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Esther Sanz: “Europa está cegada por un dogma neoliberal”

Esther Sanz, candidata de Unidas Podemos al Parlamento Europeo, durante un mitin en Valencia

Laura Martínez

Valencia —

Esther Sanz es la número 7 de Unidas Podemos para las elecciones europeas. Trabajadora social y miembro del Consejo Ciudadano Estatal, cree que la Europa de la austeridad no puede tener buena fama entre los ciudadanos. La candidata plantea un modelo feminista más allá de feminizar las instituciones, peleando contra la violencia de género y con un modelo económico contrario a la austeridad, que blinde derechos. “La Unión Europea debe apostar por la gente”, afirma la candidata, que será eurodiputada si se cumplen las estimaciones del CIS.

¿Cómo es la Europa que quiere Unidas Podemos?

Una Europa radicalmente diferente. El espíritu inicial era, en teoría, construir estados del bienestar fuertes que garantizaran derechos y libertades; una Europa de pueblos para los pueblos. La real es una unión de élites que escucha más a los lobbies que a las personas. Queremos una Europa social. Haber impuesto políticas de austeridad lo que ha hecho es precarizar las vidas y alimentar el monstruo de la extrema derecha. Es lógico que se genere una crisis de desafección en Europa si recorta en bienestar. Queremos que se erradique la austeridad, que no haya un 15% del PIB europeo en paraísos fiscales mientras se cuestiona cada euro de gasto social en los estados. El feminismo tiene que atravesar Europa de principio a fin, feminizando las instituciones y luchando contra las violencias machistas. Proponemos que se blinde un 5% del presupuesto para ello.

¿Qué retos tiene el Parlamento que saldrá después del 26M? ¿Cuáles son las grandes batallas?

La UE necesita una reforma profunda. No puede ser que el Parlamento no tenga iniciativa legislativa si es la institución que elige la gente. Tenemos una batería de propuestas para democratizar su funcionamiento: dar más poder al parlamento, que tenga iniciativa legislativa, democratizar el banco central, que los altos cargos tengan mecanismos de control...

En los debates se pone de manifiesto que a todos los partidos les preocupa el auge del populismo de extrema derecha: ¿Cuál es su forma de combatirlo?

Resulta inquietante el auge de la extrema derecha. Europa tiene que hacer autocrítica con un problema tan grande. No puede ser que los que han mandado no se pregunten por qué crece esto. Históricamente el fascismo se alimenta del miedo, de crisis económicas, de inseguridad, de crisis gestionadas en beneficio de los poderosos creando miseria. Para combatir a las extremas derechas, la mejor garantía es Unidas Podemos, porque ponemos el feminismo y los derechos sociales por encima de todo y acabando con el modelo de austeridad. Europa no puede pretender tener buena imagen si lo que ofrece a la gente son recortes. Ahí llegan la extrema derecha y los 'exits', que no será solo el Brexit. Europa debe plantearse a quién escucha, a quién obedece. Y los partidos como Ciudadanos y el PP plantean falsos binomios, parece que esto es lo que hay, los recortes o la extrema derecha; un falso binomio entre neoliberalismo y fascismo, cuando son dos monstruos que se alimentan de lo mismo.

La inmigración es el cuarto tema que preocupa según el Eurobarómetro, pero en esta campaña no se ha profundizado demasiado en esta cuestión ¿Cuáles son sus propuestas?

Lo primero, que se cumpla el derecho internacional y los derechos humanos. Europa no ha estado a la altura, es una Europa sin rumbo. Es importante que el conjunto de países se corresponsabilice y se siente a ver las causas, su política internacional y la de Estados Unidos. Si tienes una política internacional que siembra bombas, recoges refugiados.

Y hay una premisa fundamental: migrar es un derecho. Cualquier persona huiría de su país, en España hemos migrado porque teníamos precariedad. Y no se acabará por poner cuchillas en las vallas. ¿Medidas concretas? vías seguras, una flota de salvamento marítimo común, políticas de acogida.

Y hay un tema del que no se habla mucho, que es la emigración. Hay un estudio que hizo, si no me equivoco, el Consejo de Exteriores de la Unión Europea que revela que en los países del sur y del este de Europa nos inquieta más la emigración que la inmigración, sentimos más como un problema tener que irnos, tener amigos, familiares, que se van porque aquí solo encuentran precariedad. Hace falta un plan de retorno con condiciones mínimamente dignas. También queremos que la Unión Europea incorpore la perspectiva de las migraciones ambientales como una categoría a proteger.

¿Les preocupa la entrada de China, con sus empresas y su modelo laboral, en la Unión Europea?

