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Cinco respuestas sobre la nueva vida del edificio España

Fachada principal del Edificio España / Flickr: Rubén Vique

Marcos Pinheiro

El edificio España se prepara para su resurrección. El emblemático inmueble que preside la Plaza de España ha tenido tres dueños en poco más de dos años y ha estado a punto de ver su fachada reducida a escombros. Después de que Wanda haya desistido de su macroproyecto que incluía locales, hoteles y apartamentos de lujo, el empresario murciano Trinitario Casanova planea una reforma menos ambiciosa, pero que pondrá el edificio en marcha cuanto antes. Aquí están algunas de las claves.

¿Quién es ahora el dueño?

El empresario murciano Trinitario Casanova ha comprado el edificio, aunque aún no se ha materializado la transacción. La directora general de Control de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid, Ana Perpiñá, anunció el miércoles que la compra se cerrará en octubre.

Trinitario Casanova está al frente de Baraka, un holding de empresas con sede en Murcia, y es un especialista en pelotazos urbanísticos. Sus diferentes negocios, que incluyen incursiones en la banca, le han provocado algunos problemas judiciales. A comienzos de junio, un juzgado de Madrid condenó a Casanova a un año de prisión por un delito contra el mercado y los consumidores tras difundir falsos rumores de opa en el Banco Popular para aumentar el precio de las acciones en 2008. El fallo inhabilita al promotor murciano para intervenir en el mercado financiero durante el tiempo de la condena.

El empresario también estuvo envuelto en el caso de La Zerrichera, unos terrenos que eran de su propiedad y que, a pesar de estar protegidos, fueron autorizados para urbanizar por el Ayuntamiento de Águilas. El juez del caso, que lleva 10 años en los tribunales, pide cuatro años de cárcel para el exdirector general de Calidad Ambiental Antonio Alvarado por recalificar los terrenos.

¿Wanda gana o pierde con la venta?

A pesar del frustrado proyecto de la multinacional china para el edificio España, y las constantes filtraciones que apuntaban a que esto reduciría su precio de venta –se llegó a publicar que podría perder 200 millones en la operación–, Wanda ha conseguido deshacerse del edificio ganando dinero.

En 2014 lo compró al Banco Santander por 265 millones de euros. Esta operación sí que fue muy beneficiosa para Wanda y no para el banco, que se había hecho con el inmueble por 389 millones de euros y lo vendió perdiendo 124.

Unos días después de que se confirmase la venta a Trinitario Casanova, el pasado julio, Wanda informó a la Bolsa de Valores de Hong Kong de que vendía el edificio por 272 millones de euros. Es una ganancia mínima en una operación de este calibre, pero lo cierto es que, después de todo, la multinacional abandona el proyecto ganando siete millones de euros.

¿Qué va a pasar con el edificio?

El Ayuntamiento de Madrid dejó claro que quería que Casanova pusiese en uso el Edificio España cuanto antes para que no se repitiese lo ocurrido con Wanda. El empresario murciano ya había comprado otras propiedades en la Gran Vía, pero lo había hecho para luego venderlas y ganar dinero con la operación. La misma estrategia para el edificio España supondría un nuevo e indefinido retraso a su reforma.

Parece que Casanova tiene otros planes para el edificio. En la primera reunión con los responsables municipales de Urbanismo aseguró que quería acometer las obras para ponerlo en funcionamiento. La alcaldesa, Manuela Carmena, dijo a comienzos de septiembre en una entrevista que Casanova reformaría el edificio. Su intención es que las obras empiecen en enero de 2017.

Según explicó la alcaldesa, Casanova reformará primero la parte baja del edificio para darle un uso comercial, y luego el resto del inmueble para que albergue un hotel. Cinco Días asegura que el empresario ya ha contratado a una consultora para que busque empresas hoteleras que gestionen las instalaciones.

¿Qué ocurrirá con su fachada?

Fue el elemento central del enfrentamiento entre Wanda y el Ayuntamiento de Madrid. La multinacional china también quería destinar el edificio a un uso hotelero, pero su proyecto incluía una obra mucho más profunda que pasaba por derribar la fachada y volverla a construir. Pero su plan se topó con el rechazo de la Comisión Local de Patrimonio Histórico.

Este organismo, en el que la Comunidad de Madrid tiene mayoría y cuenta con representación del Ayuntamiento, se opuso a que Wanda derribase la fachada del edificio y la volviese a construir pieza a pieza. Durante las negociaciones, Wanda argumentó que mantenerla intacta supondría instalar una estructura de andamios que cortaría parte de la calle Princesa.

Wanda y el Ayuntamiento se reunieron en varias ocasiones para desbloquear la situación, y tras meses de desavenencias, se llegó a anunciar en abril que se había llegado a una solución intermedia que satisfacía a ambas partes. Pero finalmente Wanda desistió y vendió el edificio.

En principio, los planes de Casanova no pasan por acometer una reforma de esa envergadura. No quiere derribar la fachada, así que en principio no habrá conflicto. Fuentes de la Consejería de Urbanismo destacan la buena predisposición del empresario para acometer las obras. Según han explicado a eldiario.es, Casanova quiere reformar el edificio “respetando sus condiciones estructurales”, tanto la fachada como los “peines” de detrás.

¿Afectará todo esto a la reforma de la Plaza?

Madrid se encuentra en la recta final de un proceso participado para reformar por fin la Plaza de España, un proyecto que el Ayuntamiento de la capital tiene pendiente desde hace años. Algunos de los empresarios de la zona se comprometieron a poner dinero para una remodelación que revitalizará la zona y beneficiará a sus negocios. Wanda dijo que aportaría 30 millones de euros.

Aunque no es una obligación aportar dinero para la remodelación, fuentes de Urbanismo explicaron poco después de la venta que lo normal es que los empresarios de la zona contribuyan a una obra que les va a beneficiar, y que esperan llegar a algún tipo de acuerdo con el empresario murciano. Sin embargo, no se ha avanzado en este punto y, según explicó Carmena, el Ayuntamiento no necesita esa aportación y puede acometer la reforma con sus propios fondos.

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