El fusilamiento del rector Juan Peset Aleixandre, 80 años de un crimen del franquismo contra la medicina

El 24 de mayo de 1941, a las seis de la tarde, fue fusilado en el cementerio de Paterna el médico Juan Peset Aleixandre. El certificado de defunción reza lacónicamente que el cadáver “presenta síntomas de muerte real a consecuencia de heridas múltiples por arma de fuego en virtud de procedimiento judicial”. La documentación sobre el fusilamiento de Peset consta en Procés a Peset, un completo estudio editado por la Universitat de València (y, lamentablemente, descatalogado) elaborado por los historiadores Marc Baldó, María Fernanda Mancebo y Salvador Albiñana. La publicación de los papeles del proceso destapó que uno de los denunciantes de Peset había sido el doctor Francisco Marco Merenciano, director del Hospital Psiquiátrico de Valencia.

Juan Bautista Peset Alexandre fue catedrático de la Facultad de Medicina de la Universitat de València, institución en que había cursado, con brillante expediente académico, diferentes titulaciones académicas, entre ellas el doctorado en Medicina, el doctorado en Ciencias (sección Química) y el doctorado en Derecho. Decano de la Facultad de Medicina entre los años 1930 y 1931, vicerrector de la Universitat de València desde 1931, en 1932 fue elegido rector. Ocupó este cargo hasta 1934, año en que se aceptó su dimisión.

Peset también fue un republicano liberal de tendencias muy moderadas. Diputado de Izquierda Republicana, durante la Guerra Civil se encargó de salvar a numerosos católicos o derechistas perseguidos por milicianos descontrolados en el largo verano de la anarquía de 1936. Comenzando por sus propios vecinos. “Fue diputado”, escribe el comisario jefe de la Brigada Político Social Trifón Escudero, “manteniendo con Manuel Azaña lazos de amistad indiscutible”. “En resumen se trata de una de las figuras más relevantes del marxismo en Valencia, habiendo sido una de las personas más influyentes de esta capital y toda la zona roja”, concluye el informe policial citado por el historiador Salvador Albiñana.

Peset se fue a Alicante, acompañado de sus hijos y de un joven Ricardo Muñoz Suay para intentar embarcarse en el puerto hacia el exilio. Detenido y trasladado al campo de los Almendros y posteriormente al de Albatera, comienza para el exrector un itinerario carcelario que lo llevó al campo de concentración de Portaceli y, a partir del 15 de enero de 1940, a la prisión Modelo de Valencia. Por supuesto, el nuevo régimen franquista ya lo había apartado de toda actividad académica, a pesar de su larga trayectoria universitaria y en materia de salud pública.

El sumario recoge acusaciones manifiestamente falsas, como que Peset había colaborado en asesinatos, y a pesar de los testimonios de monjas y personas relevantes de la derecha valenciana en su favor, su pena nunca fue conmutada. “La lectura del proceso”, escriben los historiadores Marc Baldó y María Fernanda Mancebo, “evidencia que no se trataba solo de juzgar a una persona, sino esencialmente lo que representaba.

Poco antes de su fusilamiento, en la carta de despedida dirigida a su familia, Peset escribió: “Confío, seguro en Dios, que algún día mi Patria os devuelva mi nombre como el de un ciudadano que jamás hizo más que servirla cumpliendo sus deberes legales”.

El Ayuntamiento de Valencia retiró el nombre de Marco Merenciano del callejero (lo sustituyó por el del activista vecinal Félix del Río). El rector Peset cuenta con una avenida en la ciudad y da nombre al Colegio Mayor de la Universitat de València en el barrio de El Carme. Este lunes, con ocasión del 80 aniversario de su fusilamiento, la UV organiza un acto en homenaje a su antiguo rector en una ceremonia en el Claustro. Al mediodía, una reunión ciudadana, nacida de una propuesta en Twitter del periodista Francesc Bayarri, se acercará hasta la tumba de Peset en el cementerio general de Valencia para recordar al médico.