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Raquel Riba Rossy: “Sin la implicación de los hombres es imposible conseguir la igualdad”

Raquel Riba Rossy durante la presentación de su tercer libro en Toledo

Bárbara D. Alarcón

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“Lola Vendetta es la voz del silencio de muchas mujeres”. Así define la ilustradora y escritora Raquel Riba Rossy al personaje que creó hace cinco años como respuesta al hartazgo e impotencia ante las muchas formas de violencia de género que “sufrimos” las mujeres.

A sus 29 años, la catalana se ha hecho famosa por reflejar a través de cómics las desigualdades y el machismo de nuestra sociedad actual. Tras cinco años dedicando su carrera profesional a la lucha por la igualdad, Riba se define como “feminista” y es que, sus ilustraciones, han sido una herramienta fundamental para dar forma a la que muchas teóricas ya denominan como la cuarta ola feminista.

Las realidades recogidas en el personaje de Lola Vendetta dan voz a los problemas de las mujeres y a los temas considerados tabú durante demasiado tiempo. Entre sus muchos objetivos, Riba ha conseguido remover conciencias, cuestionar los estereotipos tradicionales e ilustrar el malestar, la impunidad y el silencio a los que se ven relegadas las mujeres culturalmente.

En una entrevista con este diario, coincidiendo con su visita a Toledo para presentar su último libro “Lola Vendetta y los hombres”, Riba nos permite conocer de cerca a su protagonista. Vendetta es una compañera de la lucha feminista ya que ha visibilizado el machismo de nuestra sociedad y, gracias a ella, muchas mujeres han dejado de sentirse incomprendidas y se han unido a la batalla.

“Yo ilustro lo que muchas mujeres callan”, ha afirmado Raquel Riba en el abarrotado salón de actos de la Biblioteca regional del Alcázar de Toledo. “Cada vez son menos las mujeres que callan. Alzar la voz es un regalo que nos hacemos a nosotras mismas cuando perdemos el miedo”, añadía la catalana.

Lola Vendetta ha supuesto un rayo de “ilusión” en la lucha feminista. Y es que ponerse las gafas moradas supone identificar las desigualdades que inferiorizan a las mujeres respecto a los hombres. Sin embargo, tal y como asegura Riba, “el feminismo no se sufre, se disfruta”.

¿Cómo creas el personaje de Lola Vendetta? ¿Por qué ese nombre?

El personaje de Lola Vendetta surge hace cinco años, cuando vivía en un piso de estudiantes con otras cuatro mujeres. Compartimos todo los que nos pasaba, en la calle, en la discoteca, en el trabajo… Nació de esas conversaciones, de esas historias de mujeres sobre acoso callejero o en la discoteca.

Estábamos hartas y lo que hice fue empezar a desahogarme con este personaje.

Se llama Lola Vendetta porque el nombre de Lola me encanta y Vendetta por la búsqueda de un apellido que hablara de la rebeldía del personaje. Y es que Lola Vendetta nace de la necesidad de rebelarse contra algo.

¿En qué punto de tu vida empiezas a comprometer tu carrera profesional con la lucha por la igualdad de género?

Tenía mucha rabia por un montón de cosas que me parecían injustas para con las mujeres, para con nosotras.

Empecé a saltar de un tema a otro y de repente, salió un artículo sobre mí en el que me definían como “La nueva ilustradora feminista”. En ese momento decidí entregarme a la causa porque hasta entonces tenía miedo a denominarme a mí misma como feminista por el contexto social. Yo había sido feminista toda la vida pero públicamente nunca lo había afirmado, nunca me había posicionado políticamente en nada.

Yo era ilustradora y hacía cuentos pedagógicos para niños. El personaje de Lola Vendetta no tenía nada que ver con lo que hacía anteriormente. Fue Lola quien me llevó por el camino de hablar de los derechos de las mujeres y de situaciones típicas que sufrimos. Con Vendetta empecé a hablar del silencio de las mujeres, de todas esas historias que se han normalizado y que algunas transgreden incluso los derechos humanos.

En una entrevista con El País, aseguras que “No hace falta que nos den voz, nos hace falta silencio”. ¿Cómo se consigue ese silencio, quien lo tiene que conseguir?

Inevitablemente, si queremos que la mitad de la población tenga más espacio, la otra mitad tiene que ceder espacios de palabra, de protagonismo y de liderazgo.

Si algo se ha conseguido a través de la ilustración feminista y en especial con el personaje de Lola Vendetta, es hablar de una realidad muy profunda y muy común. Gracias a estos perfiles y a estos lugares en Internet hemos hecho red de verdad.

