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La crisis de la COVID-19 y el fallecimiento de Juan Cotino dejan a la televisión de la Iglesia valenciana La 8 Mediterráneo en respiración asistida

Juan Cotino y José María Mas Millet.

Sergi Pitarch

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Problemas para la única televisión privada de ambito territorial en la Comunitat Valenciana. La 8 Mediterráneo, firma que impulsaran las tres diócesis valencianas tras conseguir una de las dos únicas licencias autonómicas que dio el Consell del PP en 2006 -la otra la recibió Vocento y no la utiliza-, tiene graves problemas de supervivencia y desde hace meses ha eliminado los informativos y ofrece una programación cien por cien enlatada. La empresa, que controla el abogado José María Más Millet a través de su sociedad TPL Cartera de Medios Audiovisuales, ha incorporado las noticias radiofónicas de la Cadena COPE para poder ofrecer noticias.

La empresa lleva meses en un ERTE que afecta a toda la plantilla y la idea, según José María Mas Millet, es que la situación se alargue hasta después del verano. “Hubo un contagio de un colaborador externo y para preservar la salud de la plantilla decidimos pasar a una programación mínima”, explica. Como ha pasado en el sector en general, La 8 Mediterráneo también ha sufrido una caída brutal de ingresos de publicidad, aunque Mas Millet asegura que “la supervivencia de la empresa no está en duda” y la idea “es volver en septiembre”.

La crisis ha tenido un impacto brutal en las cuentas de la televisión de la Iglesia valenciana, pero la muerte del exconseller Juan Cotino ha tenido también una repercusión anímica y económica. En los últimos años, el expolítico del PP se había convertido en un puntal de la televisión. Su presencia en los platós era casi diaria y su influencia en la línea editorial más que marcada, según explican fuentes de trabajadores consultados por eldiario.es. Cotino llegó a patrocinar un programa de debate entre jóvenes.

Con su fallecimiento, este apoyo económico se ha cortado y, además, sus herederos no parecen tener la intención de seguir atendiendo esta afición del expolítico, según cofirman fuentes conocedoras de la situación accionarial de la televisión.

Mas Millet niega la mayor y asegura que la colaboración del exdirector general de la policía nacional con Aznar en la televisión se limitaba a un programa y que no formaba parte del accionariado. El abogado valenciano, que tiene intereses en otros medios de comunicación como 13 TV o Valencia Plaza, sí que reconoce que en el impasse de cambio de director general, antes de que llegara Vicente Muñoz, Juan Cotino sí que estuvo más presente en el día a día de la televisión. “Cuando no teníamos director general nos echaba una mano”, afirma.

La 8 Mediterráneo prepara una junta general de accionistas para las próximas semanas y allí se tendrá que aclarar el futuro a corto y medio plazo de esta televisión. De momento, basa su presente a informativos de radio televisados y cine clásico. ¿Estará cumpliendo en estos momentos los baremos de producción propia, en valenciano o de horas de informativos a las que obliga la Generalitat a las TDT?

Juan Cotino siempre tuvo un gran interés por controlar medios de comunicación. De hecho, gracias al sumario del caso Erial se pudo conocer que el expolítico inyectó en 2010 dos millones de euros en 13 TV a través de la sociedad Shandwick AGR Comunicación SL. Este capital, obtenido de la venta de sus participaciones en Sedesa años antes, le permitió al exvicepresidente de Camps nombrar al vicepresidente de la televisión, puesto que confió al propio Mas Millet.

Cotino, interesado más en la política autonómica que en la nacional, siempre quiso compensar con la Iglesia parte de este accionariado en 13 TV para entrar en La 8 Mediterráneo. Este periódico no ha podido confirmar si estas pretensiones se cumplieron.

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