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Así se consigue organizar una cacería fuera de las fechas permitidas

Muflón.

Raúl Rejón

La caza tiene una dimensión económica innegable. Genera negocio. Solo la acción de abatir piezas produce más de mil millones de euros anuales, según el cálculo de la Fundación para el Estudio y Defensa de la Naturaleza y la Caza. Las empresas cinegéticas se dedican a gestionar cotos donde organizar cacerías y obtener un beneficio. Se trata de un sector económico regulado y conseguir montar una de estas partidas en fechas, en principio, no permitidas parece una tarea difícil. Pero hay caminos.

El pasado 3 de febrero se dio uno de estos casos en una finca abulense, como contó eldiario.es. Por detrás y antes del final de esta historia, una mezcla de peticiones particulares, resoluciones contradictorias y autorizaciones oficiales condujeron a poder sacar adelante la cacería.

El escenario del episodio es el coto Monte El Rincón. Allí se sueltan muflones. Se traen de otras explotaciones para alimentar cacerías. La fecha tope de la temporada era el 15 de diciembre. Pero a comienzos de febrero y a falta de un mes para que se abriera la veda de nuevo, en la finca se dio una montería organizada por la gestora CMD Wildlife. Hacerlo requirió un permiso especial del Gobierno regional. Y lo obtuvo. Dijo que tenía exceso de población y Medio Ambiente le dio el visto bueno el 27 de enero pasado. Autorizó la caza de 40 machos.

La cuestión se complica ya que, solo 15 días antes, el mismo servicio de Medio Ambiente emitió una resolución que autorizaba el traslado y suelta de muflones a ese mismo terreno y cuyo solicitante era CMD Wildlife. El permiso explica que se ha comprobado la situación del terreno y los informes técnicos. Se autoriza la suelta de 40 machos de muflón.

Si había superpoblación el 3 de febrero de 2016, ¿cómo se autoriza una suelta de ejemplares en la misma finca el 12 de enero? El servicio de Caza y Pesca contesta a eldiario.es que “la Administración no encuentra elementos objetivos para oponerse ya que la sueltas están previstas en su plan cinegético (de carácter quinquenal). Es el ejercicio de una libertad de organización del titular cinegético en cuanto a la gestión poblacional que quiere llevar a su acotado”.

La empresa ha afirmado: “Una cosa es pedir autorización y otra soltarlos”. ¿Comprobó la Consejería si se liberaron esos animales? “Normalmente no hay un agente de la Administración. Los cotos suelen tener guardias jurados”, responden en Caza y Pesca.

A pesar de que los permisos salieron del mismo departamento, todo este asunto no supuso traba para que, a los pocos días, se considerara que “por principio de precaución”, la empresa pudiera organizar su montería para “extraer el mayor número posible” de estos muflones del cercón. “Había riesgo de cazadores furtivos y de que algún ejemplar se escapara y eso no nos interesa”, cuentan en la Consejería. El 3 de febrero se abatieron los 40 machos.

Área de influencia del águila imperial

La temporada ordinaria, según la Orden de Caza de Castilla y León, regresa el 1 de marzo. ¿Había necesidad de adelantarlo todo poco más de 20 días? El coto Monte El Rincón cae en una zona de influencia del águila imperial. Eso hace imposible las monterías en la temporada regular de primavera. El plan de recuperación de esta ave en peligro dice que en esas áreas sensibles “no podrán realizarse aprovechamientos cinegéticos ordinarios en los que participe más de un cazador, entre el 1 de febrero y el 31 de mayo, independientemente de la especie objeto de caza”. La montería es un “aprovechamiento” con más de un cazador.

El servicio de Caza y Pesca de la Consejería de Medio Ambiente explica que “ En los cotos privados de caza la Administración no fiscaliza el nivel de ejecución de los planes cinegéticos hasta la finalización de la temporada cinegética el 30 de marzo”. Será entonces, subrayan a eldiario.es, “cuando comprobemos si la empresa ha podido utilizar un subterfugio para realizar una cacería a la que no tenía derecho y ha roto el principio de buena fe”.

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