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Muere Javier Lambán, expresidente de Aragón, a los 67 años

El expresidente aragonés Javier Lambán.

Luis Faci

15 de agosto de 2025 15:03 h

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Javier Lambán ha muerto. Expresidente del Gobierno de Aragón, exlíder de los socialistas en la comunidad y una de las figuras más carismáticas del panorama político nacional en los últimos años, Lambán ha fallecido a los 67 años de edad tras una larga enfermedad en Ejea de los Caballeros, su localidad natal.

El ex jefe del Ejecutivo autonómico entre 2015 y 2023 ha ocupado prácticamente todos los cargos institucionales en la comunidad desde hace más de cuatro décadas: ha sido concejal en la cabecera cincovillesa, alcalde de este municipio, presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza entre 1999 y 2011, secretario provincial del PSOE primero y líder del socialismo aragonés hasta hace unos meses, además de presidente aragonés.

Lambán afrontaba desde hacía tiempo una grave enfermedad. Hace cuatro años, en el ecuador de su segundo mandato, le diagnosticaron un cáncer de colon que más tarde se complicó, a lo que sumaba la diabetes y la esclerosis múltiple que padecía desde 2010, como desveló en sus memorias.

Hace poco más de un mes, Lambán descubrió su retrato como expresidente del Gobierno aragonés en un emotivo acto en el Edificio Pignatelli de Zaragoza con su familia, gran parte de sus exconsejeros y con los actuales miembros del gobierno autonómico. Esta fue su última gran aparición pública.

Allí tuvo unas palabras para las personas que le acompañaron durante sus ocho años de mandato. Lambán definió su etapa al frente del Gobierno de Aragón como “muy fructífera en muchos aspectos” y, una vez más, expresó su desencanto con la actual dirección del PSOE, asegurando sentirse “huérfano de representación” en su propio partido. Reafirmó su condición de “militante de la Constitución del 78 y de la socialdemocracia clásica” y confesó que la situación le ha llevado a convertirse en “militante aragonesista”.

Una notable huella política

El dirigente ejeano ha dejado una huella notable en la vida pública y ha desplegado un estilo político que, para bien o para mal, hoy resulta poco frecuente. Una forma de concebir la política que va más allá del foco nacional que le ha otorgado su enfrentamiento con Pedro Sánchez de los últimos años.

La trayectoria de Lambán ha estado vinculada a las instituciones desde que, con 25 años y tras las municipales de mayo de 1983, accedió como concejal al Ayuntamiento de Ejea. Su entrada en la lista electoral, según relata en sus memorias, fue “patrocinada” por el entonces alcalde Mariano Berges, quien ejerció una notable influencia sobre el joven representante municipal.

No abandonó su dedicación al municipalismo hasta 2011, aunque con dos vertientes diferentes. Por un lado, continuó como concejal en el Consistorio ejeano hasta 2007 y a continuación, hasta 2014, como alcalde de la cabecera cincovillesa; por el otro, presidió la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) durante tres legislaturas, desde 1999 hasta 2011, cuando dio el salto a la política autonómica.

Derrotada Eva Almunia por Luisa Fernanda Rudi en las elecciones de 2011, Lambán se convirtió en presidente del Gobierno de Aragón cuatro años más tarde, cuando el pacto de investidura con Podemos dio lugar a un turbulento primer mandato en minoría. En 2019 logró in extremis mantenerse al frente del Ejecutivo con un acuerdo a cuatro bandas con Podemos, Chunta y PAR, un pacto antinatura que muchos daban por muerto antes de nacer y que sin embargo, y pese a afrontar casi desde el principio la dura etapa de la pandemia, aguantó sin grandes sobresaltos y marcado por la estabilidad económica y social.

Finalmente, en 2023, a pesar del optimismo con el que encaraban los socialistas la campaña, el voto en clave nacional derrumbó las opciones del PSOE y encumbró al PP de Jorge Azcón, elegido presidente gracias a la ultraderecha.

Responsabilidades en el PSOE

Mientras, y al igual que en su faceta institucional, Lambán también ha estado ostentando responsabilidades en el PSOE aragonés desde los años ochenta. Ya en enero de 1988 participó como delegado en la representación aragonesa del Congreso Federal del PSOE y dos meses después, en marzo, pasó a formar parte del órgano de dirección provincial del partido en Zaragoza, con Carlos Pérez Anadón como máximo responsable. Comenzaba entonces la época más turbulenta para el socialismo aragonés, carente de líderes tras la muerte de Ramón Sáinz de Varanda y Florencio Repollés y sin Gobierno autonómico tras la derrota de Santiago Marraco.

Pese a recuperar el Ejecutivo en 1993 con el voto del tránsfuga Emilio Gomáriz, los escándalos de corrupción tanto a nivel autonómico como en el Ayuntamiento de Zaragoza y el enfrentamiento descarnado entre las diferentes familias a punto estuvieron de dinamitar el partido, que adquirió entonces el conocido apelativo del “Beirut del socialismo español”. “Viví todos esos procesos en primera línea, involucrándome a fondo”, apunta en 'Una emoción política'.

Lambán no solo se salvó del desastre, sino que los buenos resultados en Ejea en las municipales del 95 hicieron que adquiriera cada vez más protagonismo en el partido. Alineado -con altibajos- con Marcelino Iglesias, en 2001 se convirtió en secretario provincial en Zaragoza, al mismo tiempo que pasaba a presidir la DPZ.

La crisis del partido

Esa primera década del siglo XXI fue para los socialistas un remanso de paz, afianzado por su poder institucional. Lambán continuó en ambos cargos hasta el mencionado salto a la política regional gracias al fin de marcelinato y ante el sonado fracaso de la delfín de Iglesias, Eva Almunia, en las autonómicas de 2011. Un año más tarde, en el 15º Congreso Regional del partido, fue elegido secretario general con casi el 95% de apoyos. Ya entonces lanzó un discurso animando a regresar a los “orígenes” del PSOE, con más participación y debate interno.

Sus 13 años al frente del socialismo aragonés estuvieron marcados por la unidad entre las federaciones zaragozana y turolense, y por el enfrentamiento cada vez más enconado con la federación altoaragonesa y con Pedro Sánchez. En su caso, ni siquiera ocupar el Gobierno autonómico fue suficiente: en 2017, en plena novena legislatura, Ferraz propició la celebración de primarias al presentar como candidata a Carmen Dueso. A pesar de que Lambán venció, el estrecho resultado (56,7% frente a 43,3%) anticipó una herida interna con Huesca que no ha vuelto a suturarse.

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