Activistas internacionales denuncian en un hospital de Barcelona el coste de los tratamientos de la hepatitis C
Un grupo de activistas internacionales defensores de la salud pública, del colectivo 'Your money or your life' (“Tu dinero o tu vida”) han organizado una acción en el acceso principal del Hospital del Mar, en Barcelona, para exigir medicamentos asequibles para curar la hepatitis C. La acción ha coincidido con el encierro en el hospital 12 de Octubre, en Madrid, de afectados por esta enfermedad que reclaman que se les facilite el acceso a un nuevo medicamento, el sofosbuvir (Sovaldi, de marca comercial), que garantiza la curación absoluta y sin efectos secundarios.
Este medicamento fue descubierto por un laboratorio que fue comprado por la empresa Gilead. Esta empresa negocia directamente con los gobiernos de los diferentes países el precio al que les suministra Sovaldi. El Gobierno español ha decidido dedicar 125 millones a adquirir el medicamento pero no se ha hecho público el acuerdo entre el Gobierno y Gilead, ya que la empresa reclamaba 40.000 euros por cada tratamiento y el Ejecutivo ofrecía 25.000. Esto hace que sólo se pueda suministrar a entre 3.000 y 4.000 pacientes, cuando hay más de 700.000 personas afectadas por la enfermedad.
Los activistas internacionales, disfrazados de ejecutivos, médicos y enfermeras a las puertas del hospital, han organizado una feria en la que una ruleta determinaba el coste del medicamento y los concursantes elegían entre “la bolsa y la vida”.
El exeurodiputado David Hammerstein, uno de los promotores del acto, lamentaba que “se está jugando con nuestras vidas. No puede ser que un bien público como la salud esté en manos privadas que ganan miles de millones en este juego”. Según Hammerstein, una píldora de Sovaldi podría costar un euro al día y curaría a un enfermo de hepatitis C en tres meses y, en cambio, le cuesta a la Administración pública entre 300 y 400 euros. La única explicación de esta situación es, para el eurodiputado, que los Gobiernos no se atreven enfrentarse con las poderosas farmacéuticas. Ni el español, ni el catalán, ni prácticamente ningún gobierno del mundo. La única salida es, según él, que se imponga una regulación internacional que obligue a bajar el precio de medicamentos como los que curan la hepatitis C. Si no, seguiremos en la situación actual, que califica de “diabólica” y que “lleva a elegir entre quien puede seguir viviendo y quién no”.
Santiago Nistal: “Si llego a necesitar este medicamento tendré que morirme”
Santiago Nistal fha sido una de las personas que ha firmado las demandas de los activistas para que se suministre Sovaldi a todos los enfermos de hepatitis C que lo necesiten. Él sufre esta enfermedad desde hace muchos años y se encuentra en situación estable tras ser tratado con interferón, lo que le provocaba muchos efectos secundarios. Había ido al Hospital del Mar a hacerse un control y lo encontraron bien. Lo han vuelto a convocar para dentro de medio año. Confía en que la enfermedad no evolucione hacia cirrosis.
Se quiso informar sobre el nuevo tratamiento. “Es una vergüenza que un medicamento necesario para que viva la gente no esté al alcance de todos. Yo cobro una pensión de 650 euros y si llega una situación en la que lo necesite a vida o muerte, me tendría que morir. No tendría dinero para pagarlo”.
“La medicina y la sanidad dicen que es pública, universal y gratuita, pero yo no lo veo, porque el que tiene dinero se cura de lo que quiere y los que no tenemos dinero tenemos que morirnos o morirnos”, concluye.