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“No somos un templo, somos un barrio para vivir”, reivindican los vecinos de Sagrada Familia

Vecinos y vecinas de la Sagrada Familia se manifiestan bajo el lema "Recuperemos el barrio"

João França

Barcelona —

“No somos un templo, somos un barrio para vivir”, han gritado más de 200 vecinos de la Sagrada Familia que han recorrido el barrio este miércoles en protesta contra el modelo de turismo y para reivindicar el antiguo cine Niza como un equipamiento para el barrio. Jóvenes y mayores se han unido a la protesta que plantean como “el principio de un calendario de movilizaciones que queremos compartir con los demás barrios de la ciudad”, ha dicho Joan Itxaso, de la asociación de vecinos. Se trata de uno de los barrios que más sufre la masificación turística. “En el pequeño entorno que hemos recorrido hoy con la manifestación nos visitan cada día 9 millones de personas”, apuntaba el vecino al final de la jornada.

“Salimos a la calle como han hecho en la Barceloneta, y lo hacemos para ver si finalmente el Ayuntamiento escucha a la ciudadanía, porque sólo está haciendo caso a los lobbies”, lamenta Antonia, 'iaioflauta' y vecina del barrio. Lluís Rabell, presidente de la Federación de Asociación de Vecinos de Barcelona (FAVB) y habitual de las manifestaciones que se suceden desde el verano contra el modelo turístico lo explica: “Hay una apuesta muy clara del gobierno municipal y de los grandes lobbies, que son los que tienen el poder de decisión, por el turismo masivo, y este es un ariete para un cambio más profundo en el modelo de ciudad, a nivel de urbanismo, espacio público, demografía ... ”

La FAVB ha convocado para este jueves una reunión con diferentes asociaciones de vecinos y también asambleas de barrio para tratar la problemática. “Es importante que si se movilizan los diferentes barrios se pueda generar un debate más amplio sobre el modelo de ciudad”, apunta Rabell.

Descaracterización del barrio

Sagrada Familia ha salido a la calle impulsada por la problemática que se encuentran ahora con el antiguo cine Niza. El edificio que acogió el tradicional cine y sala de baile podría ser derribado para convertirse en un Mercadona. El plan aprobado por el distrito para permitir la reforma se publicó el pasado martes, “aprobado por CiU y Esquerra”, remarca Xavier Monge, de la plataforma Recuperamos el Niza. El plan empresarial es derribar el edificio para construir un supermercado de 1.500 metros cuadrados y, a cambio, hacer obras en el interior de la isla. La plataforma en cambio reclama que este espacio sea destinado a equipamientos para el barrio.

“Estamos hartos de tantos supermercados, y sobre todo de Mercadona, cuando faltan espacios para los jóvenes, y también para la gente mayor, pero todo está enfocado al turismo”, lamenta Antonia. Rabell plantea que la problemática de la proliferación de este tipo de establecimientos es que “están planteados en base a que habrá una gran cantidad de gente circulando y se olvidan que hay gente viviendo”.

Los vecinos lamentan que negocios como estos o las tiendas de souvenirs –que son una vieja queja y denuncian que muchas son ilegales– descaracterizan los barrios. Marta, paradista del mercado del barrio, teme por el futuro ante la proliferación de grandes superficies. “Queremos un barrio con personalidad”, ha reivindicado. Lamenta que el barrio ya haya más de 30 supermercados “uno al lado del otro y todos iguales”. “No dejemos que pase con el Niza”, reclama. “Queremos que los mercados y el pequeño comercio puedan cumplir su papel de elemento cohesionador, queremos un mercado donde la señora María se sienta cómoda y sus hijos sean reconocidos por el nombre”, dice.

Problemáticas relacionadas con el turismo

Las problemáticas que denuncian los vecinos relacionadas con el turismo son muy diversas, desde la proliferación de pisos turísticos ilegales hasta la masificación de las calles con las colas alrededor del templo y los grupos que provienen de los autocares aparcados en la Diagonal. Pero los vecinos no son los únicos en impugnar el modelo turístico, sino que a la manifestación se ha sumado un grupo de guías turísticas oficiales, que ya se habían unido a las protestas en la Barceloneta.

“Nos manifestamos en primer lugar porque somos vecinos y vecinas de la ciudad, y algunas de nosotras de la Sagrada Familia, pero como guías oficiales algunos problemas de los vecinos también son nuestros”, dice Susanna Mendoza. “El Ayuntamiento nunca ha hecho caso a nuestras propuestas por un turismo de calidad y para evitar la masificación, así que nos sumamos a las protestas para hacer fuerza”, explica. “Nos dicen que toda nuestra economía depende del turismo, pero no todo vale, porque en realidad representa sólo un 15% del PIB”, asegura.

Mendoza afirma que el turismo que busca guías oficiales tiene un perfil más cultural. “En cambio el Ayuntamiento no controla el intrusismo que da pie al turismo descontrolado, y además tiene unas condiciones laboral precarias o se cobra en negro”, apunta. “Nos hablan de lo que nos aporta el turismo, pero hemos hecho estadísticas y la mayoría de los grupos sin guía oficial no van a lugares donde se paga”, concluye.

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