Unas Fallas en septiembre

Una fiesta fuera de calendario

Las Fallas de la pandemia se queman en septiembre

Son las Fallas de 2020, que quedaron paralizadas y con los ninots en la calle cuando se declaró el estado de alarma y se produjo el confinamiento de la población por la pandemia de COVID-19. Pero son también las Fallas de 2021, ya que no se celebraron en marzo, cuando correspondía, por la situación derivada del maldito coronavirus. Estos días de septiembre, fuera de su calendario tradicional, la fiesta fallera cierra el ciclo pandémico con una insólita edición marcada por las medidas de prevención y las restricciones vigentes, como el toque de queda en la ciudad de València. Y por una meteorología más agresiva, con episodios de lluvias torrenciales, que la habitual de primavera.

El programa incluye la plantà de las fallas que han permanecido almacenadas desde marzo de 2020; la ofrenda, sin público; las mascletades y castillos de fuegos artificiales, en localizaciones no habituales, y la cremà, en horario adelantado. No hay verbenas ni conciertos nocturnos, aunque las bandas de música sí que pueden amenizar los pasacalles. Todo un despliegue de singularidades que culmina con las llamas para cerrar un ciclo festivo atrapado en la desgracia y abrir uno nuevo, el de 2022, que aspira a una mayor normalidad.

El alcalde de València, Joan Ribó; la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló; la de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, y el mismo presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, han enfatizado las llamadas a las responsabilidad y el civismo, en una invitación a convertir las Fallas, fiesta de masas por antonomasia, en una celebración de ir por casa que no rompa la tendencia al descenso de los contagios.

Vacunación general. Puig aprovechó para anunciar que la mesa interdepartamental tomaría la decisión de iniciar una desescalada en las medidas contra la pandemia, una vez terminada la convocatoria fallera y superado el 70% de la población vacunada, con la vista puesta en la 'vuelta al cole' y el horizonte del 9 d'Octubre como referencia para alcanzar la inmunización general de la población.

Los políticos duran poco en Podem

Martínez Dalmau pierde la paciencia con su partido y se va

El vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana y conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau, ha protagonizado una rentrée explosiva, al anunciar su dimisión en diferido. El pulso con el aparato del partido que lidera Pilar Lima ha acabado con su paciencia y ha decidido volver a su plaza de profesor en la Universitat de València. Desde que Dalmau apoyara a Naiara Davó, entonces portavoz parlamentaria en las Corts Valencianes, frente a Lima, en la elección de secretaria general de Podem, la brecha se ha ido ensanchando y el vicepresidente, que había sido cabeza de lista de Unides Podem en las elecciones autonómicas, se va para dejar paso en el departamento de Vivienda a Héctor Illueca, hasta ahora director de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

La enésima crisis interna de la organización valenciana de Podemos (ningún cabeza de lista o secretario general ha revalidado su puesto desde que esta joven formación irrumpió en la política hace aproximadamente siete años) apenas ha sacudido la estructura del Pacto del Botánico, el acuerdo del PSPV, Compromís y Unides Podem que sostiene el Gobierno autonómico, pero ha obligado al presidente Ximo Puig a atajar el asunto, evitando que la interinidad se prolongue tanto como pretendía Dalmau y como amenazaba la actitud inicial de su partido.

Sin grandes declaraciones de Puig sobre el tema y con el perfil bajo que Compromís ha adoptado ante la situación, la dimisión del vicepresidente segundo ha quedado reducida a una crisis en Podem que no se ha trasladado al Pacto del Botánico. Tras reunirse en el Palau de la Generalitat con el presidente, Pilar Lima aseguró que la lealtad entre los socios es recíproca y prometió a Puig “cuidar del Botànic”.

El PSPV encara el 14º congreso

Ximo Puig ya es candidato único

Es una noticia que solo haya un candidato en un congreso del PSPV-PSOE. Aunque en este caso resulte lógico, porque se trata del presidente de la Generalitat Valenciana, estaba por ver que en el decimocuarto congreso de los socialistas valencianos, que se celebrará en Benidorm del 12 al 14 de noviembre, no se presentara nadie frente a Ximo Puig. Esta semana ha quedado claro que  ya es candidato único.

Al publicarse que no tiene rival, hizo unas declaraciones en las que expresó su intención de “unir y cohesionar el partido”. En el anterior congreso, celebrado en julio de 2017 en Elche, tuvo como candidato alternativo a Rafa García, alcalde de Burjassot, que logró cerca del 40% de los votos. Ya era entonces presidente de la Generalitat Valenciana, pero seguían abiertas las heridas por el apoyo de Puig a Susana Díaz frente a Pedro Sánchez en las primarias del PSOE. Ahora ha sido el actual líder del PSOE y presidente del Gobierno de España quien ha facilitado este nuevo congreso a Puig al dejar hace apenas dos meses fuera del Gobierno y fuera de la secretaría de Organización federal a José Luis Ábalos, su hombre de confianza hasta entonces. De esta forma, se asegura una reelección como secretario general a la que anunció públicamente en el anterior congreso que no volvería a presentarse.

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-El grupo de Vox en las Corts Valencianes no hace más que perder efectivos. La última ha sido la diputada Rebeca Serna, que se ha pasado al grupo de no adscritos tras abandonar la formación de extrema derecha con duras críticas a su funcionamiento interno. Su marcha facilita a José María Llanos el control del grupo parlamentario. 

-La semana que viene comienza el curso escolar. Tras un ejercicio en el que los centros educativos han demostrado su capacidad para hacer frente a la pandemia, la Conselleria de Educación, que dirige Vicent Marzà, tiene preparada la vuelta a las aulas con un refuerzo de la plantilla de más de 5.000 profesores.

Debate en Europa sobre la ampliación del Puerto de València

La ampliación del Puerto de València no es un asunto doméstico. La consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollà, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, llevaron el debate a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. Mollà acusó a Martínez de evitar “con todo los medios a su alcance” la nueva evaluación ambientalde un proyecto que el presidente del Puerto aseguró que busca minimizar los efectos sobre el medio ambiente. De momento, la Comisión Europea, emplazó a que las discrepancias se diluciden en las instancias españolas a la espera de que se presente el proyecto constructivo, sobre cuyo impacto se podría plantear una eventual investigación.

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