Los partidos, obligados a mostrar sus pactos para controlar el Congreso antes de las autonómicas y municipales
Los partidos tendrán que mostrar sus cartas sobre posibles pactos antes de las elecciones municipales y autonómicas previstas para el 26 de mayo. La convocatoria de elecciones generales para el 28 de abril, anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, influirá en los comicios inmediatamente posteriores porque para entonces las principales formaciones ya habrán empezado a retratarse con decisiones como la elección de la persona que ostentará la presidencia del Congreso.
Los electores irán a las urnas en mayo previsiblemente sin que se haya investido a un presidente del Gobierno, pero con bastantes pistas sobre los acuerdos en los que las diferentes formaciones estarán trabajando para entonces. Antes de las municipales y autonómicas, las formaciones políticas tendrán que acordar la configuración de la Mesa del Congreso y los equilibrios de poder que marcarán qué partidos tendrán en su mano ordenar el día a día de los debates parlamentarios en el nuevo tiempo político.
La Constitución señala en su artículo 68.6 que “el Congreso electo deberá ser convocado dentro de los veinticinco días siguientes a la celebración de las elecciones”. En esa sesión tendrá que elegirse la mesa. Esto supone que durante el desarrollo de las campañas electorales de europeas, municipales y autonómicas se habrán empezado a definir los bloques en los que se unirán los principales partidos para la toma de las principales decisiones.
Para entonces se podría saber si hay acuerdo entre las tres derechas para gobernar el Congreso, si por el contrario Ciudadanos decide romper el 'cordón sanitario' impuesto sobre el PSOE o si los números dan para una mayoría de izquierdas abriendo la posibilidad a otros equilibrios. Los votantes llegarán a las urnas del 26M con toda toda esa información sobre la mesa.
Un gran acuerdo de las tres derechas tras las generales afectará a los mensajes con los que Partido Popular, Ciudadanos y Vox tendrían que encarar la segunda de las campañas electorales, prevista para el 26M.
En lo que respecta al PSOE, los principales barones temen un perjuicio para sus expectativas electorales si de esos primeros acuerdos para configurar la Mesa del Congreso se vislumbra que los votos de las formaciones independentistas sirven para apoyar de nuevo los intereses del PSOE que lidera Pedro Sánchez.
Fuentes de la dirección del PSOE desligan los pactos que se puedan cerrar tras las generales de los que pudieran gestarse después de las municipales y autonómicas. “Tendrán libertad para pactar”, aseguran, en referencia al margen de negociación que se le entregará a los barones para el día después del 26M.
En el mismo sentido se muestran en Ciudadanos. Según el entorno de Albert Rivera, la decisión adoptada por su Ejecutiva para no pactar con el PSOE “se circunscribe a las generales” y no tiene por que afectar a los pactos que pudieran cerrarse con posterioridad en otros ámbitos. En el PP no hay una decisión tomada. Un portavoz de Pablo Casado asegura que “hasta el día después de las elecciones generales no se decidirá qué pactos se promueven, ni si estos incluyen una o varias administraciones”.
En el actual escenario de fragmentación política y con multitud de partidos compitiendo por el mismo espacio ideológico, la búsqueda de acuerdos en torno a un bloque se hace más necesaria que nunca para la configuración de mayorías.
La elección y reparto de la Mesa del Congreso es una de esas negociaciones que exige el acuerdo entre varios partidos. De este órgano dependen el ordenamiento del día a día en el Parlamento con decisiones tan importantes sobre qué se debate y cuándo se debate. La Mesa decide también sobre cuestiones tan polémicas como los vetos con los que el ejecutivo de Rajoy intentó frenar la actividad legislativa de la oposición.
La tradición señala que el color del partido que se hace con la presidencia suele coincidir con el de quien se queda con la jefatura del Gobierno. Sin embargo, tras las elecciones de diciembre de 2015 sucedió lo contrario: el PP ganó por la mínima y el socialista Patxi López fue nombrado para presidir el Parlamento. Tras la moción de censura, se volvió a alterar el canon clásico: Ana Pastor presidió el Congreso, con Pedro Sánchez en la presidencia.
El apretado calendario electoral previsto para la primavera hará coincidir los acercamientos propios del periodo postelectoral con el final de otra campaña aún en marcha. De cara a las elecciones del 26M, los votantes podrán acudir a las urnas sabiendo cómo se empiezan a configurar los bloques políticos y si se cumplen las líneas rojas que algunos se han empezado a marcar entre ellos de cara a la configuración acuerdos.