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El PP exige a Ribó que “recupere la concordia que Grezzi está dinamitando”

El concejal Giuseppe Grezzi y el alcalde, Joan Ribó, en la presentación de una campaña.

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El PP cree que el malestar crece entre diferentes colectivos de la ciudad de Valencia por la decisión del Ayuntamiento de seguir adelante con la intención de prohibir aparcar en el carril bus por las noches sin un consenso previo entre los afectados, situación que el presidente de la gestora del partido en Valencia, Luis Santamaría, ha censurado abiertamente en un comunicado.

“La falta de diálogo con los vecinos en decisiones trascendentales para la ciudad se está convirtiendo en una práctica habitual y en un sello del Gobierno surgido en La Nau”, ha explicado el dirigente popular. Santamaría exige al alcalde, Joan Ribó, que “recupere la concordia en la ciudad que el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, está dinamitando con sus decisiones”.

Ahora bien, Santamaría recuerda que el juego del “poli bueno y poli malo es muy antiguo en la política” y que el máximo responsable de las decisiones de Grezzi es el alcalde “que no le ha rectificado nunca, salvo cuando ha visto en peligro el pacto con sus socios de gobierno”.

La falta de una alternativa sólida y estudiada a la prohibición de aparcar en el carril bus “es una más de las decisiones sectarias del actual gobierno municipal después de la peatonalización de algunas calles, la implantación de doble sentido en otras y bajar el carril bici de las aceras sin previo aviso”.

En pie de guerra

Grezzi, ha manifestado Santamaría, “ha puesto en pie de guerra a muchos colectivos por la prohibición de aparcar en el carril bus, lo que revela la improvisación y la imposición con la que gestiona su departamento”, siempre según un comunicado del PP.

La Mesa de la Movilidad tenía detractores y defensores de la medida pero “en ningún caso se llegó a un consenso básico”, ha defendido el presidente de la gestora del PP en la ciudad. Los hosteleros ya han manifestado que la medida “puede suponer un coste en empleo superior a los 500 contratos que Valencia no puede permitirse” y la problemática en cada barrio ante esta medida depende de su propia composición.

Hay vecinos que manifiestan su preocupación, ha indicado Santamaría, porque en sus barrios “la mayoría de edificaciones no cuentan con garajea y el uso del carril bus para es fin por las noches supone un beneficio para ellos que va a desaparecer”. Todos los colectivos vecinales coinciden en la necesidad de que la ciudad cuente con un “eficiente transporte de autobuses nocturnos que en la actualidad no existe” y algunos esgrimen que se podría “dejar aparcar preservando las paradas de autobuses nocturnos”.

En cualquier caso, los afectados por esta nueva prohibición no quieren ser “meras comparsas” en estas medidas una vez que ya se han tomado por lo que piden que en el seno de la Mesa de Movilidad se estudien en profundidad los pros y los contras con datos de los técnicos municipales sobre sus consecuencias.

Por todo ello, Luis Santamaría ha exigido al alcalde de la ciudad que “reconsidere todo el proceso” y que ponga de acuerdo a usuarios del transporte público, EMT, taxistas, hosteleros, vecinos, asociaciones de aparcamientos y Policía Local para lograr un “gran consenso sobre la medida” y que ésta no se implemente hasta no conseguir ese “acuerdo de mínimos que hoy en día es inexistente”.

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