Rebajas en noviembre

La visita de Feijóo a Cantabria ha sido un inesperado derroche de hilaridad. El líder de los populares ha venido a presentar su programa para rescatar trabajadores autónomos del brazo de la presidenta Buruaga y el consejero Arasti: los mismos que han malgastado 40 millones de euros para tener cien autónomos menos. La ecuación lo dice todo, así que la estampa de los hacedores del entuerto avalando las iniciativas para los trabajadores por cuenta propia no ha podido ser más esperpéntica. A Arasti no le llegaba la camisa al cuello, y eso que compareció sin corbata. Pero, con todo, aún con estos antecedentes, el acto de presentación en Santander de las medidas para los autónomos que propone el Partido Popular estuvo bañado en sonrisas y destiló chorros de almibarada autocomplacencia.

Aunque comparecer del brazo de quienes inspiraron el fracasado Plan de Autónomos de Cantabria -que en lugar de incrementar su número lo redujo de manera escandalosa - no inspira mucha confianza al discurso de Feijóo. La puesta en escena empeoró cuando el líder popular se equivocó de fecha al decir que esta semana tocaba abonar el segundo pago de la declaración de la renta. El discurso estaba caducado y el auditorio le corrigió: “Hoy, hoy” insistían. Más épica fue la respuesta del líder popular: “Ya veo que Hacienda no es muy flexible. Pues hoy”, atribuyendo a su propio error una cualidad impropia de la agencia tributaria: la flexibilidad.

Con el monólogo en el punto álgido pidió eliminar el IVA para los que facturen menos de 85.000 euros. Algo a lo que, en realidad, obliga la normativa Unión Europea aunque todavía no se haya hecho efectivo. No es, por tanto, una idea propia. Con el añadido de que la barrera -aún por concretar- podría ser incluso mayor: todo el que facture hasta 100.000 podría estar exento de IVA. Seguidamente, en el frenesí de la emoción narrativa, anunció algo que si das vuelta al predicado ya existe: que los autónomos puedan trabajar por cuenta ajena.

El colofón fue una apoteosis de perplejidad. Feijóo anunció que estas medidas que propone son para proteger a los trabajadores “honestos y decentes”. Ahí se presenta también el dilema de cómo clasificar al personal, qué criterios rigen en el Partido Popular para establecer esa criba. Especialmente esta semana con el novio de Ayuso, que irá a juicio por fraude fiscal, haciendose la víctima de un complot político sin que se le haya hecho ningún reproche.

La cuestión es si este personaje también entra en la categoría de “honestidad” y “decencia” que predica el PP y si acaso merece beneficiarse de esas políticas para los autónomos 'buenos'.

Cuando Thoreau decidió no pagar impuestos durante seis años apeló a un argumento ético que proclamó a los cuatro vientos: no quería financiar la guerra de Estados Unidos contra México. Pero la desobediencia civil, tan ácrata hasta hace poco para el pensamiento conservador, se empieza a aceptar pero con una abismal diferencia. Aquí, ahora, la única motivación es tener más dinero en la cartera.