Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

ICV y EUiA, la historia conflictiva de dos espacios hermanos

Luis Hernández, del PSUC, surt al balcó de l'Ajuntament com a primer alcalde de Santa Coloma

Xavier Puig i Sedano

La posibilidad de que Iniciativa y Esquerra Unida no concurriesen juntos a unas elecciones ha vuelto a estar en el aire los últimos días. Los problemas de encaje en la coalición de En Comú Podem para las elecciones al Congreso del 20-D no son ninguna novedad si se tiene en cuenta la trayectoria histórica de las dos partes de clásica la coalición ICV-EUiA. Estos son dos espacios hermanos, provenientes de una misma familia política, pero que han mantenido una relación conflictiva, a pesar de los últimos 14 años se ha mantenido estable.

El espacio político que actualmente ocupa en Catalunya ICV ha ido reconfigurándose múltiples veces desde que en 1981 se produjera la primera división en el seno del PSUC. Las tensiones entre el bloque eurocomunista (abanderado en España por Santiago Carrillo), el sector leninista y el bloque prosoviético acabarían con una escisión a partir de la cual se creará el Partido Comunista de Cataluña, nacido en 1982.

Para el historiador y militante de EUiA David Moreno, aparte del alineamiento o no con la URSS y los conflictos tras las concesiones hechas durante la Transición -como asumir la monarquía-, uno de los factores importantes de esta ruptura es la organización interna del partido. “El PSUC entra en las elecciones, muchos cuadros suyos pasan a las instituciones y esto crea tensiones. Cuadros vecinales pasan a ser concejales y, con el juego democrático, el partido comienza a perder organización a nivel social”, explica Moreno, que cree que este mismo proceso se vivió en paralelo dentro de CCOO.

A diferencia de lo ocurrido en el resto de España, donde el eurocomunismo había impuesto, en Cataluña la alianza entre leninistas y prosoviéticos los aleja de la dirección del Partido. Según Moreno, esto fue mal recibido por el PCE de Carrillo, que “movió hilos para acabar con la anomalía catalana, hasta que se expulsa los principales dirigentes del sector prosoviético”. Esta tesis también es apoyada por el histórico militante de ICV y CCOO, Manel García Biel, que considera que “si no llega a estar Carrillo la división no se hubiera producido”.

Será de este bloque expulsado de donde nacerá el Partido Comunista de Cataluña, que más adelante acabaría siendo uno de los motores de la creación de EUiA. La pugna entre los dos partidos se visualiza sobre todo en el seno de CCOO, donde el PSUC controlaba la secretaría general, pero el PCC tenía un peso considerable.

A partir de 1982 hasta 1987 se vivirá un periodo división entre los dos sectores durante el que ambas formaciones verán reducido su peso electoral, especialmente el PCC que, a diferencia del PSUC, no consigue obtener representación parlamentaria. Es la lucha para saber quién controla la hegemonía del comunismo catalán.

La campaña antiOTAN facilita el acercamiento

En 1986 las votaciones por la OTAN y una fuerte huelga de CCOO facilitó acercamientos entre los dos bloques. Pero el anterior conflicto presente en las direcciones de los partidos que aún no se habían renovado hizo que, a diferencia de España donde se forma IU, en Catalunya no hubiera acuerdo. Es después de los malos resultados del PSUC en las elecciones de 1986 cuando Rafael Ribó sustituye a Gutiérrez Díaz al frente del partido, que volverá a reconstruir un espacio unitario entre los dos sectores.

“Con Ribó a la cabeza, se decide invernar el PSUC y transferir los activos a una nueva marca, Iniciativa per Catalunya, que permitía más pluralidad interna y que acabaría por integrar socialismo, ecologismo y feminismo”, explica Garcia Biel. También entran en juego los cuadros procedentes de Entesa de Nacionalistes d'Esquerra. Con esta apuesta, en 1987 concurren de nuevos juntos a las elecciones al Parlamento de 1988. Como apunta Moreno, uno de los factores que facilitó el pacto fue “el nuevo secretario general de Partido Comunista soviético, Gorbachov, era bien visto tanto por el PSUC como por el PCC”.

