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De Valencia a Ontinyent, ciudades que se juegan revalidar los gobiernos del cambio con la amenaza de las derechas en el horizonte

Joan Ribó durante las votaciones del 28 de abril

Miguel Giménez / Laura Martínez

Valencia —

Ahora hace cuatro años de las pasadas elecciones municipales. 2015 fue el año de los denominados ayuntamientos del cambio, con numerosas ciudades que decidieron dar un inesperado vuelco (en muchos casos) a su situación política. Pasaron de eternos gobiernos del PP a consistorios progresistas. Lejos de las mayorías absolutas de un solo partido, gran parte de estos ayuntamientos cambiaron de color gracias la irrupción de las ya famosas confluencias (auspiciadas por el emergente Podemos de Pablo Iglesias) y a pactos de gobierno entre formaciones de izquierdas.

Las elecciones del próximo domingo (26M) se presentan como una reválida para estos gobiernos de izquierdas, que buscan el aval por cuatro años más, pero también para la derecha y, sobre todo, para el Partido Popular, que hace poco más de un mes aspiraba a recuperar alguno de los feudos que le fueron arrebatados hace cuatro años -gracias a acuerdos con Ciudadanos y Vox- pero que ahora se encuentra en una peligrosa dinámica autodestructiva.

El batacazo del PP en favor de Ciudadanos y Vox puede tener su traslación en estos comicios, aunque los populares cuentan con la ventaja de que sus competidores son demasiado nuevos como para tener implantación en muchos municipios, donde ni los de Rivera ni los de Abascal han conseguido formar listas. En las grandes ciudades, donde las siglas verdes tienen posibilidad de entrar, también parece que el soufflé se deshincha tras las generales.

Así, en muchos ayuntamientos la disputa del Gobierno entre los bloques de izquierda (PSPV, Compromís y Unides Podem-EU) y derecha (PP, Ciudadanos y Vox) se dirimirá por apenas unos cuantos votos (unos centenares) y apenas un concejal.

Según los datos del Ministerio de Interior, el PP obtuvo mayoría absoluta en más de 2.700 municipios, mientras que el PSPV en 1.900. Si se trasladara la tendencia de las elecciones generales a las municipales, los socialistas podrían volver a cambiar el mapa municipal ayudados de las fuerzas de izquierdas como Compromís y Unides Podem-EUPV. 

Valencia apunta a una mayoría de izquierdas

La mayoría de las encuestas apuntan a una reelección de Joan Ribó, de Compromís, como alcalde. Los valencianistas han hecho una campaña de perfil bajo que encabeza Ribó como símbolo del cambio del modelo de ciudad. Los socialistas, con Sandra Gómez al frente, tratan de exhibir todo su músculo para aprovechar los vientos de cola y el efecto Pedro Sánchez. De nuevo, las encuestas indican un ascenso del PSPV en el consistorio valenciano. El aguante de Unides Podem-EUPV (ya sin el paraguas de València en Comú) será clave para reeditar el Pacte de La Nau, y está en duda si Vox conseguirá los apoyos necesarios para obtener representación. Según el CIS, podría obtener dos concejales.

El PP municipal se encuentra desgastado. Tras perder un ayuntamiento que mantuvo durante 24 años con la fallecida Rita Barberá, los casos de corrupción llevaron a la imputación de todos los concejales salvo uno, que no forma parte de la candidatura de Maria José Catalá, exalcaldesa de Torrent. Con este panorama, Ciudadanos debería estar frotándose las manos, en pleno subidón electoral, pero su grupo municipal ha sido incapaz de hacer oposición a Joan Ribó y Sandra Gómez, centrando sus ataques en las políticas de movilidad, que Europa aplaude.

