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El Congreso fracasa en arrancar novedades a Bárcenas: “Esto no tiene nada que ver con Kitchen”

Comparecencia de Luis Bárcenas en la comisión de investigación sobre la operación Kitchen.

Pedro Águeda / Elena Herrera

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El éxito de la comisión de investigación de la Operación Kitchen en su primera sesión fue obtener el nombre de un político del PP, ya retirado, que en 2012 medió presuntamente con Mariano Rajoy para que Rosalía Iglesias, mujer de Luis Bárcenas, entrara a la Audiencia Nacional por el garaje y evitara a la prensa. A eso se redujeron las revelaciones durante la intervención del extesorero en respuesta a diez grupos parlamentarios durante tres horas.

El político se llama Alfredo Prada, exconsejero de Esperanza Aguirre, al que Pablo Casado dio un cargo en el partido en 2018 que luego le retiró el pasado noviembre. El resto fueron negativas de Bárcenas a contestar, preguntas que nada tenían que ver con la Operación Kitchen o afirmaciones del tesorero que ya había realizado en varias ocasiones, en sede judicial y a los medios de comunicación. El propio Bárcenas repitió, ante las preguntas, a varios portavoces: “Esto no tiene nada que ver con Kitchen”.

Entre los diez grupos parlamentarios se sitúan los que intentaron saber qué quería robarle el Ministerio del Interior del PP a Luis Bárcenas y los que no tenían ningún interés en la operación “parapolicial”, según la describen el juez y la Fiscalía. En este último extremo se situó un diputado del PP llamado Luis Santamaría, que decidió no hacer ninguna pregunta a Bárcenas y convertir su intervención en una lista de supuestos casos de desviación política y/o corrupción de casi todos los partidos presentes.

El portavoz del Grupo Popular mencionó Venezuela, ETA, el caso Filesa, el caso Neurona, los ERE… Incluso ideó una investigación que no es tal sobre la supuesta caja B de Podemos o una entrevista del comisario Villarejo con José Manuel Villarejo para recuperar un dinero que un “narcorégimen” habría dado a los de Pablo Iglesias. Santamaría también al resto de fuerzas de querer convertir esta comisión parlamentaria en una “causa general” y un “juicio inquisitorial” contra el PP “vulnerando” el mandato del Congreso.

Insiste en que grabó a Rajoy destruyendo papeles de la contabilidad B

A preguntas del diputado del PSOE Felipe Sicilia, Bárcenas reiteró que es “público” que le robaron dos soportes de audio y “documentación útil” tanto para el juicio de la Primera Época de Gürtel como para el que se celebra ahora de la caja B, así como “documentación sobre la financiación de temas regionales”. Sobre las grabaciones, aseguró que una de ellas recogía el momento en que entregó a Mariano Rajoy dinero de la presunta caja B y unos documentos con esa contabilidad que el expresidente del Gobierno, según su versión, destruyó en ese momento.

“¿Grabó a Mariano Rajoy en esa conversación y destruyendo esa contabilidad?”, le preguntó el parlamentario socialista. “Así es”, respondió el extesorero, que más tarde explicó al diputado del PNV Mikel Legarda que había realizado esa grabación no con el ánimo de chantajear, sino ante el temor de que “todo el mundo negara una realidad” y para tener una prueba de que esa era “la contabilidad del partido”, no exclusivamente unas anotaciones de él y de Álvaro Lapuerta, quien fue tesorero durante las casi dos décadas que él ocupó la gerencia de la formación.

No fue la única alusión que hizo al expresidente del Gobierno y del PP. “Es una suposición, pero así lo creo”, respondió cuando el diputado socialista le preguntó si creía que Rajoy fue quien ordenó al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz que le robara la información que podría dañar al PP. Minutos después, a preguntas del diputado de ERC Gabriel Rufián, amplió el foco y apuntó a la cúpula del PP de la época, que tenía como principales exponentes a Rajoy y a su número dos, la entonces secretaria general, María Dolores de Cospedal, y a la que está públicamente enfrentado. “¿Quién está detrás [del operativo de Kitchen]?”, le preguntó el parlamentario. “Entiendo que los máximos responsables del partido y del Ministerio del Interior. El Partido Popular de la época de Rajoy. Ni el de Aznar ni el de Casado”.

