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'La esfera luminosa', un cóctel de realidad y ficción para tratar de explicar uno de los grandes misterios de la ciencia

Recreación artística de una bola luminosa

Matías de Diego

Cixin Liu (Yangquan, 1963) todavía recuerda la primera vez que vio una esfera luminosa. Corría el verano del 82, acababa de cumplir 19 años y había terminado de leer 2001: Una odisea en el espacio y Cita con rama, dos de los grandes clásicos de la literatura de ciencia ficción. Era una noche de tormenta diferente a las demás noches de tormenta en Handan: los truenos y los relámpagos eran cada vez más fuertes y podían verse perfectamente las gotas de lluvia cuando los rayos iluminaban las calles de la ciudad china. De pronto, Liu vio un gran destello y de él surgió un objeto brillante que flotó, como un fantasma, entre los árboles. Quince segundos después, la esfera desapareció. Así, el joven que años después revolucionaría el mundo de la ciencia ficción se convirtió en uno de los cien chinos que asegura haber visto una esfera luminosa.

Las dos novelas de Arthur C. Clarke que leyó antes de cumplir los veinte y lo que vio aquella noche, marcaron en cierto modo su carrera literaria. El escritor británico le abrió las puertas al mundo de la ciencia ficción y le enseñó el camino a seguir para escribir su Trilogía de los Tres Cuerpos. La tormenta de 1982 le sirvió de inspiración para La esfera luminosa, su última novela. “Cuando la escribí en 2003 ya casi tenía terminada la saga de Los Tres Cuerpos, pero pensé que el lector chino tipo del momento respondería mejor ante una novela como la presente”, escribe Liu en el posfacio de la novela que acaba de llegar a España de la mano de la editorial Nova.

El doctor Chen también recuerda la primera vez que vio una esfera luminosa. Se acuerda perfectamente porque fue la misma noche en la que celebró su decimocuarto cumpleaños y porque fue la última vez que vio a sus padres. Justo antes de soplar las velas, un destello flotante entró en su cocina y los calcinó. Desde esa noche, el protagonista de La esfera luminosa decidió dedicar su vida a buscar, estudiar y entender a esas misteriosas bolas de luz.

Como suele ser habitual en las novelas de Liu, La esfera luminosa es un cóctel en el que se entremezclan elementos de ficción con una base real. Chen solo existe en las páginas de la novela, pero las esferas luminosas no son un elemento de ficción. Se pueden encontrar numerosas referencias y estudios teóricos sobre este fenómeno ligado a las tormentas eléctricas en revistas científicas como Nature. Uno de los más recientes, publicado en junio de 2016 y firmado por H. G. Wu, un investigador del Instituto de Teoría y Simulación de Fusión y del Departamento de Física de la Universidad Zhejiang (China), trata de ofrecer un modelo teórico que explique el origen de este fenómeno.

De hecho, el propio escritor lo advierte en una nota introductoria: “Las características y el comportamiento de las esferas luminosas que aparecen en este libro coinciden con los descritos por la mayoría de los registros históricos reales previos a 2004”. Y Liu no es precisamente dado a las teorías de la conspiración. Antes de dedicarse de lleno a la literatura y cosechar algunos de los premios más prestigiosos dentro del mundo de la ciencia ficción moderna fue ingeniero en una central eléctrica china.

Liu parte de esa base científica y autobiográfica para construir todo un universo de especulaciones que, él mismo reconoce, nada tienen que ver con la realidad o con la explicación real del fenómeno del que nos habla. Él recurre al mundo cuántico, a las teorías de macrofusión nuclear, al uso militar de la ciencia o al desarrollo de armas de nueva concepción para explicar lo que son las esferas luminosas y cómo se pueden utilizar para nuevos avances tecnológicos. Pero a diferencia de lo que hace en la Trilogía de los Tres Cuerpos –compuesta por El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro y El fin de la muerte–, esta novela es una historia sobre el papel de China en la carrera tecnológica y no sobre el futuro de la humanidad.

La decisión de cerrar el foco después de escribir toda una saga sobre cómo afectaría a la raza humana el anuncio de su inminente extinción, es uno de los principales atractivos de La esfera luminosa. Aunque tiene todos los elementos para ser una novela más de Cixin Liu, estos aparecen construidos de una manera original y muy distanciada de la Trilogía de los Tres Cuerpos.

Esta vez nos presenta la historia de un joven científico que trata de entender qué es ese objeto flotante que ha acabado con la vida de sus padres. Gran parte de la novela está dedicada a su proceso de formación, su paso por la universidad y sus pruebas en los laboratorios para replicar una esfera. Hay ciencia, hay tecnología, hay una amenaza, pero todo está ordenado de otra forma sin perder el ritmo trepidante del resto de su obra.

Una ciencia ficción con estilo propio

Todas estas decisiones de estructura vienen íntimamente ligadas a la concepción clásica de la ciencia ficción oriental, que durante años permaneció totalmente aislada de lo que estaban haciendo sus contemporáneos al otro lado del mundo. “Durante muchos años –explica Liu en el libro– vivió de espaldas a la ciencia ficción occidental moderna, lo cual sirvió para dotar al género de la época de estilo propio”. Ese estilo lo marcó el gusto por las historias centradas en “la descripción de artilugios tecnológicos futuristas y los inmediatos efectos positivos que iban a tener”, obviando “cualquier implicación moral profunda que estos pudieran comportar” y “el modo en el que podrían transformar a la sociedad”. Eso es La esfera luminosa.

Los elementos propios se fueron resquebrajando cuando los autores de ciencia ficción empezaron a entrar en contacto con las primeras traducciones de las obras que llegaban desde Occidente, como C. Clarke, Julio Verne o Isaac Asimov. Ellos fueron la inspiración de Liu para escribir El problema de los tres cuerpos y el resto de su trilogía, pero años después optó por volver a la tradición china para escribir la historia del doctor Chen y su esfera. La saga sobre el futuro de la humanidad se construye sobre un potente eje moral, mientras que la última novela de Liu relega estos debates a un segundo plano.

La esfera luminosa juega de fondo con las relaciones entre el mundo de la ciencia y el mundo militar. En la novela hay soldados que quieren usar los avances científicos para construir un arma que las supere a todas y hay físicos que se atormentan por las aplicaciones militares de sus descubrimientos, pero Liu no profundiza en ello. Si gran parte de la Trilogía de los Tres Cuerpos se centraba en esto, su última novela prefiere poner el foco en fantasear sobre un fenómeno físico que aún no tiene una explicación completa.

A pesar de estas diferencias dentro de su obra, Liu hila directamente la historia de Chen con las de Ye Wenjie y Wang Miao. Los protagonistas de El problema de los tres cuerpos no aparecen en esta novela, pero sí que hay personajes comunes y referencias directas a los trisolarianos, la raza extraterrestre que destruirá a la humanidad dentro de cuatro siglos para quedarse con la Tierra. La esfera luminosa sirve de prólogo a la saga que llevó al escritor chino al podio de la ciencia ficción, aunque puede ser leída como una obra totalmente independiente de su trilogía.

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