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Los 23 de Angüés: la asociación Arico busca a las víctimas de la feroz represión de los primeros días de la Guerra Civil

Una de las fosas excavadas en el cementerio de Las Mártires de Huesca.

Miguel Barluenga

Huesca —

Un bosque de plaquitas de color morado señala dónde se encuentran las fosas comunes del cementerio de Las Mártires, en Huesca. Las hay por decenas, “y eso que muchas se han ido arrancando con el paso de los años”, explica Miguel Ángel Capapé, presidente de la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico). Mientras, unos operarios tapan la fosa donde se han exhumado los restos de siete represaliados en los primeros días de 1937 y, en otra abierta a unos pocos metros, se ha comenzado a buscar a cinco personas más. Todos ellos, de la localidad de Angüés.

Son doce, y se espera hallar a diez más en otro proyecto que se acometerá a partir de septiembre en este mismo camposanto. En octubre de 2018 se abrió otra fosa donde se enterró a cinco ejecutados más de esta población durante la Guerra Civil. Entre ellos se ha podido identificar por medio de las pruebas de ADN a Román Arnal Mur, hermano del conocido militante anarquista Martín Arnal Mur, que a los 97 años aún espera poder ver completado los trabajos de exhumación e identificación de los compañeros asesinados por el bando nacional.

Angües, potente base de jóvenes anarquistas

Angüés contaba con poco más de 800 habitantes durante la década de los 30 y una economía basada en la agricultura y en menor medida en la ganadería. Contó con una potente base de jóvenes anarquistas articulados en el sindicato local de la CNT, y tras el golpe de estado de julio de 1936 se concentraron en la localidad las dotaciones de varios puestos de la Guardia Civil bajo el mando del teniente Manuel Lahoz Julve que se replegaron a Huesca ante la presión ejercida por las milicias organizadas en Barbastro.

23 vecinos anarquistas de Angüés fueron detenidos por la Guardia Civil e ingresados en la Prisión Provincial de Huesca el 24 de julio de 1936. Durante esa semana en que Angüés estuvo en manos de los sublevados fueron enviados a la cárcel un total de 31 angüesinos y todos ellos serían asesinados en Huesca en los meses siguientes. El destino habitual de los cadáveres, en sucesivas sacas, fue el cementerio de Las Mártires.

Entre los días 3 y 6 de enero de 1937 fueron asesinados 17 vecinos separados en diferentes sepulturas. El 3 de enero de 1937 se ejecutó a las 23:30 de la noche Emeterio Alpín Zaballos (32 años), José Franco Carpi (46 años), Dionisio Gallo Brusau (32 años), José María Batos Lacasta (48 años) y Emilio Cardiel Huguet (26 años). Todos ellos fueron enterrados en una fosa común que ocuparía dos sepulturas distintas (zanja 7, fila 20, sepulturas nº 299-300), tras ser recogidos los cadáveres por la ambulancia número 24 de la Cruz Roja.

El 5 de enero de 1937 fueron asesinados a las 22:30 de la noche Santos Buil Tornil (27 años), Tomás Canudo Domper (26 años), Gregorio Espona Vitales (55 años), Ramón Briac Oliveros (19 años) y Bartolomé Casasín Pérez (53 años). Se les dio sepultura en una fosa común. Finalmente, el 6 de enero de 1937 fueron asesinados Agustín Bravo Brusau (31 años) y Mariano Buil Tornil (23 años).

Ya el 4 de enero de 1937 habían sido asesinados otros cinco vecinos de Angüés: Román Arnal Mur (24 años), Fabián Alsina Soliva (26 años), Ramón Bonet Buil (25 años), Miguel Cardiel Huguet (27 años) y Manuel Gallo Brusau (35 años). Arico cuenta con la colaboración de las asociaciones memorialistas Círculo Republicano Manolín Abad de Huesca, Batallón Cinco Villas de Ejea de los Caballeros y Charata de Uncastillo. El equipo habitual está compuesto por tres personas, además de Miguel Ángel Capapé y de voluntarios que se suman a los trabajos diarios.

Se contempla la fecha del sábado 27 de julio para que se concluyan los trabajos en la segunda de las fosas y puedan extraerse los restos de los cinco cuerpos para proceder a su identificación. “Contamos con la ventaja de que este cementerio se dejó de utilizar después de la guerra y, por tanto, no se han removido las fosas comunes”, señala Capapé. Algunos de los familiares residen en Francia y su voluntad de encontrar a sus allegados a facilitado la tarea, que cuenta con una subvención de la Diputación de Huesca. Si todo marcha según lo previsto, los 23 de Angüés serán enterrados de una manera digna en Las Mártires entre 2020 y 2021.

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