Castelló: el gobierno en minoría busca sumar apoyos

La izquierda en el municipio no debería tener muy difícil la reelección. La socialista Amparo Marco no descarta un gobierno en solitario, animada por las encuestas que mejoran el resultado de los socialistas en todo el Estado, aunque se muestra abierta a revalidar una futura coalición junto a un Compromís, que también se siente fuerte. Tras meses de negociaciones, Unides Podem ha logrado integrar en su proyecto a Castelló en Moviment, formando una candidatura unitaria de izquierdas. 

La izquierda castellonense compite con una derecha fragmentada, no solo por la irrupción de Vox. Sobre el PP pesa un largo historial de casos de corrupción, tanto en el municipio como en la corporación provincial y en Ciudadanos existe un cruce de batallas judiciales que divide al partido. La agrupación local mantiene un fuerte pulso con la regional y estatal, aunque ha sido la primera la que ha demostrado fuerza suficiente para hacer frente al candidato que querían imponer los de Rivera.  

Alicante, un chasco para la izquierda 

La capital alicantina dio un buen revés a su situación política en el pasado mandato. El acuerdo de progreso, tras una lucha de 20 años para llegar a gobernar en el ayuntamiento, saltó por los aires y los socialistas perdieron la alcaldía que recogió gustosamente el popular Luis Barcala. La ciudad ha vivido un mandato insólito y extravagante marcado por la pelea de gallos de la izquierda, la dimisión de un alcalde socialista procesado y la llegada al poder del PP gracias a una tránsfuga de Podemos.

En esta ciudad, la candidata de Ciudadanos y exportavoz parlamentaria, Mari Carmen Sánchez, sí que ha dejado claro que no quiere acuerdos con la extrema derecha y se abre a pactar con PP y PSOE.

Elche, PSPV y Compromís buscan reeditar el Gobierno

Elche, la cuarta ciudad valenciana, es un ejemplo de fragmentación tanto en la izquierda como en la derecha, lo que provoca que sean 14 las candidaturas que concurren a las elecciones del próximo domingo, de las que más de la mitad podrían obtener representación. PSPV, con el alcalde Carlos González a la cabeza, y Compromís -que en 2015 consiguieron gobernar apoyados en dos formaciones independientes, Ilicitanos por Elche primero y el Partido de Elche después-, aspiran a repetir, sobre todo después de que los socialistas superaran por primera vez en 25 años al PP de Pablo Casado -a quien se le suele ver por la ciudad natal de su esposa- en las elecciones del pasado 28 de abril. La reedición del Gobierno de PSPV y Compromís podría estar en manos de Podemos, que también obtuvo un buen resultado en abril, y dependerá de lo que sumen los tres partidos de derechas (PP, Ciudadanos y Vox, que el 28A obtuvo un 13%).

Orihuela ¿victoria socialista?

El Partido Popular llega a estos comicios en la Vega Baja con una situación delicada. El alcalde y candidato, Emilio Bascuñana, estuvo cobrando durante seis años sin tener un puesto al que acudir en la dirección territorial de la Conselleria de Sanidad en Alicante, a la que estuvo “adscrito funcionalmente” tras dejar su consulta en el centro de salud de la capital comarcal. El alcalde mantuvo su salario de 3.937,09 euros brutos mensuales. Para más inri, la presunta financiación ilegal del Partido Popular en 2015 ha llegado a Fiscalía.

En un partido que ha perdido la presidencia del Gobierno por una condena por corrupción, un caso como el de Bascuñana no ayuda a revalidar una alcaldía. Los populares obtuvieron 10.600 votos en 2015, a solo 3.000 de los socialistas. La suma de PSPV y Podemos-EUPV hubiera igualado el resultado.

Las miradas del PSPV, puestas en Ontinyent

El alcalde de Ontinyent y expresidente de la Diputación de Valencia, el imputado Jorge Rodríguez, ha conseguido que las miradas del PSPV estén en su municipio. Rodríguez, apartado del partido del puño y la rosa, ha montado su propia candidatura, La Vall Ens Uneix. Su arraigo al municipio, donde cosechó la mayoría absoluta, hace temer a los socialistas que sea el candidato más votado frente a la diputada en el Congreso Rebeca Torró, su exmano derecha, que participa en la lista de PSPV encabezada por Margarita Llaudes. En la Diputación de Valencia el diputado provincial por esta comarca fue determinante para cambiar a una mayoría de izquierdas.

