Pedro Sánchez insiste en el impuesto a la banca para pagar las pensiones
Atacar la reforma laboral del PP como origen de la precariedad actual de los trabajadores y hacer propuestas sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Estos fueron los dos mensajes en los que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, se centró durante su visita a Castelló el sábado.
Sánchez pidió que el crecimiento del PIB se reparta “de manera equitativa” y recordó que la recuperación económica no está mejorando la vida de la “clase media, trabajadora” porque “favorece cuatro veces más a los que más tienen”.
Reprochó a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, que pidiera recientemente a la ciudadanía que ahorre para asegurar que dispondrá de recursos después de la jubilación y que podrá pagar la educación de sus hijos. “Se olvida”, dijo, de que la mitad de lo ahorrado en planes privados de pensiones proviene del 20 % de la población y de que “el 80 % no puede ahorrar a fin de mes”.
Nueva financiación para la Seguridad Social
El líder socialista hizo también propuestas para asegurar la viabilidad del sistema público de pensiones. Recordó que el Gobierno ha podido pagar las de este año porque pidió “un préstamo de 18.000 millones de euros” y se preguntó si Rajoy piensa seguir pagando las prestaciones recurriendo a créditos de forma indefinida. La solución, afirmó, es abrir nuevas vías de financiación para la Seguridad Social.
Entre ellas, está abrir una reflexión sobre si hay algunas políticas que actualmente se cargan a la Seguridad Social que podrían pagarse a través de los presupuestos generales del Estado. Y, sobre todo, recordó la propuesta recientemente planteada por su partido acerca de la necesidad de establecer un impuesto sobre transacciones financieras y un impuesto extraordinario para que la banca sostenga también el sistema público de pensiones.
Asamblea ciudadana a medida del líder
El acto protagonizado por Sánchez duró casi dos horas y fue presentado como una asamblea ciudadana, un acto en el que cualquiera podría preguntar al líder socialista. En total, 20 personas intervinieron. Cada una de ellas tuvo un minuto para formular su cuestión. No hubo derecho a réplica porque Sánchez contestaba después de bloques de cinco preguntas seguidas. El secretario general ofrecía entonces un único discurso en el que hilvanaba las respuestas a cada una de las cinco personas que habían intervenido antes que él.
En la mayor parte de los casos, dio contestaciones genéricas sin entrar al detalle de lo que se le preguntaba. Así sucedió en sus respuestas a cuestiones sobre el corredor mediterráneo, la exención de IVA de la que disfruta la sanidad privada, la importancia de coordinar adecuadamente al Gobierno central y las comunidades autónomas en materia de inspección de trabajo o las carencias del cercanías en Castelló.
El primer discurso de Sánchez ya pecó de demasiado inconcreto, a juicio de Alexandre, un joven sindicalista que fue el primero en tomar el micrófono para intervenir: “Ha hecho usted una intervención más filosófica o poética que centrada en actuaciones concretas”. El aviso no sirvió a Alexandre para conseguir una respuesta más específica que la que obtuvo el resto. Su pregunta fue si el PSOE había pensado en variar la fecha de jubilación en función del tipo de profesión del contribuyente. El líder socialista le contestó que sí, pero no dio más detalles.