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Alumnos de 2º Bachillerato afrontan con inquietud la suspensión de clases: temen que la media afecte a la Selectividad

Entrada del CEIP Latina, en Madrid. / J.G.

Laura Galaup

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A pocas semanas de los exámenes finales, los alumnos de 2º de Bachillerato han afrontado con sorpresa el cierre de las clases en la Comunidad de Madrid. Este miércoles en el Instituto Lope de Vega estos estudiantes se reunían en torno a la profesora de Historia de España ante la inquietud de cómo iban a terminar el curso. “Mantenemos la fecha del examen el 30 de marzo para tenerla en mente y que no os relajéis. Si luego cambian las cosas, lo aplazamos hasta cuando se pueda”, apuntaba esta docente, a la que preguntaban de forma insistente cuál era el último tema que iba a entrar en esa prueba. “No os relajéis. No os relajéis”, insistía a los alumnos que se le acercaban.

A finales de abril o principios de mayo se examinarían del final del curso y un mes después tendrían que hacer frente a las pruebas de Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvaU). “El tema que íbamos a dar estos días lo voy a colgar en el aula virtual para que se lo estudien por su cuenta”, indica esta docente. Según explica, después de que la Comunidad de Madrid anunciase que se cancelaban las clases, la directora del centro les envió un un mail para citarles a un claustro en el que expondrían las medidas acordadas por el Gobierno regional. A partir de este miércoles se manejarán a través del aula virtual y las dudas serán gestionadas por correo electrónico. 

“Si la gente se lo toma como si fueran unas vacaciones, le va a bajar la media”, alertaba Pablo, alumno del Instituto Lope de Vega. Su compañera Nerea planteaba que si esto les hubiese pasado en 3º de la ESO harían “una fiesta”, pero que en 2º de Bachillerato “es una faena”.“Básicamente, se nos ha fastidiado el curso. Ha habido bajas de profesores y ahora perdemos 15 días de clase”, lamentaba esta joven. 

A pesar del anuncio del fin de las clases, la Consejería de Educación apuntaba este martes que los centros permanecerán abiertos y los docentes tendrán que seguir acudiendo con normalidad a sus puestos de trabajo. La resolución emitida incidía en prestar atención especial a los alumnos susceptibles de presentarse a la EvaU. 

La medida también preocupa a una profesora del colegio concertado La Salle-San Rafael, en el madrileño barrio de Chamberí, porque tienen un temario muy ajustado para llegar en junio a las pruebas de acceso de la universidad. “Si no retrasan la EvaU, será imposible. Tenemos dos semanas menos”,  apuntaba después de que una de sus alumnas se acercase a ella con cierta ironía y le plantease que ya no se iban a ver en 15 días. “A mí lo único que me inquieta es la recuperación de mates”, replicaba esta joven. 

Problemas para cuidar a los niños 

Más allá de los alumnos de Bachillerato, el fin de las clases ha sido el tema de conversación este miércoles entre los padres a la entrada de los centros. Roxana se preguntaba dónde iba a dejar a su hijo estos próximos 15 días. Trabaja como camarera y es madre soltera. “A mí esta medida me afecta, pero lo veo bien. Voy a tener que pensar entre hoy y mañana qué hago porque no me lo puedo llevar al trabajo. Creo que la administración tendría que plantear una solución”, apunta. 

En esa misma situación se encuentra Betty, trabajadora doméstica. “No sé que voy a hacer. No me puedo llevar al niño”, reseñaba, para preguntarse posteriormente si esta medida se va a extender a los parques infantiles. “¿Qué hacemos? ¿No les dejamos que jueguen?”, apuntaba. A falta de pocos minutos para que empezasen las clases, explicaba que en la entrada del colegio había menos alumnos “que habitualmente”.

Otros padres planteaban que tenían más facilidades porque pueden teletrabajar o porque algún miembro de la familia trabaja en el sector educativo. Uno de ellos es Stephan, un profesor universitario que también ha visto cómo estas restricciones se han aprobado en su puesto laboral. Cree que esa situación le permitirá estar en casa con sus hijos. “Con ellos será algo más complicado poder trabajar, pero lo tengo más fácil que muchos otros padres”, apuntaba. 

“Estarán encantados con esta decisión”

De cara a los próximos 15 días, Pilar, profesora de matemáticas del colegio Fernando El Católico, explicaba que planteará a sus alumnos los mismos deberes que recomendaría para unas “vacaciones normales”. “Lo necesario es que no pierdan el estudio sistemático, pero tampoco es sencillo porque no sabes con quién van a estar y si les van a poder ayudar”, reseñaba. Antes de que se decretase este cierre, esta docente tenía planeados varios exámenes en los próximos días que se han visto frustrados por la decisión de la Comunidad de Madrid. “Hoy no sé si les aguantaré mucho, porque estarán encantados con esta decisión”, señalaba.

En la puerta del colegio público, también generaba duda si ante esta infección los abuelos, que son población de riesgo, pueden echarles una mano en la crianza. “La única opción que me queda es no dormir. Soy enfermera, trabajo por las noches y no creo que le pueda llevar a mi madre al niño en esta ocasión. A mí esta decisión me parece un sinsentido, es población que tiene menor riesgo y les metemos en casa”, opina Cristina. Además, entre su colectivo no considera que beneficie al sistema sanitario que los padres se queden en casa a cargo de los niños. “¿Qué hacemos? ¿qué pasaría si los sanitarios no trabajamos? Creo que la solución pasaría por que los colegios no cerrasen”, explica. 

Ante las dudas planteadas por los padres, la conserje encargada de coordinar la entrada trataba de solucionarlas. “Nosotros tendremos que venir a trabajar por si vienen a hacer medidas sanitarias o higiénicas”, apuntaba a un progenitor. Sobre el número de alumnos que han acudido este martes, se limitaba a plantear que “no ha notado mucha diferencia” entre hoy y un día ordinario. 

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