La letra pequeña del presupuesto de Santander: 3,5 millones en multas de tráfico y 165.000 euros para eliminar ratas
Los grupos municipales del Ayuntamiento de Santander apuran el estudio del borrador del presupuesto de 2026 de la ciudad para presentar las alegaciones a un documento cuyas líneas generales ha adelantado públicamente la propia alcaldesa Gema Igual (PP). La ciudad dispondrá de 265 millones de euros para el próximo año, un 5% más que en actual ejercicio.
La mayor parte del dinero, 130 millones, proviene de ingresos propios, de impuestos, tasas, concesiones y multas. El Gobierno de España aporta 80 millones más a las cuentas de Santander y el Ejecutivo autonómico, 15. Los otros 27 salen del crédito municipal. ¿Y en qué se gasta? El 75% del dinero -es decir, tres de cada cuatro euros- se lo lleva el capítulo de personal -el mantenimiento de la plantilla de empleados-, los gastos corrientes municipales y el préstamo previsto.
La propia gestión de la recaudación de impuestos también le cuesta dinero al Ayuntamiento porque no lo hace exclusivamente con personal propio. Lo contrata por 2,5 millones al año, según figura en el borrador de los presupuestos municipales.
Más allá de las grandes cifras de ingresos y gastos la letra pequeña de las cuentas detalla algunas partidas. Por ejemplo, el Ayuntamiento ingresará 11,5 millones de euros por la venta de billetes de autobús, cerca de 3,5 millones de euros en multas de circulación, otro millón más por sanciones de otra naturaleza y 30.000 por infracciones urbanísticas. Además, recauda 50.000 euros por las bodas que celebra en el Palacio de Magdalena y 250.000 por las bicicletas de uso público.
Una parte de los ingresos corresponde a las concesiones municipales. El tiovivo de los jardines de Pereda paga 21.000 euros al año, frente a los 9.500 del canon anual de Escenario Santander, una instalación que el Ayuntamiento va a reformar este año con obras prespuestadas en medio millón de euros. La cafetería del Hipódromo 30.000, La Cabaña 5.900 y 18.000 el tren turístico conocido como el Magdaleno.
El Balneario de la Magdalena abona 60.000 por la concesión pero, a su vez, el Ayuntamiento paga un canon anual por este espacio de 41.500, lo que reduce sustancialmente el beneficio para las arcas públicas.
Las concesiones de los aparcamientos aportan cifras muy dispares en función de las condiciones de explotación de cada uno de ellos. Por ejemplo, el arredamiento de La Cachavas es el más reciente y lucrativo: 96.000 euros anuales frente a los 1.500 que paga el aparcamiento de la plaza de México, los 15.000 del subterráneo de Jesús de Monasterio o los 3.400 que abona el parking de Numancia.
Gastos
Más allá de las grandes cifras de salarios e inversiones, detalla algunas otras partidas como los 300.000 euros que presumiblemente se destinarán a un plan contra el ruido. La misma cantidad que se presupuesta para instalar nuevos sistemas de videovigilancia y mantener los que ya hay, y la misma con la que se proyecta construir un nuevo archivo municipal.
La grúa municipal cuesta 1,5 millones anuales a los santanderinos, a los que se suman casi cuatrocientos mil euros de un contrato de “colaboración” del servicio de multas.
Para mantener ascensores y escaleras mecánicas hay casi novecientos mil euros y otros setecientos mil para el servicio de bicicletas y los aparcamientos cubiertos. Sin embargo, se va a gastar más dinero en reparar escaleras mecánicas, 477.000 euros, que en ponerlas nuevas para lo que se destina una partida demenos valor: 300.000. No son las únicas infraestructuras relativamente recientes sobre las que se actúa. El Ayuntamiento prevé dedicar 300.000 euros para arreglar la cafetería del Parque de Las Llamas y poco más, 500.000, para ejecutar reformas en el campo de fútbol del Racing.
El presupuesto para 2026 incide en una campaña dotada con 165.000 euros para acabar con las ratas en Santander que tantas protestas ciudadanas han provocado. Tratar de eliminar roedores sale notablemente más caro, por ejemplo, que alimentar a los animales del zoo de la Magdalena que entre comida y gastos sanitarios necesitan anualmente cerca de 90.000 euros.
La lectura de las partidas de gasto desvela algunos datos curiosos: los autobuses municipales de Santander gastan más de tres millones de euros en carburante y el Ayuntamiento se gasta 35.000 euros al año en el transporte de los instrumentos de música de la banda municipal. Cien mil euros para las fiestas de los barrios y más de un millón para 'dinamización social'. También se contabilizan los 43.000 euros que los santanderinos pagamos anualmente al Puerto por el túnel del Centro Botín o los 16.800 de la concesión de la Dársena de Molnedo.
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