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Cambio de actores en una reñida batalla por los senadores valencianos

Los senadores valencianos del PP podrían dejar de ser mayoría en la cámara alta

Adolf Beltran

Valencia —

La posibilidad, que reflejan las encuestas, de que Compromís-Podemos-Esquerra Unida-A la Valenciana dispute al PP la condición de fuerza más votada en la circunscripción de Valencia en las elecciones del próximo 26 de junio, no solo abona la expectativa de que la coalición de izquierdas (que superó al PSPV-PSOE en las generales de hace seis meses) intente con la incorporación de EUPV un segundo 'sorpasso' (esta vez al PP) en el conjunto de la Comunidad Valenciana, sino que modifica los cálculos habituales de obtención de senadores.

El PP, que lleva desde las elecciones de 1993 logrando 9 de los 12 senadores valencianos, puede perder esta vez algunos de esos representantes. Habrá, además, un cambio de contrincante, ya que el PSPV-PSOE se verá, con mucha probabilidad, privado por primera vez de escaños en el Senado en unas elecciones en favor de A la Valenciana. Los socialistas, que a lo largo de seis convocatorias electorales repitieron resultado, con tres senadores, hasta que el pasado 20 de diciembre los vieron reducidos a dos, pueden quedarse sin nada.

El intento de los socialistas de Ximo Puig de llegar a un acuerdo con Compromís y Podemos, inspirado en el Pacte del Botànic que sustenta su gobierno en la Generalitat, para votarse mutuamente los candidatos habría resuelto la batalla valenciana del Senado antes de empezar, dado que habría permitido a las fuerzas de izquierda repartirse tres senadores por circunscripción y dejar al PP sólo con uno por cada provincia. Frustrado por el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, en medio de una fuerte polémica con Puig, el acuerdo habría permitido al PSPV-PSOE salvar tres senadores y asestar un duro golpe al control que los populares ejercen sobre la Cámara territorial.

Si el pasado diciembre los socialistas valencianos enviaron todavía dos senadores a Madrid, mientras perdían la plaza de Valencia a favor de Compromís-Podemos, fue porque esta última coalición, para ahorrar costes, no introdujo la papeleta del Senado junto a la del Congreso en los sobres de propaganda que envió a los electores. Esta vez sí que lo hará.

Aunque la elección de senadores se efectúa por un sistema de listas abiertas, que hace que el votante pueda marcar hasta tres de los cuatro senadores que se eligen por circunscripción, independientemente de los partidos por los que se presentan, la realidad es que la lista que gana al Congreso se lleva los tres escaños al Senado porque los electores acuden a votar mayoritariamente con la papeleta que les han enviado previamente marcada a sus domicilios. Ese tradicional funcionamiento de las elecciones a la Cámara Alta, sin embargo, puede ofrecer el 26J resultados inéditos en la historia democrática valenciana.

Por ejemplo, en la circunscripción de Valencia, con los resultados de hace seis meses, la coalición A la Valenciana podría arrebatar al PP dos de sus tres escaños al Senado. La única senadora que obtuvo entonces la coalición Compromís-Podemos, Dolors Pérez, consiguió poco más de 357.000 votos y el candidato más votado de Esquerra Unida.Unitat Popular, más de 65.000. La suma de ambas candidaturas que hoy concurren juntas (423.000 votos) supera el apoyo obtenido por las dos senadoras del PP que ocuparon el segundo y tercer puesto detrás de Pedro Agramunt, elegido a su vez con poco más de 426.000 votos.

Más complicado resulta que A la Valenciana pueda arrebatar al PP senadores en la circunscripción de Alicante. Allí, la suma de los candidatos más votados de Compromís-Podemos y Esquerra Unida fue de más de 211.000 votos, mientras que el senador popular menos votado superó los 274.000 votos. Algo similar se produce en Castellón, donde los dos más votados de Compromís-Podemos y Esquerra Unida, respectivamente, sumaron 73.000 sufragios y el menos votado del PP se acercó a los 93.000 votos.

Estamos, pues, ante un escenario, que puede modificar el habitual reparto de 9 y 3, roto ya en diciembre por un 9,2 y1, para situarse en resultados al Senado como 7 y 5 o quién sabe si combinaciones más singulares. La batalla al Senado está viva, aunque cambia de actores.

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