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Cierre de filas del socialismo andaluz en torno a Espadas, que ahora tiene que convencer a los andaluces

Juan Espadas durante su intervención en el último Comité Director del PSOE-A

Javier Domínguez Reguero

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Ya es oficial. Juan Espadas es desde este viernes el nuevo secretario general del PSOE de Andalucía. Después de conseguir el 55% de los votos en las primarias del pasado 13 de junio, el también alcalde de Sevilla ha certificado su liderazgo en la federación socialista más numerosa de España. Tras el proceso orgánico, Espadas tomó las riendas de las negociaciones con Susana Díaz, frenó las prisas y los intereses de Ferraz e inició una transición de poder para “no debilitar” al PSOE-A. Ahora ya camina hacia su principal objetivo: recuperar el Gobierno de la Junta de Andalucía. 

La “nueva etapa” del PSOE-A se cimenta en la “unidad”. Es lo que más se repite en las ejecutivas provinciales socialistas. Es la palabra que impregnó el mensaje de Espadas en su candidatura, en la noche de su victoria, en sus posteriores intervenciones, en su discurso en el Comité Director, que adelantó los procesos orgánicos para que se convirtiera en secretario general y sin competencia alguna. “Unidad”.

Francisco Reyes, secretario general del PSOE de Jaén, explica que las primarias han sido “una oportunidad para volver a la actividad orgánica” en pausa debido a la pandemia. Y por las puertas de las casas del pueblo se ha colado la “ilusión”. “Las primarias sirvieron para reactivar profundamente a la militancia de la provincia”, dice la ​​coordinadora de la Gestora del PSOE de Huelva, Luisa Faneca, que califica el proceso de “modelo a seguir” y de “respetuoso”.

“No ha sido nada traumático”, cuenta el secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez. En esta provincia Espadas consiguió su peor resultado (un 41% frente al 57% de Díaz), pero “más allá de que cada uno apostase por un proyecto, todos somos del PSOE y todos vamos a trabajar detrás del ganador”. “Somos de la cultura de que cuando la militancia decide, todos vamos a una y estamos con Espadas de forma unánime”, sostiene Antonio Ruiz, secretario general del PSOE de Córdoba. 

De la militancia a los electores

Con el respaldo de la militancia ganada y encabezando una federación sin aparentes fisuras, Juan Espadas tiene como objetivo volver a conseguir el Gobierno de Andalucía. Para ello necesita devolver la confianza de aquellos electores andaluces desencantados con el proyecto socialista. Cabe recordar que el PSOE ha perdido 1,2 millones de votos desde 2013.

“Hay que trasladar la ilusión de la militancia a todos los andaluces. Hay que saber de dónde venimos y recuperar la conexión con la ciudadanía”, dice la secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García. “Estábamos retrocediendo en políticas públicas”, apunta Faneca.

“Escuchando, escuchando y escuchando”. En su primera comparecencia como secretario general, Espadas insistió machaconamente en la “escucha activa” ante “aquellas cosas que dejamos pendientes en el anterior gobierno”. También recordó que su proyecto “no va de lo que hicimos si no de lo que vamos a hacer”. Espadas ha conformado un equipo de participación pública para atender a “las necesidades” de los andaluces teniendo como compromiso “hablar menos de nosotros y cada vez más de la sociedad”.

A la espera de concretar “las propuestas” tira de cuestiones estructurales como la transformación económica, digital y energética. A grandes trazos pone sobre la mesa preocupaciones como la despoblación del medio rural y el empeoramiento de los servicios públicos. Espadas insiste en resaltar el “papel del territorio” para “dar voz a la gente” y ve “necesaria” la gestión de los fondos europeos desde el municipalismo.

“Espadas tiene la experiencia para dar soluciones adecuadas a los problemas reales de la gente más allá del marketing político”, dice Sánchez, que apela a su experiencia al frente del Ayuntamiento de Sevilla.

