La intercultularidad también quiere formar parte de Podemos Sevilla
“Íñigo, ¿qué os dijo José Mujica cuando os reunisteis con él en octubre?. Que no dejáramos de ser humildes”. Lagarder Danciu, activista gitano de origen rumano y candidato al Consejo Ciudadano Municipal de Podemos Sevilla, cuenta esta anécdota de una reciente visita a la capital hispalense del secretario general de Podemos, Íñigo Errejón. El presidente de Uruguay es un referente para él y por eso era importante conocer la opinión de Mujica respecto a la formación política a la que aspira a formar parte con su candidatura 'Por una Sevilla plural y multicultural'.
A finales de este diciembre concluye el proceso para elegir al líder de Podemos Sevilla. La plataforma de Danciu apoya apoya para la Secretaría General a Begoña Gutiérrez, “por incluir en su programa tres de sus prioridades (presupuestos participativos, plan municipal de transparencia y lucha contra la corrupción)”. Pero él pone énfasis en otro aspecto: que Podemos Sevilla tenga “una pluralidad real”. La candidatura de Danciu representa, dice, al 14% de la población total de Sevilla (inmigración, minorías étnicas) y tiene como objetivo central visibilizar las necesidades del colectivo y lograr una amplia pluralidad y transparencia en el futuro Consejo Ciudadano Municipal de Podemos. De su cuello cuelga un cartel con el lema 'Tener una educación intercultural'. “Es la clave de todo”, comenta.
La principal motivación de Danciu para presentar candidatura no es otra que su tremenda indignación ante el estado de pobreza en la que vive la comunidad gitana y el colectivo de inmigrantes en Sevilla. También se presenta para construir en el Círculo Macarena, que le ha avalado y en el que ha participado desde su arranque, un proyecto para cambiar “la actual situación de absoluta impunidad de la casta PPSOE que criminaliza la pobreza”.
Danciu, según comenta a eldiario andalucia, se muestra especialmente orgulloso de haberse entrevistado con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, “para que entrara en razón y anulara la ordenanza de limpieza contra los pobres”, que contemplaba multas mayores para quienes fueran descubiertos buscando en la basura. Asimismo, tiene interpuestas varias denuncias en los juzgados de Sevilla “contra la casta gitana que ha utilizado al pueblo gitano con la complicidad de la Junta de Andalucía”, según reza su propuesta.
La importancia del padrón
El candidato recuerda que la población extranjera ha aumentado en Sevilla. Así se desprende del padrón municipal del año 2013. Este leve aumento ha sido posible gracias a la incorporación de inmigrantes en los tres distritos que acaparan el 47% de dicha población en la capital andaluza. Éste es el caso de Macarena, en cuyos barrios residen casi el 20% de los extranjeros de Sevilla. En él la presencia de estos habitantes ha aumentado en un año un 1,22%. Según el padrón en el distrito de Macarena viven 10.511 inmigrantes, de los cuales los principales grupos lo conforman sudamericanos, rumanos sin olvidar la importante colonia de marroquíes que lo habitan y que supera el millar de personas.
“La composición del Consejo Ciudadano Municipal tiene que representar a todo el conjunto de ciudadanos y ciudadanas de la ciudad, debe ser el espejo de la realidad de la calle que todos los vecinos conocemos, apostando por una pluralidad real, garantizando así que toda la ciudadanía esté representada en el gobierno local de Podemos. La representatividad también es la garantía para ganar las elecciones municipales en nuestra ciudad, dejando claro a la casta PP-SOE que nosotros somos un partido abierto, plural y democrático”, dice la plataforma que representa Danciu.
El representante de la plataforma incide en una cuestión que considera fundamental: el padrón municipal de habitantes. Muchos municipios de España incumplen a diario la carta de Derechos Humanos, la Constitución y demás Directivas de la Unión Europea, que obligan a las administraciones locales a registrar a las personas en el padrón y se niegan ya que “sus criterios para registrar se basan en la condición administrativa (tener en alquiler o propiedad una vivienda), alimentando la discriminación y limitando el acceso a los servicios sociales básicos”.
En Sevilla, a más de 5.000 rumanos gitanos, de los aproximadamente 7.000 que existen, se les niega el empadronamiento, “ignorando el NIE que prueba la fecha de entrada en el territorio Español”. Y así otros colectivos de inmigrantes, estimándose en unas 20.000 personas afectadas, “condenados por la casta PP-SOE a la pobreza más absoluta, negando su participación y la ciudadanía real en la ciudad”.
El Ayuntamiento, según explica Danciu, tiene la obligación de inscribir a todas las personas que viven en el municipio, y lo dota de “una herramienta básica”, ya que le permite una acción de gobierno más eficiente, le facilita la planificación y le sirve como referencia para recibir recursos externos tanto en forma de financiación como de provisión de servicios. “Obstaculizar el empadronamiento es impedir que asuman sus obligaciones y derechos con respecto a la Administración local, y les obstaculiza el acceso a derechos universales fundamentales, como la salud y la educación, y les expone a situaciones de alta vulnerabilidad”.