El extesorero también volvió a verse las caras con Edmundo Bal, abogado del Estado durante el juicio de la llamada Época 1 de Gürtel, por el que cumple una condena a 29 años de cárcel. A preguntas del ahora diputado de Ciudadanos, Bárcenas apuntó a la posibilidad de que una “tercera persona” también estuviera en el origen de ese operativo además de Rajoy y Cospedal, aunque no quiso desvelar su identidad. “No tengo ninguna duda de que la operación es cierta, lo que no conocemos es el autor ideológico. Pero tiene que ser una persona del más alto nivel. Puede haber una tercera persona incluso. Prefiero no dar más nombres”, afirmó. “¿Exculpa a Francisco Martínez [el número dos del ministro Jorge Fernández Díaz en Interior]?”, le preguntó después Bal. “Ni mucho menos, pero él tenía a alguien por encima. Él no organiza tal despliegue de medios sin cobertura de un superior”, afirmó el extesorero.

Uno de los momentos más tensos tuvo lugar con la diputada de Vox Macarena Olona, a la que negó que nadie del PP se comprometiera con él a un trato mejor a su esposa Rosalía Iglesias si él colaboraba e incidió en que sólo hubo planteamientos relativos a la defensa en el marco de la causa Gürtel. “No tengo el menor interés en contestarle y no le voy a contestar”, le espetó cuando la diputada le echó en cara que sostuviera ante la comisión que no llegó a ningún acuerdo con el PP sobre su esposa cuando en el escrito que envió a la Fiscalía Anticorrupción en febrero sostenía lo contrario.

De hecho, tras acabar su interrogatorio, Bárcenas reconoció que le había sorprendido el “claro interés” de la parlamentaria de la formación de extrema derecha por “desacreditar” su testimonio. No obstante, subrayó que tiene “la mejor de las opiniones” de Santiago Abascal, cuyo padre aparece en su contabilidad paralela como receptor de dos millones de pesetas en 1999.

En su escrito a la Fiscalía Anticorrupción del pasado octubre, Bárcenas confesó por primera vez que el Gobierno de Aznar adjudicó grandes obras a cambio de mordidas para el PP. “El motivo por el cual Álvaro (Lapuerta) percibía directamente estos donativos era porque se trataba de persona de la máxima confianza del Partido y la persona designada de poner en conocimiento –si fuera el caso– al ministro que fuera competente en razón de la obra o servicio al que pudiese afectar la concreta adjudicación pública”, manifestó entonces el tesorero. La diputada de ERC Miriam Nogueras, le preguntó si había una contabilidad de esas supuestas contraprestaciones, algo que Bárcenas negó de manera tajante. “Contraprestaciones claras no existían. No existe una libreta en la que figure ‘entrega 60.000 euros el 2% de tal cantidad consecuencia de la adjudicación’. Eso nunca ha sido así de claro”, respondió el extesorero. 

Al igual que hizo en ese escrito, Bárcenas reiteró en el Congreso que altos cargos del partido y miembros del Gobierno de Aznar recibieron pagos opacos. Lo hizo cuando el diputado de Bildu Oskar Matute le enumeró lo que él definió como el “dream team” del PP: Rajoy, Cospedal, Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato, Federico Trillo... El extesorero dijo de nuevo que todos los dirigentes que figuran en sus anotaciones manuscritas cobraron en B en algún momento. “Ya somos mayores y sabemos que si recibimos un sobre con dinero, no sale de debajo de un ladrillo”, aseveró. Y, como ya hiciera ante el tribunal que juzga la caja B, les pidió “valentía” para reconocerlo, aunque matizó que esto no quiere decir que “todos” estuvieran al tanto de la procedencia ilícita del dinero.

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