos públicos prestándose incluso a debatir con su archienemigo político, el también expresidente Felipe González, con quien mantuvo un cara a cara hace dos semanas en un acto por el 40 aniversario de la Constitución española.
Este lunes Aznar volvía a reaparecer, en este caso para promocionar un libro de su fundación, Miguel Maura. La derecha republicana (FAES, 2018), de Antonio Cañellas, sobre el que fuera ministro de la Gobernación de la Segunda República. Allí ha pronunciado un discurso con permanentes alusiones a la actualidad política, pocos días antes de que presente su propio libro El futuro es hoy (Planeta, 2018). El expresidente ha llegado incluso a equiparar el desafío independentista catalán con los sucesos de octubre de 1934, la huelga revolucionaria que paralizó gran parte del país.
El expresidente ha asegurado que es necesario “recordar” el “golpe de Estado del año 34” precisamente “hoy”, cuando se cumple un año del referéndum independentista catalán. Aznar ha asegurado que esa acción fue llevada a cabo “por partidos de izquierdas con el apoyo nacionalista especialmente de la Generalitat de Catalunya”. A renglón seguido, ha sostenido que “si uno se asoma hoy a los discursos de las Cortes de la República sobre los sucesos del 34 parece que está leyendo algo actual. Porque hoy está pasando exactamente lo mismo”.
Después ha añadido que la década de los 70 “abrió un nuevo periodo en nuestra historia y una valiente y atrevida generación de compatriotas modificaron el destino de España”. Aznar ha defendido que “la democracia que edificamos en el 78 aprendió de los errores del programa republicano y por eso uno de sus pactos fundamentales fue mirar hacia el futuro y no mirar hacia atrás”.
A su juicio, la situación de España no es políticamente la mejor de las posibles porque esos pactos esenciales han entrado radicalmente o esencialmente en crisis“.
“No entiendo muy bien que se pongan en cuestión los pilares del éxito histórico. Pero me cuesta trabajo entender que no sean las viejas generaciones combatientes de la Guerra Civil sino los nietos de aquellos que no vivieron la guerra ni la postguerra los que propongan el retorno a ese periodo de exclusión y enfrentamientos y de imposiblidad de coexistencia pacifica en España”, ha añadido.
En su opinión, “hay muchas formas de mirar al pasado: con nostalgia, con ira, con decepción o con impulsos de revancha”, todas ellas “evitables”. Por eso ha considerado “absurda” la Ley de Memoria Histórica porque sin ella cuando él estaba en la Moncloa trabajó por las víctimas del franquismo. “En mi Gobierno se establecieron y aprobaron normas muy importantes de reparación de las víctimas de Franco”, defendió.