Una urbanización de lujo amenaza especies protegidas en un pinar de la costa gaditana
Más de un pino por cada vivienda. La urbanización que se construirá en Chiclana de la Frontera (Cádiz) talará 219 pinos para que se puedan erigir 206 casas en la playa de Sancti Petri. El proyecto de obras entregado en el Ayuntamiento gaditano por el Estudio Lamela, dirigido por Carlos Lamela de Vargas, reconoce que se trata de “un bosque de pinos” que incluye dos especies protegidas: la camariña (Corema) y la sabina andaluza (Juniperus phoenicea subsp. turbinata).
Según el proyecto de obra, al que ha tenido acceso este diario, la parcela está situada en una zona “altamente atractiva” que se encuentra “en primera línea de mar, con un entorno natural entre dunas, pinos y marismas”. Está considera, según los propios proyectistas, “un bosque de pinos con matorral mediterráneo y costero”, como el lentisco, el palmito o el mirto, además de “una cantidad apreciable de acacias, eucaliptos, arbustos y herbáceas de especies alóctonas”.
Entre los arbustos, se hallan dos especies catalogadas como “vulnerables” en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas: la camariña y la sabina andaluza. El proyecto de obra asegura que abunda el lentisco y el palmito, pero que hay “pocos ejemplares” de sabina, que se encuentran en un estado con “poco follaje” y “mal desarrolladas”.
De las camariñas también habría “muy pocos ejemplares” y se encontrarían, según el proyecto de los promotores, “mal desarrolladas y deterioradas”. Apuntan que la sabina andaluza requiere de “poda y saneamiento”. Además, y siempre según la licencia de obra presentada por Lamela, responsable de la Operación Canalejas en Madrid, estas plantas “no se encuentran en áreas afectadas por la construcción y serán de especial interés y protección en el proyecto a realizar”.
El proyecto prevé trasplantes
El anexo ambiental del proyecto presentado en el Ayuntamiento de Chiclana abunda en que “en el caso de que las plantas estén situadas en zonas de construcción, se realizará su trasplante dentro de la parcela a los emplazamientos adecuados”.
David Moreno, presidente de Toniza-Ecologistas en Acción Chiclana, afirma que no resulta de extrañar que “el proyecto nombre estas plantas, porque es el hábitat de la zona. Si el pinar no estuviera tan degradado por la propiedad, su aspecto y la biodiversidad serían equivalentes a la del pinar público que hay en la zona. Al estar tan degradado, se elimina la posibilidad de que se asiente la fauna, especialmente el camaleón, una especie protegida propia de la zona”. Según el proyecto de obra, la única fauna que existe ahora mismo en la parcela son las aves habituales de la zona.
Desde el Ayuntamiento de Chiclana, apuntan que todas las actuaciones de compensación “aparecen aplicadas en la licencia de obra”. Lola Yllescas, coordinadora nacional de Ecologistas en Acción señala que “es muy difícil compatibilizar nuevos desarrollos urbanístico con la sostenibilidad: todos son insostenibles y suponen destrucciones irreversibles. Siempre destruimos especies protegidas y pequeños relictos como este pinar”.
La polémica tala de 219 pinos
Uno de los aspectos más polémicos del proyecto es la tala del 29% de los pinos, 219 ejemplares que cubren una superficie de 11.000 m2. Según el informe del Ayuntamiento de Chiclana, la empresa promotora está obligada a la reposición de cuatro árboles, por cada ejemplar talado, en una parcela designada por el Consistorio, y uno por cada 50 m2 construidos. Además, en los bordes de la parcela tienen que ubicar 40 árboles de especies autóctonas como el olivo, el acebuche, el algarrobo, la encina, el alcornoque, el quejigo o la cornicabra.
En total, les corresponde plantar 1.331 árboles, en espacio público enfrente de la parcela o su equivalente económico para su ejecución subsidaria por la Administración: 1.331 unidades a 130,18 euros: 173.269,58 euros. Si talan más de esos 219 pinos, el Ayuntamiento puede sancionar a los promotores y obligarlos a que, por cada árbol talado, planten “hasta 25 unidades”.
En declaraciones a este diario, Ana González, delegada de Urbanismo del Ayuntamiento de Chiclana, afirma que “seguramente” se harán plantaciones. “Los técnicos (del Ayuntamiento) están estudiando cuál es el sitio idóneo (para las plantaciones en el municipio) y se hará un seguimiento anual para que no se pierdan las especies que se planten. No se optará por la compensación económica, sólo se hace cuando es imposible plantar en la propia parcela”.
Desde Ecologistas en Acción señalan que “habrá que ver que es lo que hace esta promotora: plantar o pagar. Lo habitual es pagar y cuando se planta, son cuatro árboles pequeños y no de la envergadura de los árboles talados. Si se hubiera pltando y hubieran llegado a crecer bien, tendríamos más masa arbórea en Chiclana, pero la realidad es que ésta ha disminuido”.
Inversión de 23 millones de euros
El proyecto, situado en la Playa de Sancti Petri, supondrá una inversión de 23 millones de euros, la edificación se realizará en suelo urbano y las viviendas tendrán una altura máxima de 11 metros.
“La parcela presenta una superficie cubierta con pinos ”adehesados“ separados entre a distancias variables desde 6 a 20 metros. El suelo está mayoritariamente cubierto de herbáceas con algunas pequeñas manchas de matorral sobre todo en la base de los árboles”, según el proyecto básico presentado por Lamela y promovida por Aedas Homes.
La futura urbanización ha hecho saltar todas las alarmas de los ecologistas, al tratarse de una zona natural, con 706 pinos y otras especies de árboles, arbustos y herbáceas que, como reconoce los propios promotores, funciona como un bosque.