Los ganaderos afirman que tendrán que sacrificar 6.000 reses bravas por la suspensión de los 'bous al carrer' y la falta de ayudas

La Asociación de Ganaderos de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana y el colectivo agrario AVA-ASAJA han afirmado que pueden verse obligados a sacrificar 6.000 reses bravas debido a la suspensión de los festejos de 'bous al carrer' decretada por el estado de alarma, y por verse excluídos de las ayudas autonómicas destinadas a los sectores agrícolas y ganaderos afectados por la COVID-19.

Desde el sector señalan a un culpable claro: Compromís, el partido de la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, “por sectarismo ideológico y fundamentalismo animalista”, y aseguran que lo que esto puede suponer “el fin de los festejos de los 'bous al carrer'”.

Las principales asociaciones representativas del sector valenciano de toro de lidia afirman sentir “incomprensión y estupor” por la exclusión de este colectivo “que en el último momento ha introducido Compromís en las ayudas autonómicas destinadas a los sectores agrícolas y ganaderos afectados por el Covid-19”. Por ello afirman que realizarán movilizaciones de protesta “cuando la crisis sanitaria lo permita, a las puertas de la conselleria de Agricultura y de quienes rechacen respaldar a los ganaderos en esta dramática situación”.

Explican los integrantes del sector que la suspensión de los ‘bous al carrer’ decretada en el estado de alarma está dejando a los ganaderos sin el 99% de sus ingresos anuales, mientras que se mantienen los costes de alimentación y sustento de los animales. Según estimaciones de ambas organizaciones, las pérdidas que las explotaciones valencianas pueden alcanzar este año se sitúan en 84 millones de euros, mientras que el impacto total derivado del cierre de los festejos llegaría a 300 millones.

El sector cuenta con un total de 133 explotaciones en la Comunitat Valenciana (80 en la provincia de Castellón, 38 en Valencia y 15 en Alicante), además de 25 centros de concentración de toros de lidia, que elevan el número de reses bravas a cerca de 10.000. Algunas explotaciones acumulan una trayectoria de más de 150 años de antigüedad, lo que les ha permitido conseguir una selección genética idónea para el ejercicio de los ‘bous al carrer’.