El PP rechaza por quinta vez debatir sobre los privilegios de los expresidentes
Por quinta vez en la actual legislatura llegaba a Les Corts Valencianes el debate sobre el Estatuto de los exPresidentes de la Generalitat Valenciana y por quinta vez la mayoría absoluta del Partido Popular rechazaba la toma en consideración para su debate de la propuesta de ley presentada por Esquerra Unida, que solicitaba la derogación del citado estatuto. La propuesta ha contado con el apoyo de Compromís -que no apoya la derogación pero sí la revisión de la ley- y la abstención del PSPV, que justificaba su voto por el voto en contra del PP y porque “no hay tiempo en lo que queda de legislatura para el debate”.
Durante el debate parlamentario, el síndic de EU, Ignacio Blanco, insiste en que en un momento “de crisis, de recortes, de vulneración de derechos e indignación ciudadana” sobran los motivos para mostrarse en contra de los privilegios de una “mal llamada” clase política que “no pueden justificar por el ejercicio de ninguna función”.
Así, consideraba el portavoz de Esquerra Unida que se debe plantear la regulación de “incompatibilidades, obligaciones, privilegios o prebendas que no tienen ningún sentido”, al tiempo que recordaba los casos de los expresidentes José Luis Olivas, “a punto de sentarse en el banquillo por fraude fiscal”, o Francisco Camps, con una “querella de Anticorrupción por la Fórmula 1”, por lo que ambos están con “problemas serios con la justicia”.
Propuesta “inaudita”
Desde el Partido Popular, Alfredo Castelló tildaba de “inaudita” esta propuesta, que no está “entre las 200 prioridades y preocupaciones de los ciudadanos, que no le interesa a nadie y que no tendría ningún efecto positivo en la sociedad”, por lo que para el PP y para el Consell “no es una prioridad”.
Castelló, a quien Blanco aseguraba que le veía con “madera de líder de la oposición, con ese estilo de perdona vidas”, ha echado en cara que las prioridades de Esquerra Unida “nada tienen que ver con el empleo, la sanidad o la educación, con las necesidades de los ciudadanos”.
El diputado del PSPV Rafael Rubio insistía en que no todos los expresidentes son iguales, y defendía a Joan Lerma, que “fue honesto como gestor y se fue completamente con las manos limpias”, frente a Olivas, “que hundió una caja”; Camps, “que llevó a la ruina, al paro y a la corrupción a la Comunitat Valenciana”; y Zaplana, “quien puso los cimientos que Camps desarrollo”. No obstante, posponía el debate sobre el estatuto a la próxima legislatura.
Desde Compromís, Mònica Oltra sí que apoyaba la propuesta para que se debatan los privilegios de los expresidentes, “se deben regular las incompatibilidades y las obligaciones que debe tener un expresidente después de su mandato”.
