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Una serpiente marina pierde sus colores por culpa de la contaminación industrial

Las serpientes han perdido sus bandas por culpa de la contaminación

Teguayco Pinto

Los altos niveles de contaminación en las aguas costeras de ciertas zonas de Australia han provocado que una especie de serpiente marina haya perdido su color original. Esas han sido las conclusiones de un estudio publicado la semana pasada en la revista Current Biology, titulado Melanismo industrial en la serpiente Emydocephalus annulatus, cuyos autores alertan sobre la excesiva presión que se hace sobre algunos ecosistemas marinos.

“Las serpientes se están adaptando a la contaminación oceánica por culpa de la presión que estamos ejerciendo sobre los ecosistemas marinos y esto es un aviso que nos recuerda que debemos tratar estos lugares con más respeto”, explica a eldiario.es uno de los autores del estudio, el investigador de la Universidad de Sídney, Rick Shine.

Durante los últimos años los científicos han estado observando la evolución de una especie de serpientes marinas venenosas, Emydocephalus annulatus, típica de las aguas australianas. Por lo general, la piel de esta especie tiene bandas de color blanco y negro, pero los investigadores descubrieron que las que vivían cerca de áreas contaminadas eran completamente negras.

Este oscurecimiento de la piel de los animales se conoce como melanismo y se puede dar de forma natural, aunque en ocasiones ha sido asociado a la contaminación, lo que se conoce como melanismo industrial. Aunque ya había sido observado en algunas especies de insectos, los casos entre animales vertebrados son muy raros. “El único caso bien documentado es el de las palomas en las ciudades europeas, que tienden a ser más negras que las de campo”, explica Shine.

Según este investigador, la primera prueba que les hizo sospechar que el cambio de color era debido a la contaminación fue la localización. “Las serpientes negras solo han sido observadas en las áreas contaminadas, nunca en zonas limpias”, afirma el científico.

Shine y su equipo ya sabían que algunos contaminantes pueden unirse a la melanina, el pigmento que oscurece la piel, y se preguntaron si esto podría explicar el ennegrecimiento de las serpientes. Para probar esta hipótesis los investigadores debían estudiar las pieles de estos animales, con lo que recogieron y analizaron los restos que mudan naturalmente estas serpientes varias veces al año, tanto en aguas industriales, como no industriales.

Al hacerlo encontraron restos de 13 elementos, fundamentalmente plomo, cobalto, manganeso, zinc y níquel, y observaron que éstos eran más abundantes en las serpientes negras. Estudios anteriores han mostrado que la alimentación es la principal vía de absorción de estos compuestos contaminantes, aunque estas serpientes también pueden absorberlos directamente a través de la piel.

Mudan la piel más a menudo

Los investigadores también observaron que “las serpientes expulsan grandes cantidades de contaminantes cuando se desprenden de sus pieles y que el color negro les permite mudar la piel más a menudo [el doble de veces, según el estudio] y perder más contaminantes cada vez que lo hacen”, explica Shine, con lo que concluyeron que el oscurecimiento es un mecanismo de adaptación.

Estudios anteriores ya habían demostrado que varias especies de anfibios utilizan la muda de la piel para deshacerse de los contaminantes ambientales, lo que apoya las conclusiones de Shine y su equipo.

Sin embargo, a pesar de lo alentador que resulta que la vida silvestre pueda adaptarse tan rápidamente a la contaminación ambiental, Shine recuerda que “no sabemos hasta que punto esta adaptación puede ser los suficientemente resistente” como para garantizar la supervivencia de esta especie en el futuro.

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