Los fallecidos en las residencias de Euskadi llegan ya a 1.096 tras las últimas cuatro muertes en la última semana
La semana ha dejado cuatro nuevos fallecimientos en las residencias vascas que elevan a 1.096 el total en la pandemia, según las estimaciones de este periódico. Representan aproximadamente el 23% del total de defunciones motivadas por la COVID-19 en Euskadi. Los últimos decesos se han notificado en las residencias Aldakonea de Donostia (dos casos), Betharram de Hondarribia (un caso) y Txagorritxu de Vitoria (otro). En Gipuzkoa los fallecidos son ya 337 -ya son más los muertos en la segunda fase que en el primer estado de alarma- y en Álava se alcanzan los 221. La Diputación de Bizkaia no ha actualizado los datos esta semana porque no ha habido cambios sustanciales ni nuevos brotes, según fuentes forales. Así las cosas, los casos activos entre los mayores se quedan en 110 repartidos en los mismos trece centros que hace siete días.
En lo tocante a Gipuzkoa, los casos activos son 27 y los brotes con mayor incidencia son precisamente los de Aldakonea y Betharram, aunque quedan casos igualmente en la Inmaculada de Irún y en Atsobakar de Lasarte-Oria. 24 de las personas mayores con COVID-19 han sido derivadas a centros de referencia -que no a hospitales- para procurarles una correcta cuarentena. En el caso de Álava, el diputado general, Ramiro González, ha enfatizado que “la tendencia del virus en las residencias es claramente a la baja”. Del pico de mediados de agosto (47 casos activos) se ha pasado a únicamente tres. Los focos están en Txagorritxu, donde hay un mayor aún infectado en un brote que ha dejado dos fallecidos, y en Jesús Guridi, con dos personas contagiadas. Ambos centros están en la capital, en Vitoria. Sobre la persona que ha muerto, González ha subrayado que tenía “diversas patologías previas”. Estaba vacunada con dos de las tres dosis.
Escribe Iker Rioja Andueza.