Las claves de la 'OPA hostil' del PP al PRC en Cantabria: batalla por un puñado de votos en los ayuntamientos regionalistas
La clave del éxito de un ataque militar es la sorpresa. Pillar desprevenido el adversario y que no tenga margen de reacción. Para eso hay que ejecutar un golpe rápido y efectivo. En el terreno económico funciona exactamente igual. La ofensiva del BBVA para hacerse con la propiedad del Banco Sabadell ha hecho aguas después de 17 meses de pulso. Cuanto más tiempo tarda en resolverse una situación crítica, más resistencia se ofrece y más complicado resulta imponerse.
La política a menudo funciona de manera idéntica. El Gobierno en minoría del Partido Popular de Cantabria ha lanzado en las últimas semanas lo que podría calificarse como una OPA hostil contra su hasta ahora aliado, el PRC de Miguel Ángel Revilla, para quedarse con sus votos sembrando la discordia entre los alcaldes regionalistas. Todo ello después de que hayan trascendido algunos sondeos electorales que apuntan unos resultados electorales todavía más catastróficos para el PRC que los anteriores, en los que perdió el 43% de los votos y pasó de 14 a 8 diputados en el Parlamento de Cantabria. Ahora se augura que podrían quedarse incluso en cuatro.
En este contexto, el PP aprovecha el periodo de debilidad que atraviesan los regionalistas, que facilitaron la investidura de María José Sáenz de Buruaga y aprobaron sus dos primeros presupuestos, para frenar el reciente liderazgo de Paula Fernández -la futura candidata electoral elegida en primarias- a quien acusan de querer girar hacia la izquierda a su partido, que ha gobernando cuatro legislaturas coaligado con el PSOE.
El equipo de Buruaga se ha dejado llevar por la marea y ha carecido de estrategia política durante dos largos años de Ejecutivo, un periodo en el que se han encadenado improvisaciones, ocurrencias y un eje sustancial de actividad que ha pasado por mantener el legado del Gobierno bipartito anterior en los grandes proyectos como como el Museo de Prehistoria de Cantabria (MUPAC) o el polígono logístico de La Pasiega, que han acumulado el grueso de la inversión autonómica.
Durante estos años ha sobrevivido a cubierto. La presidenta se erigió en portavoz de un Gobierno que rehuye la exposición pública en los medios de comunicación y que ha llegado a anunciar medidas y hacer discursos políticos a pie de romería o en el escaparate de actos lúdicos, cuando nadie podía replicar. De hecho, desde la llegada al poder de Buruaga se suspendieron las tradicionales ruedas de prensa del Consejo de Gobierno.
No obstante, en los últimos meses se ha visto una estrategia política muy definida. Por primera vez hay un plan: destruir al PRC desde el Gobierno y quedarse con sus votos.
Debacle regionalista y apoyo a Buruaga
El Gobierno del Partido Popular de Cantabria nació en una frágil minoría en las últimas elecciones de 2023. Con las urnas aún calientes, Revilla anunció por sorpresa que su partido, el PRC, hacía presidenta a Buruaga para evitar un pacto con la ultraderecha de Vox. Aquella noche el líder regionalista sufrió un batacazo electoral: perdió el 43% de los votos. La mayoría de sus votantes se desplazaron a la derecha, sus socios de gobierno del PSOE subieron tan solo un escaño pese al descalabro del PRC.
Durante estos dos años se ha debatido mucho sobre la debacle. Si fue consecuencia del desgaste de la figura de Revilla o si pudo ser una reacción puntual al escándalo de la trama corrupta del Servicio de Carreteras, en la que un funcionario amañaba contratos para favorecer a empresas a cambio de comisiones. Un caso que el Partido Popular espoleó durante toda la campaña -junto a los trenes que no cabían por los túneles- anunciando una investigación exhaustiva cuando tocasen poder, que luego quedó en una promesa incumplida.
El asunto se cerró hace unas semanas en los tribunales: no hubo implicaciones políticas. Pero la sospecha de la corrupción ya se había extendido sobre el PRC, que sacrificó al entonces consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, para frenar el escándalo.
A raíz de estos resultados -pérdida de poder autonómico y numerosas alcaldías- comenzaron a escucharse por primera vez en cuatro décadas las primeras voces críticas contra Revilla, antaño talismán electoral ahora puesto en cuestión. El veterano líder prolongó su sucesión. El partido acabó por optar por una bicefalia, al menos de transición, y se inició por primera vez un proceso de primarias para elegir candidato a las próximas elecciones de 2027: Paula Fernández le ganó a Pablo Diestro, alcalde de Reocín.
La consolidación de la figura de la candidata Paula Fernández no está siendo fácil. La también exconsejera de Presidencia y actual diputada autonómica acusa la incomodidad de no tener un equipo propio y de estar a la sombra de Revilla, que sigue al frente del partido como secretario general, aunque su apoyo público ha sido una constante. También queda pendiente otro asunto por resolver que agita la polémica interna: la próxima renovación de la Secretaría General del PRC, si es que el político de Polaciones se atreve finalmente a dar un paso atrás en la actual coyuntura crítica.
Los presupuestos: origen de la polémica
El origen de la polémica de la OPA hostil del PP está en la negativa del PRC a aprobar los Presupuestos de Cantabria para 2026, como había hecho con las cuentas del Gobierno del PP los dos años anteriores. Molesto con las exigencias que planteó el PRC no dio margen de negociación. El equipo de Buruaga optó por dar un golpe de efecto. Los registró por sorpresa en el Parlamento sin haberlos negociado previamente, en medio del estupor generalizado. “Desde hace 30 años no se traía al Parlamento unos presupuestos sabiendo que no se tiene el apoyo para que salgan adelante”, censuró Paula Fernández.
