Los servicios valencianos de Cercanías han perdido más de 40 millones de usuarios desde 2011
Problemas como la falta de inversión, la falta de personal o las obras de otras infraestructuras que afectan al servicio -como el AVE- han repercutido de forma importante en el servicio valenciano de Cercanías, que se ha convertido en muchos momentos en un caos con numerosos retrasos y cancelaciones. Las consecuencias, numerosas protestas de los usuarios que se ven afectados regularmente por un servicio que no funciona como debería.
L'Associació Valenciana pel Transport Públic cifró en 2019 en once millones de usuarios (un 42%) la pérdida de usuarios del servicio en una década, según los datos recogidos en las memorias anuales de Renfe. En su opinión, la causas eran la merma en la calidad del servicio y la mala gestión, que propiciaron que se pasará de los 25,4 millones de billetes de 2006 a los 15,5 de 2018.
Ahora, el senador de Compromís Carles Mulet ha vuelto a denunciar una “bajada drástica” en el número de usuarios de los Cercanías valencianos con “pérdidas constantes todos los años”, según los datos aportados por el Gobierno. De este modo, de los 19,5 millones de usuarios registrados en la red de València en 2011 la merma de viajeros ha sido constante: “En 2012 se perdían 295.000 viajes, pero desde esa fecha las comparativas respecto a 2011 son brutales, superando los cuatro millones menos cada año entre 2016 y 2018 respecto a 2011”.
Los datos de 2020, con el confinamiento a causa de la pandemia de la COVID, “obviamente revientan las estadísticas”, pero la dinámica de los diez primeros meses de 2021 continúa. Unos 9,3 millones de usuarios en este período frente a los 19,5 millones de 2011.
Y esta misma dinámica se repite en el núcleo de Alicante-Murcia, que a pesar de tener muchos menos usuarios también ha perdido paulatinamente uso: cuatro millones usuarios menos entre 2011 y 2019. Y 2021 finalizará con la mitad de viajeros de 2011.
Para Mulet, estos datos demuestran una “clara política de desmantelamiento del ferrocarril tradicional mientras se ha destinado el grueso del dinero público al AVE, y todo ello con un caos que solo puede ser entendido como premeditado para expulsar a las personas, que han tenido que buscarse la vida ante las cancelaciones, aplazamientos, retrasos...”, y añade: “No se ha invertido en maquinaria, en hacer las estaciones accesibles, no se han cubierto las plazas de maquinistas...”.
“Estamos hartos de promesas, de presupuestos y planes magníficos que no se cumplen”, lamenta el senador de Compromís, para quien los datos son “contundentes” y se está obligando a los viajeros a abandonar los Cercanías, con más gente en la carretera, más contaminación, gasto y riesgo“, concluye Mulet.
1