El CVC pide un plan de fomento de vivienda social para combatir la gentrificación del centro histórico de València
El pleno del Consell Valencià de Cultura (CVC) ha aprobado un informe en el que pide a las instituciones implicadas un plan para fomentar la vivienda social en el centro histórico de la ciudad de València hasta alcanzar “cifras significativas” que eviten la despoblación y el proceso de gentrificación de esta zona dado el aumento “descontrolado” de los pisos turísticos y los efectos “no controlados” del turismo masivo.
Ante esta situación, ha instado a la Generalitat y el Ayuntamiento de València a trabajar “con decisión” para que los residentes habituales en este distrito tengan prestaciones y servicios sociales, sanitarios y educativos “en perfectas condiciones” para incentivar que “no abandonen” Ciutat Vella.
El pleno de la entidad ha dado el visto bueno en su reunión de este lunes, la primera tras las vacaciones de verano, a sendos informes sobre el turismo masivo y la gentrificación del centro histórico de València y sobre el sector industrial musical valenciano. Ambos han salido adelante con 16 votos a favor y dos abstenciones -las de los vocales José Mª Lozano y José Vicente Navarro-.
En el primero de ellos, el CVC insta tanto a la Generalitat como al Ayuntamiento de València a consolidar las estrategias de redimensionamiento del turismo “en la línea de lo que han empezado a experimentar otras ciudades sometidas a presión turística”, después de una etapa “claramente expansiva” de fomento del turismo y de posicionamiento de la marca València.
En esta línea, ha recomendado la realización de un seguimiento “exhaustivo” para valorar “resultados prácticos” de medidas “en la buena dirección” como el decreto Ley que modifica la norma reguladora de viviendas de uso turístico o el Plan Especial de Ciutat Vella (2020). Sobre este último, destaca que ha permitido “comenzar a tramitar la recuperación de zonas degradadas”.
“Reorientar” el posicionamiento
El CVC ha apostado por “reorientar” la política de 'branding' y posicionamiento turístico hacia el turismo familiar y cultural, así como por “fomentar la imagen de ciudad friendly, cómoda y visitable”, en “contraposición con la ciudad del ocio nocturno”, generadora de un turismo “más invasivo e incívico que pone en peligro el patrimonio”.
Asimismo, ha apelado al Ayuntamiento para que habilite “espacios de encuentro, diálogo y participación” de los colectivos vecinales “más afectados con las instituciones” y, al respecto, ha incidido en que la participación ciudadana en la toma de decisiones, no solo de los agentes económicos, es “imprescindible para no hacer más grande la brecha social y económica entre beneficiarios y perjudicados” por la actividad turística.
Además, ha alentado al consistorio a trabajar “con decisión” para que los residentes habituales del centro histórico tengan prestaciones y equipaciones sociales, sanitarios, educativos y de servicios “en perfectas condiciones” para “incentivar el no abandono” de Ciutat Vella y su “definitiva turistificación”, así como a trazar un plan para fomentar la vivienda social hasta alcanzar “cifras significativas” que eviten despoblar de residentes habituales el centro histórico de la capital.
En esta línea, ha apostado por combinar la moratoria de pisos turísticos con medidas de inspección “suficientes” para luchar contra los alquileres ilegales mientras se implementan “las medidas previstas” en los puntos anteriormente expuestos.
Asimismo, apuesta por planificar la ocupación de los espacios públicos de la ciudad, reformular el uso terciario del suelo que nació de la “situación extraordinaria” de la covid-19, así como a trazar a “medio y largo plazo” un plan para recuperar “una mayor gran dimensión e imagen autóctona” en actividades como el comercio y la hostelería a través de incentivos fiscales o subvenciones.
“Lejos de resolver” el debate sobre la tasa turística
En cualquier caso, el informe advierte de que, pese a las intervenciones del poder legislativo, la situación actual está “lejos de resolver los debates políticos y sociales derivados” como la implantación o no de tasas turísticas o la limitación del precio de los alquileres, unas medidas -lamenta- “muy polarizadas” entre los partidarios de intervenir el mercado y los de no hacerlo.
En el caso concreto de València, incide en que aún se está “a tiempo” de modular efectos “indeseados” como la creciente masificación, aunque en el caso de otros como el cambio en la configuración del comercio y la tercialización del centro histórico reconoce que tienen “más difícil” su reversibilidad.
En este contexto, el CVC argumenta la necesidad del citado informe, que cuenta con “datos y aportaciones actualizadas”, en “la velocidad a la que el turismo y sus diferentes manifestaciones se está masificando en ciudades como València, modificando la fisonomía urbana y el tejido social y cultural del núcleo histórico” de la capital.
La vocal Ascensió Figueres, aunque ha avanzado su voto a favor al informe, ha defendido que desde el pasado abril tanto el Ayuntamiento de València como la Generalitat están “poniendo soluciones” con la modificación del Plan Especial de Ciutat Vella y con un decreto de regulación de las viviendas turísticas que es “más exigente”. En esta línea, ha lamentado que estas actuaciones queden “eclipsadas” con las opiniones de los comparecientes. “Pedimos su comparecencia pero -el informe- no tiene por qué abocarlas”, ha matizado.
Por su parte, el vocal Xavier Aliaga -que ha sido el encargado de exponer el documento- ha reconocido que el tono del informe tampoco es el que le “hubiera gustado” a él, pero ha valorado que trata de “consensuar” sobre un tema complejo y que lo hace de manera “muy acertada”.
Por otro lado, el vocal José María Lozano --que se ha abstenido en la votación-- ha incidido también en que se trata de una cuestión compleja con “multitud de cuestiones relacionadas entre sí”, aunque ha cuestionado si, como figura en las conclusiones, las inspecciones “son insuficientes”. “¿Existe una carencia en la inspección? No lo creo”, ha zanjado.
En este punto, Aliaga ha defendido que el informe es “equilibrado” y aborda “todas las cuestiones”, al tiempo que ha considerado una “falta de respeto” cuestionar las opiniones de los ponentes. “Para ver el problema en toda su dimensión hemos de verlo de manera más negativa de lo que es”, ha subrayado.
Mientras, la también vocal Ana Noguera ha aplaudido el “consenso” y “equilibrio” que, a su juicio, reúne el informe en una cuestión “tan complicada y compleja”. “El acuerdo real es que el problema está ahí”, ha señalado.
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