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Fabra arriesga 260 millones en el rescate del banco valenciano de las pymes

El President de la Generalitat, Alberto Fabra

Voro Maroto

Más dinero público para entidades financieras fallidas. Europa ha dado el visto bueno al rescate de la SGR de la Comunidad Valenciana, una entidad semipública especializada en avalar a las pequeñas y medianas empresas que se declaró en preconcurso de acreedores tras años de gestión opaca y ruinosa.

La Generalitat, que tras la desaparición de Bancaja y CAM no quería perder otro instrumento financiero, arriesga 260 millones en la operación. 200 son para avalar los préstamos de la banca que permitirán que la entidad continúe funcionando. Y los otros 60, invertidos en forma de capital, han convertido a la administración valenciana en primera accionista de la entidad: tiene ya el 41% de la sociedad.

No se ha pedido responsabilidades a los gestores que llevaron a la SGR al borde del precipicio, fundamentalmente Juan Manuel García Puchol, el consejero delegado, y José Roca, presidente y número 1 de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC).

García Puchol, tras su destitución, estuvo varios meses cobrando sin ir a trabajar porque no aceptaba la indemnización por despido que le ofrecía la empresa. Quería un millón de euros, aunque el juzgado lo dejó con menos, 144.000 euros, su salario anual.

La SGR tenía en su accionariado a Bancaja, CAM y muchas pequeñas empresas que se aprovechaban de su intermediación para conseguir financiación en la banca tradicional. Hasta 9.000 pymes han utilizado sus servicios para acometer nuevas inversiones o financiar su circulante.

Una apuesta desmedida por el sector inmobiliario –común a toda la economía española- y una gestión del riesgo crediticio laxa en los años de la burbuja acabaron con la crisis en una morosidad rampante (del 10%) y pérdidas muy importantes (más de 130 millones en 2011 y 2012). Para evitar la desaparición de la SGR, la más grande de España con 1.092 millones comprometidos en operaciones de riesgo, la Generalitat maniobró.

Consiguió el visto bueno del supervisor bancario, el Banco de España, el Ministerio de Hacienda y, finalmente, la Comisión Europea, para evitar la liquidación definitiva del sector financiero valenciano. El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, se felicitaba. “La SGR persiste, sobrevive, sale fortalecida, saneada y validada por todas las autoridades” y “empezará a tener una actividad responsable y ordenada” como “un instrumento clave” de la economía valenciana.

Lo que no destacó es que el contribuyente valenciano asume el riesgo de otra mala gestión en la SGR, cuyo nuevo equipo directivo es de la confianza de las patronales valencianas. Hay quién recuerda el inquietante parecido entre esta operación y el aval fallido al Valencia CF. Otros empresarios consultados, sin embargo, y pese a la patética situación del banco de la Generalitat, el IVF, ven aquí el embrión de la banca pública valenciana.

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