Ciudadanos Valencianos
Resulta paradójico que Ciudadanos se postule ahora en la Comunitat Valenciana como la formación defensora de nuestras señas de identidad tras favorecer la derogación de la ley que las protegía. Parece que el momento exige olvidar las posiciones de su efímera líder Carolina Punset, que tildaba de provincianos a los que las defendían y se alejaba con aires de superioridad de cualquier cuestión identitaria. No tiene sentido alguno aferrarse a l´Estatut si éste se queda vacío de contenido. Los símbolos autonómicos representan el autogobierno de un sujeto político, el pueblo valenciano, en el que, a tenor de los hechos, no creen.
De nada sirve apelar al texto constituyente de la autonomía si a la hora de la verdad esa formación niega la capacidad que tenemos los valencianos de legislarnos en materia de derecho civil, votando en contra de la moción que propugnaba su defensa en las cortes y quebrando junto a Podemos la unanimidad en la cámara.
Si afirmamos que la unidad de acción es el único camino hacia la consecución de retos tan determinantes para nuestra tierra como la financiación, no descubrimos nada nuevo. Precisamente fue el antes denominado como partido de la Ciudadanía el que se opuso con inusitada ferocidad a que el Estado central pudiera compensar la deuda de la Comunitat Valenciana. Una oposición que ha llegado hasta el extremo de fijar el veto en esa cuestión en el fracasado acuerdo de investidura de Pedro Sánchez.
La manifestación de la formación naranja del pasado 27 de abril, escasamente secundada por otra parte, ha quedado a todos los efectos como un mero y oportunista brindis al sol sin contenido real. De nada sirve tener una autonomía si no se cree en ella más que para ocupar asientos y cobrar sueldos en sus instituciones. En la defensa de los intereses de los valencianos reside la base aglutinadora de un valencianismo político integrador y moderno. Quebrar, como ha hecho Ciudadanos, la unidad de acción en la defensa de esos intereses no hace más que imposibilitar de inicio la consecución de los mismos. Después de eso, no hace falta que nos traigan a Arrimadas desde Barcelona para decir a los valencianos cómo se hace esto de defender la identidad de un pueblo. Ya no hay quien se lo crea.
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