Llevo un tiempo en la búsqueda activa de empleo. Me he metido en tropecientos portales, he actualizado mi currículum innumerables veces, he actualizado fotos, he hecho cursos… He hecho todo lo que una persona que busca trabajo puede hacer. Pero en este proceso me he encontrado con varias cosas que me llaman la atención. Como no encuentro trabajo por la vía “normal”, he entrado en portales de empleo para personas con discapacidad y, oh sorpresa, he visto naves ardiendo más allá de Orión.
¿Dónde están los trabajos cualificados para personas con discapacidad? No paro de encontrarme ofertas de operarios, mozos, carretilleros, administrativos… pero no hay puestos intermedios, ni puestos creativos, ni directivos. ¿Dónde están esos trabajos? Yo he tenido la suerte de poder estudiar un módulo, luego una carrera y un máster y ahora empiezo otra carrera… A veces me encuentro que, para trabajos de baja cualificación, estoy sobrecualificado, y para los trabajos de puestos directivos, no tengo la suficiente experiencia. Total, una mierda.
Y esto me lleva a hacerme una serie de preguntas. ¿Cuál es la verdadera inclusión? ¿Por qué sólo hay una reserva de puestos para personas con discapacidad en trabajos con poca cualificación? ¿Qué es lo que se espera de nosotros como personas con discapacidad?
Parece que subyace una intención de colocarnos en sitios donde no molestemos, las personas con discapacidad aquí. En este sitio, donde pueden desarrollar un trabajo, pero sin molestar mucho. He escuchado algunas razones, entre ellas que hay más competencia. Pero ese es el tema. ¿Por qué las personas con discapacidad no somos competencia para los puestos directivos o fuera de lo que son operarios?
Le doy vueltas, y cuantas más vueltas peor. Lo comenté en twitter y un usuario dijo que también había que mirar por qué tampoco hay concursantes con discapacidad en los programas de la tele. ¿Estamos asistiendo ante una inclusión al modo de Lampedusa? No me gustaría pensar que eso es así. Me gustaría que hay una cierta inocencia, en la que las administraciones aún no son conscientes de la importancia que tenemos las personas con discapacidad. Que no sólo estamos asistiendo a un proceso de inclusión por tener acceso a ciertos trabajos, sino que no son conscientes de que la diversidad en los trabajos es un proceso de enriquecimiento. Una persona con discapacidad puede aportar soluciones muy distintas a las personas que no tienen con discapacidad. ¿Por qué? Porque tenemos una vista diferente en cierto sentido y eso hace que tengamos un pensamiento bastante más afilado en algunas cuestiones. Más allá de lo que implica la imagen estandarizada.
Os voy a hacer una pregunta: ¿Cuántos ejecutivos o directivos conocéis que tengan discapacidad que ya la tuvieran antes de serlo? A mí se me ocurren dos: Miguel Durán, el antiguo presidente de la ONCE y Álvaro Muñoz de las Casas, el que fuera director territorial de Telefónica en Andalucía hace unos años.
Pero la cuestión es que no hay una representación real, y cuando me refiero a real, hablo de proporcionalidad. Hay un 15% de personas con discapacidad, pero no se refleja socialmente. Una de las cosas que se achacan a esto es un argumento que el feminismo tiene que soportar día sí y día tambien: “Es que a lo mejor no les interesa”. Si alguien piensa esto es que no está en el mundo. Puede ser que a alguien no le interese, pero decir que todo un colectivo no esté interesado, obviando que haya gente que sí pudiera estar… En fin.
Hay días que me levanto pensando que no hay solución, pero hay que seguir dando la lata.
