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Hackers en el Parlamento Europeo

Aitor Riveiro

Las próximas elecciones europeas serán las primeras en las que partidos españoles que presentan como eje central de sus programas los derechos digitales, la neutralidad en la red, la tecnopolítica o la privacidad tengan opciones reales de sentar algún diputado en Estrasburgo. El Partido X, Equo y la Confederación Piratas han logrado los avales y firmas necesarios para concurrir a los comicios de mayo y las encuestas les sitúan con opciones reales de lograr representación, al menos en los dos primeros casos.

El Europarlamento ya cuenta entre sus miembros con tres diputados que militan en el recientemente formado Partido Pirata Europeo (PPE), una organización paneuropea en la que se engloban diversos partidos de implantación nacional que, con desigual éxito electoral, pueden considerarse pioneros de esta fórmula ideológica.

Al barco se ha subido el sueco Peter Sunde, uno de los fundadores de la web de enlaces P2P The Pirate Bay, por la que afronta un proceso judicial en su país que puede acabar con él en la cárcel. Sunde es el candidato del PPE a presidir la Comisión Europea junto a la actual eurodiputada sueca Amelia Andersdotter y defiende la necesidad de dar el salto del activismo a la política: “No puedes vencer siempre a los políticos con tecnología nueva. A veces realmente tienes que asegurarte de que la política esté en línea con lo que la gente quiere”.

El candidato ejemplifica esta visión con la constante lucha entre hackers y policías: unos por esconderse y los otros por atraparles. Lo lógico, defiende Sunde, no es mejorar los sistemas de encriptación; lo lógico es votar para evitar que la policía te persiga.

El ideario pirata recoge múltiples reivindicaciones, aunque la mayoría desembocan en cuatro de las ideas fuerza del activismo internauta: neutralidad en la Red, democracia directa, promoción del copyleft y del software libre, y blindaje de la privacidad en las comunicaciones.

La última vez que estas cuestiones estuvieron encima de las mesas de los 750 eurodiputados fue el 3 de abril. El Pleno del Europarlamento aprobó en primera lectura una serie de enmiendas a la propuesta de la Comisión para regular el mercado de las telecomunicaciones en la UE. Pese a que la mayoría de los titulares destacaron que el texto definitivo anticipaba el final de las tarifas en itinerancia (roaming) en Europa, también prohibió a los proveedores de Internet bloquear o ralentizar la velocidad de la red en función de los servicios a los que acceda el internauta. Es decir, garantiza la neutralidad de la red.

El documento no es definitivo y continuará con su tramitación en las instituciones europeas que se deriven de los comicios de mayo.

La refriega para introducir esta petición fue intensa e incluyó una amplia movilización ciudadana solo superada por la que se produjo ante la firma del tratado ACTA entre la UE y EE UU. Uno de los grupos que protagonizó la pelea fue el Partido Verde Europeo (PVE), aliado en Estrasburgo con la Alianza Libre Europea, que apoyó y promovió la iniciativa Save the Internet. Los eurodiputados del Partido Pirata se han integrado durante la legislatura que ahora concluye en este grupo.

El PVE incluye Internet como eje central en su programa para las elecciones europeas. Equo, su marca en España, también: “La Europa que queremos defiende también los derechos digitales, la neutralidad y privacidad de la red”.

Sin un referente europeo, se presenta a las elecciones el Partido X. Al igual que los piratas, la Red Ciudadana deja de lado la dicotomía izquierda-derecha para centrarse en una serie de reivindicaciones urgentes entre las que destacan las referidas a la sociedad de la información, que tiene “como derechos básicos” la neutralidad de la red y el derecho a la privacidad.

La candidatura del Partido X la encabeza un informático. Y no uno cualquiera. Hervé Falciani colabora con la justicia de diversos países europeos, entre ellos España, después de haber extraído del banco para el que trabajaba en Suiza, el HSBC, los datos de miles de supuestos evasores fiscales.

Falciani ha elaborado un programa informático que permite analizar el flujo de capitales para rastrear los posibles fraudes fiscales. Un sistema para desvelar cómo funciona la red financiera de dinero negro. El software, sin embargo, necesita que los grandes bancos dejen de guardar en secreto todo el circuito de transacciones. “Por eso necesitamos estar en las elecciones”, aseguran desde la formación, “para generar una legislación que les obligue”.

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