Vuelve la fiebre del ladrillo: València multiplica por 10 las licencias para viviendas de obra nueva entre 2015 y 2019
“La demanda reaccionó algo más tarde en València porque en la ciudad y sus alrededores existían bolsas de stock de viviendas pendientes de venta, lo que retrasó el inicio de nuevos proyectos. Con la recuperación económica más asentada, la actividad promotora también se reanudó, arrastrando ciertos problemas de retrasos en la concesión de licencias. Valencia fue también un mercado que por su potencial entró en el radar de los inversores”.
Así han explicado fuentes de la sociedad de tasación Tinsa el espectacular aumento que ha registrado la capital valenciana en los últimos cinco años en lo que a la construcción de vivienda de obra nueva se refiere. Una reactivación que, sin embargo, ha llegado más tarde que en Madrid y Barcelona.
Según datos de la delegación de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de València, las licencias concedidas para la ejecución de casas nuevas se han multiplicado por 10 entre 2015 y 2019.
En concreto, en el año 2015 se concedieron permisos para la construcción de 329 pisos, en 2016 para 1.319, en 2017 para 2.483 viviendas, en 2018 para 2.990 y el pasado año para 3.223 viviendas.
Las mismas fuentes han explicado que la mayoría de ellas se están ejecutando en los nuevos sectores en desarrollo de Malilla, Font de Sant Lluís, Patrao, Grao-Moreras, Quatre Carreres y Benicalap.
Desde Tinsa han comentado que “València inició la recuperación tras la crisis más tarde que Madrid y Barcelona”. O, dicho de otro modo, “se ha recuperado más lentamente”.
Aunque el precio medio de la vivienda (nueva y usada) tocó suelo en el primer trimestre de 2015 (1.090 euros de media), casi al mismo tiempo que Madrid, la subida de precios no se hizo patente hasta 2017“. Así, en el primer trimestre del presente año alcanzó los 1.515 euros, es decir, un 39% más en casi cuatro años.
“Al comenzar más tarde la recuperación, València todavía mantenía el dinamismo en 2018 y 2019, mientras en Madrid y Barcelona se detectaban ya los primeros signos de enfriamiento. En cualquier caso, se esperaba que este año ciudades como València o Málaga empezaran también a moderar su crecimiento de precios y de actividad, en consonancia con una previsión de menor crecimiento económico a nivel general. Economía y empleo son dos factores clave que determinan el pulso de la demanda”, han comentado.
De hecho, según los datos del Ayuntamiento, entre enero y el pasado 8 de junio se habían concedido licencias para construir 816 viviendas nuevas, es decir, a una media de 163 al mes, por lo que en el mejor de los casos el año podría finalizar con unas 1.958 viviendas autorizadas, lejos de las 3.223 del pasado año.
Desde Tinsa han considerado que “la crisis sanitaria ha trastocado los planes también del sector inmobiliario; en este punto todavía es pronto para establecer diferencias locales”.
No obstante, han explicado que “ante la perspectiva de una crisis económica, parte de los nuevos proyectos que estaban pendientes de iniciarse van a quedar en parados hasta que se clarifique el escenario de demanda y financiación”.
Además, han añadido que “los proyectos de viviendas que están ahora en construcción cuentan con el respaldo de contratos previos de compras sobre plano, pero lanzarse ahora a la búsqueda de compradores para nuevos proyectos se antoja cuanto menos arriesgado en este contexto, además de que las entidades financieras podrían endurecer las condiciones de acceso al crédito, tanto para la construcción como para los compradores finales”.
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