Sagunt, una alcaldía con muchos aspirantes

En la capital del Camp de Morvedre, que esta pasada legislatura ha estado gobernada por un cuatripartito de izquierdas (Compromís, Esquerra Unida, ADN Morvedre y PSPV), podría cambiar el nombre del alcalde, el valencianista Quico Fernández. Parece que la disputa por convertirse en la lista más votada podría estar entre los socialistas, que presentan a un desconocido Darío Moreno liderando una lista muy renovada, y el propio Fernández, sin olvidar a una Esquerra Unida que tiene mucho arraigo en esta ciudad industrial. Quienes lo tendrán más difícil serán los cuartos socios de gobierno, ADN Morvedre, que se presentan en dos listas separadas el próximo 26M. Las derechas no podrán sumar seguro sin el concurso de la formación segregacionista del Puerto de Sagunto IP, que en el pasado mandato contó con una representación de tres diputados sobre 25. Todo muy abierto a priori en la ciudad de Sagunt.

Torrevieja y Villena. ¿Sobrevivirán Los Verdes?

En estas dos localidades del sur del País Valencià es donde Los Verdes gestionan sendos ayuntamientos. José Manuel Dolón, de Torrevieja, gobierna junto al PSPV, Independientes y Esquerra Unida, mientras que Francisco Javier Esquembre, de Villena, lo hace en solitario, con 8.000 votos. En Torrevieja el PP obtuvo mayoría en votos y concejales, pero la suma de los partidos en el gobierno duplicaba a los populares. En Villena, los verdes duplicaron en solitario en votos al PP y obtuvieron 6.000 votos más que los socialistas. 

Gandia, diferencias al milímetro

Gandia, capital de la Safor, se consideras uno de los municipios y comarcas claves por su nivel de población. Ocho partidos se disputan la alcaldía: El PSPV, con Diana Morant; el PP, con Víctor Soler; Compromís Més Gandía, con Josep Alandete; Ciudadanos, con Pascal Renolt; Podemos, con Ángel Martín, Los Verdes, con Francesc Peris, Vox, con Pedro Abad y Demócrates Valencians, con Ciro Palmer. La mayoría absoluta en este ayuntamiento está en 13 concejales y Morant, alcaldesa, es la única cabeza de lista que repite.

En 2015 el bloque de izquierdas no logró la mayoría necesaria para gobernar y requirió del apoyo de Ciudadanos para sacar al PP del ayuntamiento. El partido naranja ha premiado al entonces representante Ciro Palmer apartándolo de la candidatura e imponiendo a Pascal Renolt al frente de las listas. Palmer y sus afines dejaron el partido para unirse a la candidatura Demócrates Valencians. En 2015, el PP obtuvo 12 concejales frente a los 7 del PSPV, 5 de Compromís y 1 de Ciudadanos; la suma de todos los partidos que se unieron contra los conservadores sólo sacó 2.500 votos de diferencia a los populares, que obtuvieron 14.300 votos.

Vinaròs, único ayuntamiento de Podemos

Podemos no concurrió con marca propia en los comicios de 2015, por lo que no hay estadísticas sobre sus alcaldías. En la Comunitat Valenciana, su único alcalde es Enric Pla, bajo la marca Som Vinarós. Pla, integrado en el consejo ciudadano y miembro de la mesa de negociación del nuevo Ejecutivo, no opta a la reelección en el municipio y el nombre de Podemos queda en manos de Anna Fibla. Som Vinaròs quedó segunda fuerza, por detrás del PP (3.800 votos y 8 concejales), y obtuvo  2.500 votos; 5 concejales que, con la suma de los 4 del PSPV y 2 de Compromís, le valieron la alcaldía.

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