La unidad de acción, sin embargo, durará poco y se volverá a romper el 1989. Para Moreno los motivos son que por un lado, la mayor cesión de soberanía de partido que el PSUC proponía ceder hacia Iniciativa per Catalunya no convencía a los comunistas, que apostaban por mantener las identidades de cada partido dentro del pacto. Por otra parte, apunta a que un mayor peso institucional del PSUC, a imagen de lo que había hecho en España el PCE con el PCPE, los habría llevado al convencimiento de intentar “una OPA sobre el PCC para asimilarlo al partido”.

IU propicia un nuevo pacto

Este choque generará tensiones que no dejarán espacio a un nuevo pacto hasta 1995. En ese año, ya con la Unión Soviética y las diferencias que esta generaba y el momento de auge de Izquierda Unida, con Anguita al frente, vuelven a facilidad un nuevo acuerdo, apadrinado por estos últimos. El pacto se hace a pesar de las diferencias en torno al tratado de Maastricht y de dos posicionamientos: el del PSUC, favorable a la Unión Europea y el del PCC, en contra.

Pero, tal y como IU había cimentado el pacto, las tensiones generadas en el seno del partido en 1997 entre los favorables a acercarse al PSOE, e incluso integrarse, y los contrarios, encabezados por Anguita, harán tambalearse de nuevo el pacto catalán. En este punto se producen varios proceso paralelos. Primero, los partidarios de Anguita se escinden del PSUC en el que se acabará llamando PSUC Viu. En segundo término, el PSUC planteará una integración casi completa en ICV, dejando de lado la estructura del partido. A su vez, el PCC trabajaba para crear un nuevo espacio de izquierdas al que finalmente acabaría sumando el PSUC Viu y el Partido Obrero Revolucionario -de orientación trotskista y nacionalista catalana-, conformando así la actual Esquerra Unida y Alternativa.

El retorno a la estabilidad

“Del 98 al 2000 es el último periodo de enfrentamiento. EUiA tiene malos resultados e ICV es capaz de, en cierto modo, mantenerse. Esta se planteaba crear un polo único entre poscomunistas y los socialistas del PSC”, explica Moreno. Ribó era uno de los principales impulsores de esta propuesta, que se verá culminada en 1999 cuando IC y el PSC se presentarán juntos a las elecciones al Parlament en Girona, Lleida y Tarragona. Los resultados no acaban de ser del todo buenos, aunque ICV obtiene un total de 5 diputados y Ribó acaba siendo sustituido por el que años después sería Consejero de interior, Joan Saura.

“El acuerdo estable entre ICV y EUiA llega de la mano de Saura y del entonces nuevo líder de EUiA, Jordi Miralles”, recuerda García Biel. Las negociaciones iniciadas a partir del año 2002 cuando se conforma la actual coalición que conlleva el periodo mayor de estabilidad desde las primeras escisiones del PSUC.

Durante estos quince años no ha dejado de haber algunas tensiones. Las alianzas internacionales en la Unión Europea -ICV apuesta por el bloque verde y EUiA por la izquierda europea-, la decisión en 2006 de asumir la Consellería de Interior o la posibilidad de que, en 2011, ICV apostara para apoyar Equo y no en IU a las elecciones al Congreso han sido los principales puntos de desencuentro, según Moreno. Sin embargo, tanto Moreno como García Biel coinciden en apuntar que, a pesar de las discrepancias de ideas, la coalición en sí no ha sido nunca (ni siquiera estos últimos días con las negociaciones sobre la entrada o no de EUiA en En Común Podemos) en duda desde 2002, sabedores de la importancia que esta supone para ambas partes.

Etiquetas
stats