En estos días estamos sufriendo en Andalucía las consecuencias de unas temperaturas extremadamente altas que, unido a una primavera especialmente seca, están haciendo que las condiciones de vida en nuestro medio rural y natural sean muy muy duras. Nuestros agricultores y ganaderos, los apicultores, los gestores forestales, la gente del campo en general se están enfrentando a un reto grandísimo reto. No ocupan las portadas de los diarios, pero creemos necesario que todos los tengamos presente.
Porque esta ola de calor puede ser coyuntural y asociada al duro verano andaluz, pero más allá de eso, lo cierto es que el calentamiento global es una realidad que está afectando de manera clara a Andalucía. Así lo dice de manera muy contundente el último informe de Naciones Unidas. El informe del grupo de trabajo del sexto informe de evaluación del IPCC, el panel de expertos sobre cambio climático de Naciones Unidas, recoge enunciados como: “El cambio climático no es un problema del futuro, ya está produciendo cambios que serán irreversibles durante siglos o milenios”. “Fin del debate, para la ciencia es inequívoco que la humanidad ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”. “La subida actual de 1,1 grados de la temperatura ya está afectando en muchos fenómenos climáticos extremos en todo el mundo”. “Cuanto más se caliente el planeta, mucho peor, lo que se traduce en la multiplicación de fenómenos climáticos extremos”.
Los expertos hablan de un "código rojo" para el mundo y la necesidad de tomar medidas claras para frenar y paliar este calentamiento global que en la práctica es una degradación de nuestra propia calidad de vida
Los expertos hablan de un “código rojo” para el mundo y la necesidad de tomar medidas claras para frenar y paliar este calentamiento global que en la práctica es una degradación de nuestra propia calidad de vida. Por ello reiteramos al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que, en el ejercicio de sus funciones, asuma su responsabilidad y sea un ejemplo a seguir. Que adopten medidas claras en su gobierno y en el Parlamento de Andalucía. Comenzando por declarar la emergencia climática en Andalucía, cuestión que le hemos solicitado en varias ocasiones entre el 29 de mayo de 2019, y por última vez (penúltima ya) el pasado 3 de marzo de 2021.
Declarar la emergencia climática en el Parlamento andaluz es una decisión ineludible, incomprensible por parte de la ciudadanía que no se haya hecho ya. Convocar a los grupos parlamentarios para trabajar conjuntamente en ello para alcanzar los objetivos más ambiciosos, que son, por otro lado, los necesarios. A la vez, la declaración de emergencia climática tiene que convertirse en el primer paso de una batería de medidas que tienen que trasladarse en políticas y acciones precisas y transversales en el ejercicio de su gobierno, medidas que tienen que abarcar desde la gestión forestal, hídrica y ambiental, hasta la educación, pasando por la movilidad, la alimentación, la economía, el régimen fiscal.
Porque frenar el cambio climático es entender que hemos alcanzado los límites físicos del ciclo natural y somos nosotros los que tenemos que replantear nuestro frenético ritmo de expansión que solo lleva al agotamiento primero de los recursos y a que, tristemente, nuestros hijos y nietos no puedan tener la calidad de vida que hoy disfrutamos.
Es una responsabilidad ineludible, necesaria y urgente que Moreno Bonilla y su gobierno tienen que asumir. El precio de su inacción es inasumible.
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