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Cantabria registra un descenso en el número de vacas frisonas de casi el 50% desde el año 2000

Un ganadero ordeñando una de sus vacas en Torrelavega | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

Rubén Alonso

El número de vacas frisonas ha descendido casi a la mitad en Cantabria desde hace 17 años, según recoge el Instituto Cántabro de Estadística (ICANE). Concretamente, en el año 2000, la cifra era de 111.214, mientras que en 2016, los últimos datos hablan de 68.199, produciéndose una reducción progresiva de esta especie a lo largo de los años. 

La organización agraria cántabra Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (UGAM), perteneciente a la Coordinadora de Organizacines de Agricultores y Ganaderos (COAG), de ámbito nacional, pone el foco de principal preocupación en “el descenso de los productores”. 

Gaspar Anabitarte, portavoz de esta agrupación, asegura que ambos descensos “van acompasados”. El problema, tal y como señala a este medio, es que las explotaciones “se van intensificando cada vez más”. “Las vacas tienen producciones más altas y para producir la misma cantidad de leche, se necesitan menos animales”, explica. 

Este hecho no se traduce en menos animales por explotación, sino en “menos explotaciones con más animales”. A pesar de ello, Anabitarte ratifica que se produce un descenso del número de vacas, tal y como refleja el estudio del ICANE.

Según cuenta el integrante de UGAM-COAG, en Cantabria, a diferencia de en el resto de España donde las explotaciones son aún más intensivas, “se ha producido un descenso de la producción en cantidades muy importantes”. Recalca que de llegar a producir 540 millones de litros al año, “ahora nos movemos en cerca de 450 millones”. 

Por su parte, Raúl Guillarón, portavoz de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), no cree que el descenso en el número de vacas haya sido de casi el 50%. “Me parece muy significativo”. Aún así, coincide con Anabitarte en que “sí se ha producido una reducción, tanto en el número de ganaderos como en el número de vacas”. 

No obstante, difiere en los niveles de producción puesto que subraya que prácticamente se ha mantenido. “Ha habido un ligero recorte pero es mayor en el número de animales y ganaderos que en la producción”, sostiene. Apunta como causa la intensificación de las explotaciones: “ha habido un cambio en la alimentación, en el sistema productivo, los animales se fuerzan más”, expone. 

Aproximadamente, Guillarón cifra el número de ganaderos en 1.600-1.700 en 2011, mientras que en la actualidad está por debajo de los 1.300. “La mayoría son jubilaciones y abandono de la actividad por falta de rentabilidad”. 

Despoblamiento rural

La intensificación de las producciones trae consigo una serie de dificultades para los ganaderos, como el encarecimiento de los costes de producción, que desemboca en la despoblación progresiva del medio rural. Anabitarte refleja esta afirmación en el descenso en el número de explotaciones de este ganado. Afirma que, aunque no tiene el dato exacto del año 2000, sí puede decir “fijo” que había más de 3.000, mientras que actualmente se ha reducido hasta 1.300. 

Ambos portavoces coinciden en que la solución es “hacer rentable” este sector puesto que a día de hoy no lo es. “Si sigue en la situación en la que está, a pesar de que ha mejorado un poco en los últimos años, no cabe esperar que nadie se interese por él”, reconoce Anabitarte.  “No se potencia”, asegura Guillarón, y socialmente, “trabajar en esta actividad está visto como un desprestigio, lo que provoca en ella un retroceso”, concluye.  

“Reconversión silenciosa”

Este medio también se ha puesto en contacto con la Consejería de Medio Rural del Gobierno de Cantabria. Ante este panorama, aseguran desde este departamento que se está produciendo “una reconversión silenciosa del sector, con una reducción notable de las vacas de actitud láctea -que no de la producción de leche, cuyo rendimiento se mantiene con menos cabezas de ganado debido a la mejora genética- y un notable incremento del ganado de carne”.

Asimismo, subrayan que esta reconversión puede “estar pasando inadvertida, tanto para las instituciones públicas como para los sindicatos agrarios y la propia opinión pública”. Exponen que las explotaciones se han reducido, pero “ha aumentado su competividad y eficiencia”. Las 3.800 ganaderías de leche que había en Cantabria en el 2001 se han reducido a 1461, según datos de la Consejería. 

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