Mujeres trans que consiguen su voz femenina en un hospital público: “Es parte de nuestra identidad”
Sílvia Pérez-Pallarès completó el tránsito a mujer pasados los 50 años. Pero con su aspecto físico, su forma de vestir y los cambios administrativos para dejar atrás la identidad masculina no era suficiente. “En el trabajo que tenía entonces me tocaba hablar mucho por teléfono con desconocidos, y todos me trataban en masculino”, recuerda. Por eso decidió someterse a un proceso quirúrgico sencillo, conocido como glotoplastia, que eleva la frecuencia de la voz hasta acercarla a la femenina. “Ahora desde luego ya no me confunden”, celebra esta mujer trans, con un tono más agudo que el previo a la operación.
Solo en el Hospital Clínic de Barcelona, más de 100 mujeres han pasado ya por quirófano en los últimos cinco años para feminizar su voz mediante una glotoplastia. En Catalunya, esta intervención se incluye en la cartera del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), de la Generalitat de Catalunya, aunque solo se ofrece en este centro barcelonés y con un programa limitado a 20 operaciones al año. Otras comunidades autónomas también contemplan tratamientos de voz para personas trans, como es el caso de Andalucía, aunque según médicos y colectivos LGTBI todavía son una minoría.
Para Sílvia, que comenzó su proceso de transición de género en 2017, la espera ha sido larga (actualmente, el Clínic está operando a pacientes inscritas en 2019. Pero asegura que ha valido la pena. “La voz es parte de nuestra identidad, si no es femenina te delata, y ahora esta operación ha conseguido que tenga la voz que la pubertad me arrebató”, resume esta mujer. “No es algo estético, igual que no lo es operarte los pechos, aunque aquí [en Catalunya] todavía tengas que pagártelo de tu bolsillo”, insistía esta mujer durante un acto en el Hospital Clínic.
Las glotoplastias son una de las opciones que tienen las mujeres trans para hacer concordar su voz con la asociada al género femenino. En algunos casos, sobre todo cuando la transición de género se inicia con hormonación a una edad temprana, ya se evitan los cambios fisiológicos que agravan la voz; en otros, el propio Hospital Clínic ofrece en su programa un tratamiento de logopedia que puede satisfacer a las pacientes mediante un trabajo de voz que atiende también a la melodía, la intensidad o el timbre. Si esto no es suficiente, queda la intervención.
Isabel Vilaseca, otorrinolaringóloga y jefa del Área Quirúrgica del hospital, ha expuesto en primer lugar las diferencias que existen a nivel vocal entre hombres y mujeres. Por un lado, existe la llamada frecuencia fundamental, es decir, el número de veces que la mucosa de las cuerdas vocales vibra por segundo. Entre 90 y 150 suelen estar los hombres, y entre los 190 y los 250, las mujeres. Además, las cavidades de la faringe y la garganta también son distintas, siendo las masculinas más amplias y donde resuena la voz con un tono más fuerte y grave.
La intervención quirírguica consiste de esta forma en acortar las cuerdas vocales para que pesen menos y vibren más rápido, hasta acercarse a las frecuencias femeninas. La operación no deja cicatrices, puesto que se lleva a cabo por vía bucal, y requiere de un ingreso hospitalario de menos de 24 horas. Posteriormente, las paciente como Sílvia deben permanecer diez días en silencio. En “reposo vocal absoluto”, en palabras de la doctora Vilaseca. Posteriormente, sigue un proceso postoperatorio y de control en el que intervienen de nuevo los logopedas, que ayudan a incrementar el tono y conseguir que sea más agudo sin que sea fingido o impostado.
La logopeda Mónica Egea, del Instituto Clínico de Especialidades Médicas y Quirúrgicas (ICEMEQ), ha explicado que además de trabajo de logopedia ofrecen además “acompañamiento emocional”. “No siempre es fácil ajustar las expectativas de las pacientes, o conseguir lo que se considera una voz femina, porque depende de la edad”, constataba Egea. “Después de este proceso se sienten mucho más seguras incrementa su autoestima, tienen más autoconfianza en ellas mismas y mejora su comunicación en global”, defiendía durante el acto la logopeda.
Sílvia todavía conserva grabaciones de su voz previa a la intervención, como parte del proceso preoperatorio. “Era muy grave y casi radiofónica”, describe. Ahora no se reconoce en ella. “Hay mujeres trans que no les pasa, o no binarias, pero yo quiero que mi expresión de género coincida con mi identidad, y no me gusta que me confundan”, concluye.
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