Gracias a las redes sociales hemos tenido una herramienta brutal para conectarnos entre nosotras y eso es lo que ha multiplicado nuestra fuerza durante los últimos años. Hemos podido romper el silencio en el que vivían un montón de mujeres, no solo respecto a la violencia machista, si no al hecho de estar en la sombra y de no tener casi ni voz ni voto sobre sus vidas.

Tenemos situaciones muy normalizadas que en realidad, cuando una intenta salirse de la costumbre, te das cuenta de que no están bien y empezamos a descubrir la historia de dolor a la que se somete a las mujeres. ¿Por qué a un bebé por el hecho de ser niña hay que agujerearle el cuerpo mientras que a un niño no? A muchas mujeres se les ha explicado su sexualidad narrándola a través del dolor y no se les habla de la parte del placer, no se les habla de una parte de sí mismas que pueden conquistar.

En tu tercer libro te acercas a las nuevas masculinidades. ¿Es posible el cambio desde los estereotipos tradicionales?

No se si estoy muy de acuerdo con el nombre de “nuevas masculinidades”. Sí creo que desde la industria cinematográfica, el marketing o la música se ha dado valor a una masculinidad tóxica, agresiva, conquistadora e implacable.

Actualmente, hay que poner el foco en dar ejemplos de que esa masculinidad puede ser mucho más sensible y capaz de conectar emocionalmente con las personas. Entre otras cosas, hay que hacerlo porque si pedimos que esa otra mitad de la población, que somos las mujeres, empecemos a entrar de una manera definitiva en roles de liderazgo, empresas o política, la otra mitad de la población, que son los hombres, se tiene necesariamente que conectar con esa parte emocional que implica cuidados y trabajos que hasta la fecha se han atribuido a las mujeres.

¿Cuál es la respuesta de tu público masculino?

He tenido muy buena acogida. Al principio los hombres cercanos a mí, amigos, familiares o el público de mis charlas, tenían cierto miedo hacia la respuesta que tuviera Lola Vendetta con ellos. Sin embargo, después siempre me han dado las gracias porque a través del personaje han conseguido pararse a pensar acerca de la construcción de sus masculinidades y de todo aquello que no les hace bien.

¿Cuál de tus tres libros ha sido el mejor acogido?

El primero tuvo una acogida muy bestial porque era una gran novedad muy rebelde ya que Lola Vendetta se presentaba hablándole directamente a esa parte de dolor y de rabia que muchas mujeres necesitaban expresar porque desde la educación fina, coqueta y complaciente no lo habían podido hacer. El boom del primer libro fue muy bonito puesto que suponía una apertura emocional.

¿A qué tipo de público se dirigen tus libros?

El público ha cambiado mucho desde el primer libro, que quizá era más adolescente y más rebelde. Poco a poco veo que el público se amplía conquistando hasta a las personas más mayores o a familias. Por ejemplo, a las presentaciones vienen cada vez más abuelas. En la medida que van sucediendo los libros, aumenta el rango de edad del público.

¿Cuál será el próximo tema en el que centrarás tu trabajo?

“Lola Vendetta y los hombres” finaliza con Vendetta guardando la catana y asegurando que sólo la volverá a sacar en caso de emergencia. En mi cuarto libro, Lola Vendetta se encontrará una emergencia mundial, no solo la emergencia que le toca a ella directamente. Ya es un tema global en el que vamos hablar de estructuras de poder, de cómo estamos abusando de los derechos humanos y del planeta.

Más allá de los libros, sueles publicar frecuentemente viñetas sobre otros temas, ¿cómo surgen estas viñetas? ¿n qué te inspiras?

Las consigo hablando mucho y haciendo muchas preguntas. Hablo con la gente que me rodea, que me encuentro en la calle, con mis amigas, con mi madre, las amigas de mi madre, los amigos de mi padre… en definitiva, hablar mucho con todo el contexto que tengo y compartir mucha información a través de las redes sociales. En Internet consigo información de realidades que yo no vivo y que mi familia tampoco.

Saco los temas a punta de hablar, de escuchar mucho y de leer y escuchar muchos vídeos o podcast de mujeres que están haciendo un trabajo muy bueno en materia de igualdad de género.

Además de ilustrar y escribir has colaborado en la creación de los talleres ‘La grandiosa’. ¿En qué consisten?

Son talleres en los que ofrecemos un espacio donde durante dos días las mujeres podrán empezar a conocer herramientas psicológicas con las que sobrellevar el cambio brutal que supone abrir los ojos y darnos cuenta de lo que hemos vivido, lo que ha vivido nuestro linaje, de como esto nos puede haber condicionado en nuestra definición como personas y como mujeres; y de cómo nosotras podemos ayudar a modificar y sanar todas estas heridas de legado familiar e histórico. El objetivo: reescribir la feminidad.

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Los talleres ‘La grandiosa’ son itinerantes y viajarán por toda España. Cualquier organización o entidad puede solicitar información y gestionar su realización.

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