Las distintas fuentes consultadas coinciden en que la defensa municipalista de Espadas es la herramienta para tomar de nuevo la iniciativa política en Andalucía. La construcción de un proyecto “de abajo a arriba”, como dice Reyes, es la baza a explotar para acercar al nuevo líder socialista a la ciudadanía; para “escuchar a los andaluces”. Otra es “su capacidad demostrada de pactar y de dialogar”.

“Oposición constructiva”

“Se puede apoyar a un gobierno cuando presenta propuestas coherentes sin dejar de reclamar mejoras. No podemos decir que no a todo”, dice Foneca. Coincide García: “Hay que dejar de buscar culpables. La confrontación continua es un error”. 

En esa línea, Juan Espadas ha intentado crear un nuevo contexto de “consenso” con el PP por “el interés de los andaluces”. Es lo que en la bancada socialista denominan como “oposición constructiva”. Las distintas ejecutivas socialistas provinciales destacan el carácter “negociador” y “dialogante” del nuevo secretario general del PSOE-A. Su experiencia gestión en el consistorio hispalense lo refrenda, con pactos con distintas fuerzas políticas. “La actitud de Espadas facilita y forma parte del quehacer socialista para lograr acuerdos”, apunta Ruiz. “El consenso es ”una garantía para anteponer los intereses de los andaluces a los partidistas“, dice García. También para ”fraguar las mayorías“.

El regidor hispalense ha insistido recientemente en la colaboración de la Junta con ayuntamientos y diputaciones para una gestión “eficiente” de los fondos europeos. Espadas es para la “ilusión” para la reactivación económica y social de Andalucía después de la crisis sanitaria y para dar respuestas a sus problemas estructurales. “Tenemos muchas ganas de que, una vez superemos la fase de la vacunación, aprovechemos al máximo estos nuevos recursos para caminar hacia el futuro”, dice el secretario general de Granada, José Entrena,

Demandas regionales

“El alcalde de los alcaldes”, como se presentó en su candidatura durante las primarias, tiene que “corregir el abandono de los ayuntamientos durante esta pandemia”, dice Ruiz. “La Junta de Andalucía nos impone más demandas y responsabilidades, pero sin hacernos llegar más recursos ni ayudas”. Espadas ha advertido esta semana que la desinfección Covid de los centros educativos o el pago de las horas extraordinarias a la Policía Local no correrá a cuenta de las arcas municipales ya que considera que es competencia de la administración autonómica.

En Huelva se quejan de los problemas en materia de educación, con el “cierre de grados y módulos”, y de sanidad donde “no hay refuerzos en los centros sanitarios”. Además reclaman una inversión autonómica en infraestructuras. “El dinero no llega”, dice Faneca. Entrena también ha reclamado “mayores inversiones” para paliar el “déficit en ferrocarril, sobre todo en lo que supone la conexión con el corredor litoral ferroviario”.

Las ejecutivas provinciales de Cádiz y Almería resaltan la defensa de la “singularidad” de sus territorios. García apela a una “mirada sensible” para dotar a la provincia gaditana, la que más paro registra de España, de “oportunidades para el crecimiento económico”. Sánchez también reivindica soluciones ante las dificultades “sanitarias, educativas y de seguridad” derivadas de la agricultura intensiva bajo plástico. 

La estrategia de Espadas se basa en el pacto frente al barullo. Con el respaldo de “una militancia cada vez más activa”, busca que su perfil de “moderado”, de “pactista” y de “buen gestor” den resultado. Después de superar los procesos internos no quiere perder ni un minuto para centrarse en “las propuestas”; un programa político que devuelva a los andaluces la confianza en el PSOE. Sus compañeros y la militancia socialista cierran filas con su nuevo secretario general y en el horizonte ya está la posibilidad de desbancar a Juan Manuel Moreno de San Telmo. Le queda un trecho.

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