Era el principio de la estrategia. El consejero de Fomento, Roberto Media, y su equipo más cercano en la Consejería más inversora a nivel municipal empezaron a llamar por teléfono a los alcaldes del PRC agitando el avispero, advirtiéndoles de que no habría dinero para obras en sus ayuntamientos si su partido no aprobaba el presupuesto. Querían conseguir que los propios regidores metiesen presión a su Ejecutiva para que votasen a favor de las cuentas en el Parlamento.
Una agresiva estrategia que desató todas las alarmas en el PRC y que encendió los ánimos de sus dirigentes. Con algunos llegaron a reunirse. A Pablo Diestro, alcalde de Reocín y derrotado en las primarias por el liderazgo de la candidatura autonómica, le prometieron públicamente una piscina de cinco millones de euros.
Los dardos iban siempre en la misma dirección. Contra Paula Fernández. “Se cree Carles Puigdemont, pero la presidenta Buruaga no es Pedro Sánchez”, “desde su llegada el PRC ha girado a la izquierda” o “se ha echado a los brazos de Pedro Sánchez”, son frases que se han convertido en el discurso habitual de los diputados y dirigentes populares.
En paralelo, la presión a los alcaldes regionalistas ahondaba, además, en el descontento previo de un grupo de regidores que ven con preocupación y contrariedad la gestión de la sucesora electoral de Revilla. Pero que, no obstante, no han planteado ninguna batalla ni interna ni pública, y tampoco están valorando presentarse a las elecciones sin el PRC o con una una marca independiente propia, como apuntaron algunos rumores hace ya unos meses. De hecho, la decisión de votar en contra de los presupuestos se tomó en una Ejecutiva regionalista con solo 6 votos en contra y dos en blanco.
Por el momento, solo hay un veterano alcalde regionalista que ha entrado al trapo del PP: Francisco Asón, que lleva 46 años al frente del Ayuntamiento de Ribamontán al Mar. Dice que capitanea un movimiento de diez alcaldes y números uno locales que amenazan con irse del partido sino se aprueban los presupuestos, que el Parlamento ya devolvió con sonoro rechazo al Gobierno aprobando una enmienda a la totalidad que puso de acuerdo a toda la oposición, desde el PSOE a Vox. “Cantabria pierde mucho dinero y los ayuntamientos también”, argumenta el regidor del PRC.
Pero lo cierto es que han pasado varios días y ningún otro alcalde ha dado un paso al frente públicamente para retratarse con Asón. La OPA hostil tropieza con más resistencia de la prevista.
“Quienes practican estas artes innobles no tienen un recorrido largo en la política, al menos yo no se lo deseo”, avisa el diputado Francisco Javier López Marcano desde sus redes sociales a quienes tienen un instinto carroñero en la política. También argumenta que la pertenencia a un partido “supone una renuncia a las apetencias y vanidades personales” y que jamás toman una decisión que perjudique al colectivo al que pertenecen. “Antes, bien, abandonan y se marchan silenciosamente”, defiende.
No obstante, Buruaga aprovechó inmediatamente la muleta del alcalde díscolo y amenazó por segunda vez con adelantar las elecciones “si hay un gobierno en la sombra” de la oposición. Habida cuenta de que ni siquiera Vox votó a favor de los presupuestos y que la posibilidad de articular una moción de censura es nula por razones obvias.
Toda esta polémica estalló dos días antes de la comida de Navidad del PRC, donde Revilla retó a Buruaga a atreverse a convocar los comicios: “¡Atrévase! ¡Hágalo! ¡Échele valor! ¡Échele coraje! Como dicen los mexicanos, 'no se me arrugue'. Tire para adelante. Faroles, no”, advirtió a los postres.
La estrategia del PP resucita en Revilla los fantasmas de la convulsa época del polémico expresidente Juan Hormaechea que, muchos años antes de ser apartado de la primera línea política por una condena por corrupción que lo inhabilitó del cargo, compró dos diputados regionalistas en los ochenta: los tránsfugas Esteban Solana y Ricardo Conde Yagüe, a quien llegó a hacer consejero de Sanida, y dejó temblando el banquillo del PRC.
En los últimos días, el líder regionalista ha acusado al PP de Buruaga de estar “jugando sucio” y de usar unos “procedimientos” que le “recuerdan a la etapa de Hormaechea”. “¿Qué es eso de ir amenazando a alcaldes con dejarles sin dinero si no hay Presupuestos?”, espetó Revilla este fin de semana ante los militantes del PRC. El veterano líder regionalista fue comprensivo con la “discrepancia” de Paco Asón, que calificó como algo “saludable”. Pero, al tiempo, advirtió que “democracia también es acatar la decisión de la mayoría”.
OPA hostil en el aire
La operación de la OPA hostil lleva flotando varias semanas en un plano interno sin ningún resultado. Ahora ha salido a la luz pública pero, de momento, todavía no ha ofrecido ningún trofeo de guerra a quienes enarbolan el hacha de la batalla electoral, que se ha desatado antes de tiempo de forma virulenta y agria cuando quedan menos de dos años para las próximas elecciones autonómicas.
Los diez alcaldes del PRC que presuntamente quieren irse del partido aún no han dado un paso al frente. No han ido más allá de celebrar algunos cónclaves gastronómicos críticos. Mientras la presidenta Buruaga insiste en la debilidad del PRC y en el riesgo de escisión. El Partido Popular está centrado en detonar el PRC y utiliza los presupuestos como cortina de humo para ejecutar una operación con evidente interés político particular, mientras apela públicamente a todo lo contrario. “Es lo mejor para los cántabros”, defiende.
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