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La Junta de Andalucía propone sancionar a la Mancomunidad de la Costa Tropical por usar aguas fecales para riego

Imagen del interior del depósito donde se mezclan aguas residuales y limpias antes de derivarse a una acequia para riego

Néstor Cenizo

  • La Consejería de Medio Ambiente ordenó el cese del uso de esas aguas el pasado 6 de febrero, más de un año después de la primera denuncia de la comunidad de regantes

La Junta de Andalucía ha propuesto sancionar a la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical por verter aguas fecales a la acequia de una comunidad de regantes. La propuesta de resolución pide obligar a la mancomunidad a cesar en los vertidos y realizar la depuración de estas aguas, que se han mezclado sistemáticamente con el agua que riega parcelas de chirimoyas, tomates y cítricos en varios municipios de la vega de Motril.

Durante décadas, la mancomunidad, el Ayuntamiento de Ítrabo y la concesionaria Aguas y Servicios de la Costa Tropical han vertido las aguas residuales de los habitantes de Ítrabo a la acequia que canaliza el agua de riego de unos 50 agricultores agrupados en la Comunidad de Regantes de la Vega Baja. Durante todo este tiempo, esa acequia ha servido para verter aguas fecales en su parte superior (en el municipio) y para abastecer a los regantes (en las zonas más bajas), mezclando indistintamente aguas limpias procedentes de un manantial y aguas residuales.

“Si no saben donde se vierten las aguas que venga Dios y lo vea”

Eldiario.es/Andalucía desveló esta práctica el pasado 10 de marzo. La concesionaria, que cobra por prestar este servicio desde el año 2000, delegó sus respuestas en la mancomunidad, que a su vez eludió dar ninguna respuesta sobre su responsabilidad en los vertidos. Por su parte, la Delegación territorial de la Junta de Andalucía pidió un cuestionario escrito, que no respondió. Únicamente el alcalde Ítrabo respondió, asegurando que todas las administraciones son conscientes de que se están usando aguas residuales para el riego de frutales y tropicales, muchos de los cuales se exportan: “Si no saben ellos donde se vierten las aguas, que venga Dios y lo vea”.

El uso de estas aguas residuales viene de antiguo, pero todas las administraciones lo han tolerado, hasta que la Consejería de Medio Ambiente, por medio de la delegación territorial de Granada, ordenó el cese del uso de esas aguas el pasado 6 de febrero. La orden de la Consejería llegó más de un año después de la primera denuncia de la comunidad de regantes, que interpuso tres denuncias ante la Junta de Andalucía antes de que esta actuara. Ahora, la delegación de Medio Ambiente pretende sancionar a la mancomunidad, a la que acusa de ser la responsable directa de los vertidos. Ítrabo tiene cedida a la mancomunidad la competencia de evacuación y tratamiento de las aguas residuales.

La delegación territorial de Granada propone sancionar con 6.010 euros a la mancomunidad por “haber realizado vertidos de aguas residuales urbanas en la acequia de la comunidad de regantes Vega Baja que atraviesa el núcleo urbano de Ítrabo”, según recoge una resolución del 7 de febrero, que este medio ha conocido ahora. Además, exige que cese el vertido y se depuren las aguas y advierte de que los daños y perjuicios al dominio público o a terceros derivados del incumplimiento de esa obligación son responsabilidad de la mancomunidad.

Se trata, según la resolución, de una infracción grave por vertidos al dominio público hidráulico “cuando no se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente ni se haya puesto en peligro grave la salud o seguridad de las personas”. El uso de aguas fecales para el riego entraña un riesgo de transmisión de bacterias como la escherichia coli o la salmonela.

La Fiscalía investiga

El uso de estas aguas para el riego es habitual en la zona desde hace décadas, y el aprovechamiento de los “los darros, desagües y sobrantes del abastecimiento de Ítrabo” está incluso reconocido en una resolución del Ministerio de Obras Públicas de 1979. Desde entonces, la legislación ha evolucionado hasta prohibirlo terminantemente. Sin embargo, a pesar de ser una práctica conocida, ninguna administración hizo nada hasta que la comunidad de regantes denunció el uso de sus acequias.

A mediados del año pasado, la Junta de Andalucía pidió a la mancomunidad que presentase un proyecto para derivar las aguas residuales. Ese proyecto, entregado en marzo, plantea la realización de nuevas canalizaciones para conseguir la “separación efectiva de las aguas residuales y de riego”. “Todas las canalizaciones de riego presentan conexiones con el saneamiento provocando la contaminación de las aguas por aporte de residuales”, advierte el proyecto, al que la comunidad de regantes ya ha presentado alegaciones. La solución de la mancomunidad pasa por mantener para uso doméstico la acequia, propiedad de la comunidad de regantes, y derivar el agua de riego a través de unas nuevas tuberías. El proyecto entiende que basta con limpiar una balsa en la que se han mezclado aguas residuales y limpias durante más de 50 años.

La Fiscalía abrió diligencias de investigación el 18 de febrero tras recibir una denuncia de la Asociación Mediterránea Anticorrupción y por la Transparencia (AMAyT). En esa denuncia, AMAyT apunta, además, que las aguas no depuradas y sobrantes de la parte oeste de Ítrabo se vierten a dos barrancos y van a parar finalmente al riego de otras comunidades de regantes de la zona.

En este sentido, fuentes de la comunidad de regantes indican a eldiario.es/Andalucía que miembros del Seprona de la Guardia Civil ya han tomado muestras del agua de la balsa donde se mezclan las aguas, mientras que técnicos de la Junta de Andalucía analuzan frutos y tierra, con el objeto de determinar si la concentración de esta bacteria supera los límites permitidos.

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