Hace poco más de dos años, dos amigos ingenieros agrónomos de Córdoba decidieron dejar de soñar con su futuro y hacerlo realidad. Decidieron ponerse el uniforme de emprendedores y poner en marcha su propia empresa con una idea a la que habían estado dando vueltas tiempo atrás en sus conversaciones como amigos; decidieron llevar a cabo su particular “milagro” de los peces. Y así, en abril de 2011, crearon Granjas Piscícolas del Sur, la única piscifactoría de España que cultiva la tilapia, un pescado blanco de origen mediterráneo, poco conocido en nuestro país pero uno de los más consumidos en EEUU y parte de Europa.
Estos dos ingenieros agrónomos, Rafael Ordás y Alberto Cremades, se pusieron manos a la obra en las instalaciones cerradas de una antigua piscifactoría en el término municipal de Adamuz (Córdoba) y allí, en las estribaciones de Sierra Morena, llevaron a cabo su proyecto sobre el modelo de negocio que venían estudiando tiempo atrás: la cría de la tilapia ('Oreochromis Niloticus') de una manera natural y respetuosa con el medioambiente.
“No empleamos elementos químicos de ninguna clase”, señala Rafael Ordás a eldiario.es/andalucia para explicar que los procesos que llevan a cabo para la cría de la tilapia se hace de un modo totalmente natural y, además, empleando energías limpias y renovables. Así, la temperatura necesaria del agua la consiguen con el sol, oxigenan el agua por caída libre con aire natural , utilizan calderas de biomasa que funcionan con huesos de aceituna y desinfectan el agua con lámparas ultravioletas, sin añadir productos químicos.
De esa manera es como, al cierre del año 2013, habrán obtenido una producción de diez toneladas de tilapia, producción que en 2014 esperan aumentar hasta llegar a las 30 toneladas. El 99% de su producción se destina actualmente a una única firma, los supermercados de una gran superficie, que distribuye la tilapia por toda España. De ahí, aunque su uso no es muy conocido en nuestro país, pasa a las dietas que se sirven en comedores de hospitales o centros escolares, dado el alto valor nutritivo de este pescado y su bajo contenido en grasas.
Pero las miras de estos dos ingenieros están puestas en el horizonte. Su futuro pasa por llegar a producir 80 toneladas de tilapia al año y desarrollar su venta en el mercado exterior. Actualmente, Granjas Piscícolas del Sur es una de la decena escasa de piscifactorías que en toda Europa produce este pescado, la segunda especie que más se cultiva en el mundo después de la carpa y líder en consumo en EEUU a la par que el salmón. Con esa perspectiva donde “la demanda está creciendo mucho a nivel mundial”, dice Ordás, ya han empezado a introducirse en Francia y esperan hacer lo mismo en Portugal el próximo año.
“Hemos podido poner en marcha nuestra propia empresa con nuestras propias ideas de negocio”, y con el apoyo del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial, comenta Ordás sobre el impulso que decidieron tomar para hacer realidad lo que hasta entonces eran ideas que se cruzaban en sus conversaciones de amigos con Alberto Cremades. Pero el valor añadido de estos dos emprendedores es que la tecnología que utilizan en las instalaciones de su piscifactoría la han desarrollado ellos mismos.
En su anterior experiencia profesional, Cremades había trabajado en ingeniería de procesos en piscifactorías y, una vez decididos a montar su propio negocio, aplicaron sus conocimientos en la granja de tilapias. De esa manera, ahorraron en costes al desarrollar ellos mismos las torres para oxigenar el agua de los tanques donde se crían los peces, crear los filtros para depurar el agua o las cisternas termosolares para calentarla.
Todo eso es obra de ellos mismos que, además, desde un principio apostaron por lo natural como modo de producción de sus tilapias. “Producimos un pescado con el que estoy completamente seguro de que mis hijos no comen nada químico ni ningún otro añadido”, explica como ejemplo Ordás y añade que en toda la granja piscícola emplean un sistema de recirculación del agua, proveniente de un manantial, “de modo que el agua se limpia y se reutiliza continuamente”. Hasta los desechos se reciclan. Y es que los lodos y residuos que la planta produce se compostan y se transforman en abono que se emplea en plantaciones cercanas a la piscifactoría.
Y con esa mentalidad de respeto al medioambiente instaurada en sus procesos de producción llevan a cabo el trabajo diario de la piscifactoría. Una persona más trabaja allí cada día en las labores de cuidado de los peces entre las instalaciones de reproducción, alevinaje, engorde y salas de transformación. El resto del trabajo se lo reparten los dos socios en una tarea que nació también con el propósito de “contribuir al desarrollo social y económico de la provincia de Córdoba”.
Ordás y Cremades no han dejado nada a la improvisación. Y así, muestran en su web las instalaciones de la piscifactoría junto a un recetario de platos elaborados con tilapia con el objetivo de darlo a conocer al público general. La Historia también les acompaña porque este pez, originario de Egipto y Oriente medio, forma parte de la cultura mediterránea desde las más antiguas civilizaciones. Cuentan que los faraones egipcios que aparecen esculpidos en frisos de hace 2.500 años ya pescaban tilapias del río Nilo. Y hasta un nombre bíblico acompaña a este pez: 'Saint Peter Fisch' o el Pescado de San Pedro, le da nombre común en referencia al apóstol que, según dice la tradición, lo pescaba en el lago Tiberíades. Hay quien cuenta que la tilapia fue la protagonista del milagro de los peces y los panes de Jesucristo. Y ahora, mucho más cerca, en plena Sierra Morena, se “pesca” la mayor producción española de esta especie.
Sobre este blog
En Andalucía, en la última década, se ha producido un incremento sin precedentes en la tasa de creación de empresas, que ha sido apoyado por las iniciativas adoptadas por los distintos poderes públicos y privados. Y detrás de cada empresa creada, hay una historia, esfuerzo, ilusión y mucho sacrificio. Lo que nosotros llamamos ADN emprendedor.
