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Un neonazi condenado por el asalto a Blanquerna, a juicio por amenazar a un fotoperiodista

El vicepresidente de Democracia Nacional, Pedro Chaparro

Oriol Solé Altimira

Primer juicio contra dos neonazis por las amenazas que los colectivos de extrema derecha llevan un lustro lanzando contra el fotoperiodista Jordi Borràs, especializado en los movimientos ultras españoles.

En el banquillo de los acusados del juzgado de lo penal 26 de Barcelona se sentarán este viernes el vicepresidente del partido fascista Democracia Nacional, Pedro Chaparro, condenado a cuatro años de prisión por el Tribunal Supremo por el asalto a la librería Blanquerna de Madrid, y el responsable del servicio de orden en las manifestaciones del partido, Jorge Del Valle.

Los hechos por los que los dos ultras irán a juicio ocurrieron el 12 de octubre de 2015, en la marcha que varios partidos y grupos de extrema celebran en la montaña barcelonesa de Montjuïc con motivo del día de la Hispanidad.

Ante unos 300 fascistas, expone el relato del fiscal contra los delitos de odio de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar, Chaparro avisó por megáfono de la presencia del fotoperiodista en la marcha a gritos de “ahí está el hijo de puta de Jordi Borràs”. Borràs tuvo que abandonar la manifestación ultra antes de que acabara por las palabras de Chaparro y no pudo desempeñar su labor de reportero.

Posteriormente, en los parlamentos que se realizaron después de la marcha, y cuando Jordi Borràs ya se había ido, el vicepresidente de Democracia Nacional se refirió en estos términos a él: “Hemos visto por aquí esa rata, Jordi Borràs. Os pido en todos que miréis a vuestro lado, y si está, le dais una capón, no muy violento, no sea que os vayan a detener, pero una buena hostia y que se vaya”.

Después del acto, Borràs sufrió una campaña de acoso a través de las redes sociales y pintadas en lugares frecuentados por él como “Jordi Borràs muerte”, lo que ha generado en el fotoperiodista “el temor a posibles a posibles acciones violentas contra él o su familia”, remarca el fiscal.

El fiscal y la acusación particular que ejerce Borràs, representado por la abogada Eva Labarta, reclaman las mismas penas para Chaparro: cinco años de prisión –tres por el delito de coacciones y dos por el delito relativo al ejercicio de libertadas fundamentales–, así como una multa de 3.240 y la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros de Borràs y comunicarse con él durante 5 años.

También reclaman que se condene a Chaparro a no poder enseñar o entrenar a menores de edad durante diez años y a no poder asistir a manifestaciones de grupos neofascistas como Democracia Nacional, Democracia Nacional Joven, Nudo Patriótico Español, Movimiento Católico Español y FE – Falange Española.

Alternativamente, si el juez apreciara un delito de amenazas en vez de uno contra las libertades fundamentales en Chaparro, el fiscal y Borràs piden condenar al ultra a dos años de cárcel.

Respecto a Del Valle, las acusaciones piden condenar al ultra a tres años de prisión por un delito de coacciones, y la misma prohibición que a Chaparro de acercarse a Borràs, asistir a manifestaciones ultras y a dar clases o entrenar a menores. A ambos neonazis las acusaciones les reclaman una indemnización de 10.000 euros por daños morales.

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