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Luceño introdujo a alguien llamado Lin Shin en el reparto de comisiones con el que engañó a Luis Medina

Correo electrónico enviado por Luceño a Medina el 20 de abril de 2020

Pedro Águeda

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Un nuevo nombre exótico emerge en el caso mascarillas. Se trata de Lin Shin, a quien Alberto Luceño incluye en el reparto de beneficios en un correo electrónico que envió a Luis Medina el 20 de abril de 2020. Este supuesto individuo cobraría lo mismo que los dos españoles, y ellos tres, cada uno por separado, más que el malasio San Chin Choon, según la tabla del reparto de beneficios que Luceño remitió a Medina y que ya está acreditado que se trataba de un engaño entre los comisionistas. 

Cuando Medina fue llamado a declarar por primera vez, durante las diligencias secretas de Anticorrupción, el hijo de Naty Abascal dijo que había pactado con Luceño repartirse en tres tercios los beneficios, sumando a los de ambos a un empresario malasio. Luis Medina pensaba que había cobrado en comisiones lo mismo que Luceño, cuando ingresó un millón y el otro imputado, un total de cinco millones de euros. 

Lin Shin no puede tratarse del fabricante chino porque en el cuadro que Luceño envió a Medina consta que uno de los tres productos vendidos, las mascarillas, habían costado 2,4 millones de dólares (pagados al fabricante chino), y que se habían vendido al Ayuntamiento por 6,6 millones de la misma moneda. En ese cuadro, a continuación, se hace un desglose del “profit” (beneficio) entre cuatro supuestos actores: “Luis” (1 millón), “Alberto” (1 millón), “Lin Shin” (1 millón) y “LENO”, la empresa de San Chin Choon y supuesto proveedor, (700.000 dólares). 

¿Quién es entonces Lin Shin? ¿Se trata de alguien inexistente que inventa Luceño para ampliar sus beneficios? Sumando las cantidades que obtienen este supuesto individuo y Luceño de las mascarillas y los test –las comisiones por los guantes se habrian devuelto– el resultado son 3,8 millones de dólares, todavía lejos de los 5 millones de euros que ingresó el empresario español. Para acercarse a esta cifra habría que sumar al beneficio de ambos también los de San Chin Choon y los 500.000 dólares de donación que se especifica, lo que acrecienta aún más las dudas sobre el verdadero papel del empresario malasio en la trama. 

El correo electrónico en el que aparece este reparto había sido entregado al al fiscal Luis Rodríguez Sol por Luis Medina cuando Anticorrupción llevaba en secreto la investigación. Sin embargo, no estaba entero: la tabla del reparto aparecía cortada. Ahora, la representación de Medina ha entregado al juzgado el desglose entero junto a un escrito a los que ha tenido acceso elDiario.es

En esta versión completa se puede apreciar el reparto de ganancias de los test y los guantes, en los que igualmente aparece el tal Lin Shin. Debajo –y esta frase ya aparecía en la primera versión entregada al fiscal– Luceño cuenta a Medina que para solucionar el problema con los guantes han tenido que renunciar a la comisión. Se refiere a la protesta del Ayuntamiento por el hecho de que los guantes recibidos llegaban solo hasta la muñeca y no hasta el codo, como se había pactado. Luceño dijo a Elena Collado que negociaría con Leno rebajar el precio aunque lo que en realidad hizo fue renunciar a la comisión. El Ayuntamiento se quedó finalmente con unos guantes más baratos pero que no servían para proteger a los sanitarios en primera línea contra el virus. 

“Como ves, ya cobramos el IMPFA de las máscaras, y habían realizado la transferencia de los guantes, pero por el problema, hubo que retroceder esa comisión y nos hemos quedado sin nada en ese producod por el miedo. Hoy han realizado la transferencia del IMPFA de los test, que es la que te he adjuntado”, escribe al final del correo Luceño. 

Llama la atención que el fiscal que conocía la existencia de este correo desde los primeros meses de su investigación no haya preguntado por Lin Shin a los comisionistas, ni en sus interrogatorios en Anticorrupción ni una vez presentada la querella, ya en calidad de investigados. 

Luceño ha declarado que solo lo ha visto una vez, en 2018, y que desde entonces trata con un tal Anthony, un chino que habla inglés y que utiliza ese nombre para facilitar el trato con occidentales. Nadie interrogó a Luceño sobre si Anthony es en realidad Lin Shin o si éste no existe y simplemente se trató de un ardid para engañar a su socio Medina en el reparto de comisiones. 

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