A nosotros nos preocupa cualquier modelo económico o cualquier modelo laboral que genere competencia a la baja en condiciones laborales y salariales . Venga de China o venga de multinacionales europeas. A modelos laborales que generen competencia a la baja, que reduzcan costes laborales, que reduzcan salarios, nos vamos a negar siempre, vengan de quien vengan. Nosotros tenemos que pasar de una economía de bajo valor añadido a competir vía calidad y no vía la reducción de costes laborales...

El último Eurobarómetro dice que el 83% de los españoles se sienten europeos. Pero aún así todavía se perciben las instituciones como algo lejano y que no tiene demasiado interés. A una persona que se está planteando ir a votar o no en las elecciones europeas, ¿qué le diría?

Es cierto que son las instituciones que sientes más lejanas. Y no creo que sea solo una cuestión geográfica, sino que en parte es intencionado. En Europa hay un monstruo burocrático. Muchas decisiones se toman de forma muy opaca. Habría que preguntar cuánta gente conoce cómo se negocia un tratado de libre comercio como el Ceta, como el de Sudáfrica, como el TTIP... Además, los partidos tradicionales, y hablo fundamentalmente de PP y del PSOE, transmiten a la gente que Bruselas es una especie de retiro dorado para políticos que ya llevan mucho tiempo ejerciendo y que no se acercan a la gente, no vienen a contarle a la gente qué sucede en Europa .

Hay que explicar que muchas decisiones se toman allí, como el techo de gasto o los recortes en el estado de bienestar, la liberalización del Sector Ferroviario, la calidad de lo que comemos, si los productos son de Sudáfrica o son de otro sitio, el Corredor Mediterráneo... Se han venido tomando decisiones generalmente en contra de la gente. Hay que pedir el voto, pero pedir el voto para que vaya a tomar decisiones a favor de la gente.

¿Les preocupan los decretos de liberalización como el de Renfe, que sea esa la tendencia?

Sí, y eso es otra cosa que vamos a combatir. Nosotros queremos una Unión Europea, pero entendemos que lo que está en debate es qué Europa. Nosotros queremos un modelo que respete la soberanía, pero la soberanía no en un sentido como la están intentando vender fuerzas euroescépticas fascistas. Soberanía en términos de democracia económica. No puede ser que hagas una inversión millonaria como Estado en un sector estratégico para el país como es Renfe o los puertos y después se liberalice y tengan que entrar a operar grandes empresas privadas para gestionar el AVE. De alguna manera es obligarnos a vender nuestro país a trozos a grandes empresas.

¿La crisis citrícola tiene solución en el Parlamento Europeo?

Tendría solución si hubiera voluntad política. Casi todo en la vida tiene solución si hay voluntad política. Las organizaciones citrícolas están pidiendo la cláusula de salvaguarda y otra serie de medidas, pero sobre todo ir a las causas de fondo para que no se repita esto. En el fondo está la política comercial de tratados de libre comercio puramente neoliberales. Están cegados por un dogma neoliberal. Ni siquiera se hacen estudios previos para ver diagnósticos, para ver qué impacto va a tener en nuestro tejido productivo. El sector de la naranja es muy importante para la Comunidad Valenciana. Bueno, pues si se tiene que firmar un acuerdo desde la Unión Europea lo que tenemos que hacer los representantes españoles que estamos allí es ver qué impacto va a tener y si es bueno. Si no es bueno, no lo deberíamos firmar. El modelo productivo, el modelo de consumo y el modelo de comercio internacional a nivel europeo tiene que cambiar.

¿Hace falta un lobby valenciano en Bruselas? lobby

Bueno, es que yo lo de la expresión lobby... 'Lobby valenciano' creo que es un eslogan de campaña que usan otros partidos. Están en su derecho, pero es un eslogan. Los lobbies son lobbies y la Unión Europea tiene un registro y son otra cosa. Lo que tiene que haber, nuestra función, es ser representantes políticos del pueblo. Evidentemente los que somos valencianos vamos a representar los intereses valencianos, lo que entendemos nosotros como intereses valencianos, los intereses de mi abuela, que tiene 90 años, sea valenciana o no, no van a ser los mismos que los de una multinacional. Con la crisis de la naranja hemos estado ahí, hemos defendido el Corredor Mediterráneo en Europa y en España. Pero es fundamental, y creo que esto los valencianos lo saben, que no perdamos de vista que vamos a ser más fuertes en Europa con proyectos que tienen implantación estatal, porque muchas cosas tienen que ver con el Gobierno de España. Tiene mucho más potencial para defender los intereses valencianos una fuerza común como Unidas Podemos que otras que sólo son de ámbito de la Comunidad Valenciana, porque el Corredor Mediterráneo tiene que ver con los Presupuestos Generales del Estado, subir el salario mínimo interprofesional en España también ha sido defender los intereses de los valencianos porque también nos afecta a las clases populares valencianas. Y un montón de cuestiones más. Quien firma los tratados de libre comercio no es un partido autonómico, es el Gobierno de España.

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