Compromís critica el Plan Europeo de Vivienda Asequible que reconoce la especulación, pero evita obligaciones vinculantes
El eurodiputado de Compromís Vicent Marzà ha valorado la publicación del primer Plan Europeo de Vivienda Asequible de la Comisión Europea como un paso relevante que confirma que la crisis habitacional ya no puede seguir ignorándose desde Bruselas, aunque ha advertido de que se trata de un movimiento tardío y todavía insuficiente para garantizar el acceso real a una vivienda digna en Europa.
Marzà ha subrayado que hace apenas un año, cuando desde distintas instancias se reclamaba una mayor implicación de la Unión Europea en materia de vivienda, la respuesta habitual era la falta de competencias. A su juicio, la presentación de este plan demuestra que sí existen márgenes de actuación, ya que la propia Comisión Europea ha puesto sobre la mesa varias propuestas legislativas. No obstante, el eurodiputado considera que el avance se queda corto y que no responde plenamente a la magnitud del problema.
Uno de los aspectos que Marzà valora de forma positiva es que el plan europeo reconoce por primera vez algunas de las causas estructurales que han alimentado la crisis de la vivienda, como la especulación inmobiliaria, el tratamiento de la vivienda como un bien de mercado y la presión del turismo masivo, especialmente en ciudades y zonas tensionadas. En su opinión, que Bruselas admita que la especulación forma parte del problema es un paso importante, aunque insuficiente si no se traduce en medidas directas y eficaces para frenarla.
El Plan Europeo de Vivienda Asequible se articula en torno a cuatro grandes pilares y diez áreas de acción. El primero se centra en impulsar la oferta, con medidas orientadas a reforzar la productividad y la innovación en la industria de la construcción, reducir la burocracia para acelerar la edificación y combinar asequibilidad, sostenibilidad y calidad en las nuevas viviendas. El segundo pilar apuesta por movilizar inversión pública y privada adicional y facilitar un apoyo público más rápido y sencillo a la vivienda social y asequible.
El tercer eje del plan aborda el apoyo inmediato y las reformas estructurales, incluyendo propuestas para actuar sobre los alquileres de corta duración en zonas tensionadas, afrontar la especulación en el mercado de la vivienda e impulsar cambios estructurales en los Estados miembros. Por último, el cuarto pilar pone el foco en los colectivos más afectados, con medidas específicas dirigidas a facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes, combatir el sinhogarismo y reforzar la protección de inquilinos y hogares vulnerables.
Entre los anuncios que Marzà considera más relevantes destaca la futura propuesta legislativa sobre los alquileres de corta duración, un ámbito que, según ha señalado, resulta clave para frenar la expulsión de población en determinados barrios. El eurodiputado defiende que la vivienda no puede quedar exclusivamente en manos del libre mercado cuando está en juego el derecho a seguir viviendo en el propio entorno urbano y reclama mayor capacidad para que las ciudades limiten el uso turístico allí donde esté generando tensiones.
También ve con buenos ojos el refuerzo de la inversión en vivienda asequible a través de nuevas herramientas europeas y de una plataforma común de inversión, así como los cambios en las normas de ayudas de Estado para facilitar la inversión pública sin que compute como deuda. Sin embargo, ha advertido de una carencia clave del plan: la ausencia de una definición clara y común de qué se entiende por vivienda asequible. A su juicio, sin criterios concretos, como que el gasto en vivienda no supere el 30 % de los ingresos, existe el riesgo de que el concepto quede vacío de contenido.
En este sentido, Marzà ha señalado que el plan se mueve todavía más en el terreno de las orientaciones y los plazos futuros que en el de las obligaciones concretas. Aunque reconoce avances en materia de coordinación y recomendaciones, considera que la Comisión Europea ha evitado dar el paso hacia instrumentos jurídicos vinculantes que refuercen de manera efectiva el derecho a la vivienda en toda la Unión.
El eurodiputado de Compromís ha concluido que Europa ha empezado a reconocer la dimensión del problema y a actuar, pero que sigue faltando valentía política para abordar de raíz la crisis habitacional. Frenar la especulación, reforzar la vivienda pública y garantizar que cualquier trabajador europeo pueda acceder a una vivienda digna, ha advertido, no debería quedarse en un plan con buenas intenciones, sino traducirse en medidas concretas y efectivas.
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